Sacred 3 es la nueva entrega de una saga que ha ido cambiando, y mucho, desde sus inicios: empezó como juego de rol y ha acabando siendo una mezcla entre hack-and-slash y RPG que, os adelanto ya, entretiene lo suyo.
La trama de este Sacred 3 no es que sea el colmo de la originalidad: nos presenta a unos protagonistas de las diferentes razas del juego, que se han unido para expulsar al mal de sus tierras. No hay grandes alardes retóricos, pero cumple su cometido de ir hilando los diferentes escenarios.
A nivel argumental, sí que es cierto que se desarrolla un poco más que esto, pero lo cierto es que no pasará a la historia del medio por la trama que nos presenta o por sus carismáticos personajes (todo ello cumple, pero poco más).
Donde sí destaca un poco más es a nivel jugable, y es que con apenas 4 botones desataremos el caos por cualquier lugar por donde pasemos: con un botón atacaremos con nuestras armas, con otro aturdiremos a nuestros enemigos (movimiento que, además, sirve para romper escudos y detener algunos ataques especiales), un tercer botón nos permitirá cubrirnos (dependiendo de la habilidad seleccionada, rodaremos o absorberemos parte del daño) y con dos más usaremos nuestras habilidades especiales (una «débil» y una «fuerte»). Oh, y la siempre espectacular y útil ejecución con la que podremos acabar con los enemigos que estén en el suelo.
La verdad es que todo es bastante simple, y de hecho puede llegar a ser demasiado simplista y monótono. Pero por suerte, jugado en compañía la cosa mejora, y mucho. No sólo por la ayuda que nos brindará nuestro compañero (lo cual siempre ayuda) o por la «aparición» de una habilidad especial cooperativa (ayuda a acabar con los enemigos y cada personaje tiene la suya propia), sino por el siempre presente «pique» por la mayor puntuación.
Porque esto de la puntuación se basa en lo que obtenemos mediante nuestra actuación en batalla: si acabamos con muchos enemigos seguidos iremos aumentando el multiplicador (hasta llegar a x5), si usamos habilidades especiales ganaremos puntos extra, las ejecuciones nos harán subir el marcador de manera espectacular, etc. Incluso si resucitamos a nuestros compañeros se nos otorgarán jugosos bonus, así que hay que saber cuándo cooperar.
Y no sólo importa la puntuación, sino que además hay que tener en cuenta el oro y los orbes (de salud y de energía, que sirven para recargar más rápidamente las barras de los ataques especiales). Aunque, a decir verdad, esto no influye a nivel de puntuación ni de pique, pues se comparte (lo que gana un jugador, lo gana el otro).
Lo que no se comparte es la experiencia (aunque yo no he visto una gran diferencia entre un jugador y otro), que nos permite subir de nivel, ni los espíritus que desbloqueamos al jugar, que nos proporcionan algunas características especiales (concretamente, una positiva y una negativa). Al subir de nivel, desbloquearemos nuevas habilidades y mejoras, tanto de habilidades como de equipo. Y todo esto lo compraremos con el oro citado anteriormente. Y esto permite un pequeño punto de personalización, aunque tampoco demasiado.
Pasando a nivel técnico, destacar el buen trabajo realizado en los escenarios: grandes, variados y detallados. Y eso que estamos en un título con vista isométrica, donde los objetos son relativamente pequeños y lejanos. Por citar unos ejemplos, decir que he visto una ciudad costera, campamento en las montañas, unas minas, una prisión… Vaya, que en ése sentido, el juego sí que cumple con nota.
Y no sólo lucen bien los escenarios, sino que también hay multitud de enemigos que nos desafiarán: goblins, trolls, arañas, nigromantes, zombies, etc. Y eso no es todo, porque en algunas ocasiones nos pondrán en un aprieto por lo numerosos que son. Algo que sorprende por lo bien que se comporta el juego a nivel de rendimiento, y es que además de los enemigos y los protagonistas hay varios efectos (alguna explosión, ataques especiales, etc.) y objetos (oro, orbes de salud y orbes de energía).
A nivel sonoro, es correcto el juego. La música ayuda a acompañar aunque no destaca mucho (de hecho, hay muchos momentos en que no se si realmente sonaba o no) y los efectos sonoros están cuidados (golpes o el típico sonido de monedas, entre otros). Lo que no sé muy bien como clasificar es el doblaje (al inglés), especialmente el de los “espíritus” que nos acompañan, porque tiene un punto de seriedad y una parte de humor, y todo ello en un tono un poco casposo… que a mí me encanta.
Para terminar, aclarar un poco lo que he ido comentando del juego multijugador: yo lo he estado jugando en cooperativo con un amigo en modo local (lo que vendría a ser la pantalla dividida, sólo que aquí no está dividida. Es decir, que los personajes se muestran siempre en una pantalla y no se pueden separar más de lo que permiten los bordes de la misma), aunque también se puede jugar on-line con hasta 3 compañeros.
Conclusión
Sacred 3 es un juego correcto, aunque sin demasiadas pretensiones, que nos hará pasar un buen rato si lo jugamos con amigos (especialmente en local, porque siempre suma puntos tener el compañero al lado). Por el contrario, si lo jugamos solos, es más que probable que antes o después nos resulte monótono y hasta un poco pesado por lo sencillo de sus mecánicas y el limitado punto de personalización del título.
Nos consolamos con:
- Variedad de escenarios y enemigos
- Gráficamente muy cuidado
- Muy entretenido en compañía…
Nos desconsolamos con:
- … aunque si jugamos solos puede caer en la monotonía muy deprisa
- Personalización muy simple
Ficha
- Desarrollo: Deep Silver
- Distribución: Koch Media / Deep Silver
- Lanzamiento: 01/08/2014
- Idioma: Textos en español, voces en inglés
- Precio: 49,99€
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