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Resident Evil HD Remaster

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En la segunda mitad de los años 90, PlayStation revolucionó el mundo de los videojuegos en muchos sentidos. Por una parte, fue el enterrador del sistema cartucho que dejó en clara desventaja (al menos a niveles de costes) a Nintendo 64. Pero también fue el propulsor de la llegada de muchísimos títulos importantes, conocidos y por conocer. Uno de esos títulos recibía el nombre de Biohazard en Japón y Resident Evil en el resto del globo. La prensa mundial se hizo eco de este título: sangre, zombis, gore… Eran muchos los calificativos que se le otorgó a esta saga que, a día de hoy, sigue siendo una de las franquicias más importantes de Capcom.

Recuerdo, bien jovencito, cuando veíamos aquellas pequeñas imágenes en los medios especializados de revista, grabando a fuego la cara del ya mitificado zombi que encontramos tras el comedor de la mansión de Racoon City. Nos prometían un juego muy adulto, no apto para todos los públicos. Recuerdo también, vagamente, como la censura sobrevolaba la llegada de Resident Evil a nuestras tierras, pero lejos de eso, Resident Evil ofreció todo lo inimaginable y más. Una jugabilidad revolucionaria, una ambientación inmejorable y miedo, bastante miedo. Por aquella época, para mí, era imposible jugar a este título por la noche, luego no había Dios que me levantara de la cama a mear.

A partir de Resident Evil, llegaron más títulos y spinoffs engrosando la leyenda que rodeaba al incidente de Racoon City. Tras innumerables entregas, era necesario maquillar viejas glorias, volverlas a poner de moda, como las tachuelas o las chorreras. Con la llegada de consolas más potentes, era posible lavarle la cara a títulos emblemáticos y fue en Gamecube cuando Resident Evil, el original, se convirtió en, posiblemente, el mejor remake jamás creado en los últimos tiempos. Ahora, con la llegada de PS4 y Xbox One, Capcom ha querido retorcer un poco más la moda de las remasterizaciones que tanto están ¿salvando? La generación actual. ¿Cómo ha salido el experimento? Pues como el culo.


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Resident Evil HD Demaster

Cuando Capcom anunció Resident Evil HD Remaster me emocioné, por varios motivos. El primero es porque éste fue el primer CD que entró en mi nueva y flamante PlayStation hace ya un par de décadas así que el punto nostálgico era fuerte. En segundo lugar, porque nunca he tenido la oportunidad de jugar a la versión remasterizada de Gamecube, lo que me provoca ciertos sentimientos de vergüenza propia. Si a esto le sumamos que el juego tiene una versión en PS4 (versión analizada) que me asegura los 60 frames por segundo y una resolución de 1080p ¿Qué podía salir mal? A priori, nada.

Pero al arrancar el juego y comenzar con la introducción, mi cuerpo reaccionó al Capcom Virus (C-Virus a partir de ahora). ¿Qué es el C-Virus? Pues una especie de visión empresarial de la compañía que tiene sus orígenes desde tiempos inmemorables, que empezó con mutaciones en la saga Street Fighter con estados alterados Super, Ultra, Turbo, Alpha que, dentro de la gravedad, eran síntomas muy diferentes entre sí. A medida que pasaba el tiempo, el C-Virus comenzó a mutar peligrosamente, mostrando títulos con contenido bloqueado en sus discos, restricciones de conexiones (el temido DRM), expansiones y un montón de microorganismos peligrosos llamados DLC. A día de hoy, el virus está mutando nuevamente y se ha acomodado en las remasterizaciones, un lugar poco creativo pero acogedor para el malicioso virus, gracias a la proteína de la nostalgia que la alimenta.

Después de este (quizás patético) símil, el mensaje es claro: Capcom ha jugado con la nostalgia que desprende Resident Evil para lanzar una remasterización que atenta contra nuestros ojos: Fondos pre-render (imágenes como escenarios) reescalados a 1080p, tal cual, con un efecto redondeado en todos y cada uno de los bordes de estos fondos. Cada cambio de cámara en el juego es una aventura; no sabemos qué es lo que da más miedo, si encontrarnos a un zombi de bruces al girar la esquina o que nos exploten los ojos ante tal atrocidad gráfica gracias a un uso endiablado de la herramienta Enfocar y el contraste que produce el elevado cuidado en los polígonos de los protagonistas. El choche visual que produce es difícil (a veces imposible) de asociar como un conjunto.

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Esta asociación de personajes y escenarios tiene una base científica y psicología. La Gestalt estudia como el cerebro humano captura una imagen y la procesa en sus diferentes hemisferios y cortezas (Percepción visual), diseminando esa imagen en pequeños trozos donde es capaz de reconocer formas, colores, grupos de objetos, relaciones entre esos objetos y un montón de elementos más que, posteriormente, es capaz de otorgarle un valor semántico al conjunto. Resident Evil HD Remaster no cumple el objetivo, rápidamente nuestro cerebro disemina la cutrez de los escenarios y el alto detalle de los protagonistas y en un intento de unir ambos elementos, nuestra cabeza fracasa; inmersión destruida; ahora estamos más pendientes de los escenarios que del juego en sí… Hemos vuelto a caer en las garras del C-Virus, no hemos tomado las precauciones necesarias. Nos ha podido la nostalgia, el nombre y el renombre. Nos han colado lo que podría denominar el peor remaster que he jugado en mi vida.

¿Es un mala remasterización? Lo es. No hace tantos años de la versión de Gamecube. Cuesta creer que los escenarios no hubiesen sido procesados de nuevo a resolución nativa, cuesta creer que con la potencia de PS4 (sistema utilizado para analizar el juego) no se haya incluido muchísimas más sombras volumétricas, efectos de luz, sistema de partículas o cualquier otro elemento que genere vida a los escenarios; que de la sensación de, aun ser estáticos, tengan algo de belleza, algo de movimiento, algo coño… ¡algo! Y para colmo, el juego tiene un lipsync bastante malo y unos efectos de sonido que tampoco llegan a la altura de lo deseado. Creo que hay poco trabajo detrás del apartado gráfico.

Algo bueno tendrá esto…

Ya con un Omeprazol en el estómago, nos adentramos en esa espeluznante mansión donde nace uno de los mitos más importantes en el mundo de los videojuegos. Es innegable que Resident Evil marcó un antes y un después en el género del Survival Horror y esta aventura es una obra maestra de principio a fin, capaz de hacernos pasar auténtico terror a los mandos de aquel grisáceo pad con cuernos. La Remasterización mantiene fiel ese sentimiento de oscuridad, intriga y chascarrillos que nos ponen de los nervios. Al tratarse de la remasterización original de Gamecube, disfrutamos de un mayor detalle de la mansión más famosa de los videojuegos modernos (nótese la coletilla moderno, mis respetos a Maniac Mansion o Alone in the Dark).

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El juego comienza con un equipo de las fuerzas especiales S.T.A.R.S. sobrevolando una zona boscosa en busca de un helicóptero amigo, caído a las afueras de Racoon City. Jill Valentine, Chris Redfield, Albert Wesker y Barry Burton son los integrantes de este equipo de rastreo que, tras localizar el aeroplano, bajan a tierra firme para ver si hay supervivientes. Muy poco tardan en aparecer las primeras complicaciones. Una horda de sabuesos en estado de descomposición atacan al grupo y éstos se ven obligados a entrar en el único refugio visible, una mansión que parece estar abandonada. Al entrar, ya no habrá vuelta atrás. Chris (o Jill) desaparecen misteriosamente y nuestro objetivo es buscarlos por toda la edificación. Muy pronto conoceremos a los inesperados huéspedes de la casa y muy pronto nos daremos cuenta de porque Resident Evil es uno de los mejores juegos de todos los tiempos. Descubriremos todos los secretos de Umbrella Corporation, la culpable de crear el T-Virus que muta a seres humanos y los transforma en los que a día de hoy conocemos como zombis.

Para el pobre pollito que no tuvo la oportunidad de jugarlo en su día, esta es la mejor oportunidad que puede encontrar si se ha saltado la época de PlayStation y Gamecube. El diseño de videjuegos de la época está en su punto más álgido y la obra de Shinji Mikami no se queda atrás, con detalles que lo diferencian del resto de juegos de la época. Para empezar: El juego pertenece al género Survival Horror, por lo que, por una parte tenemos enemigos terroríficos y por otro, escasos objetos para avanzar en la historia. Es un juego donde la acción no se desarrolla en un entorno 3D gigantesco sino que se desarrolla en pequeñas estancias que van cambiando a medida que llegamos a los límites de nuestro televisor. Cada cambio de estancia muestra el fantástico trabajo de fotografía que hay detrás, que siempre fue maravilloso tanto en su versión original como en su remake, que le otorga una nueva dimensión a la mansión y sus profundidades. Los planos son geniales, a cual más logrado y las transiciones entre habitaciones (las clásicas puertas abriéndose) pese a ser la mejor pantalla de carga encubierta que habéis visto jamás, le daba un carisma especial al título. En realidad se volvían un engorro.

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Pero esto no trata de avanzar y hacértelo fácil como en otros juegos del género actuales, no. Resident Evil incluye un componente de puzles bastante retorcido donde tenemos que encontrar llaves que abran puertas que nos ayuden a avanzar. Para lograr dichas llaves tendremos que combinar objetos, examinarlos para extraer piezas menores, recorrer una y otra vez la mansión y/o sus entrañas para encontrar la solución a esa ranura. También tendremos que activar la corriente eléctrica (éste es un clásico de la saga) para poder utilizar ascensores; ayudar a compañeros malheridos… Todo esto, con un inventario muy limitado. ¡Ah! Y que hablar del sistema de guardado: Si queremos salvar nuestros avances, olvidaos del autosave. Aquí se utiliza las cintas de tinta, un objeto finito en el juego que se utilizan en las máquinas de escribir que encontraremos en las zonas de descanso, junto a un baúl, donde podemos dejar objetos que no necesitemos en ese momento y que da bastante rabia volver a por ellos cuando los necesitamos en una zona concreta del mapa.

Opciones para hípsters y gente normal

Está claro que Resident Evil HD Remaster trae mejoras en cuanto a los modelados de los personajes, pero esta no es la única novedad. El sistema de control se ha mejorado por completo, conservando los botones de acción, eso sí. Ahora podemos elegir entre el modo de control clásico y el nuevo control para los tiempos que corren. Las diferencias son bastante grandes. Por un lado, tenemos la opción de revivir viejos fantasmas con el modo de control clásico que básicamente, hacia rotar sobre su propio eje con los botones de dirección izquierda y derecha y avanzar o retroceder con los botones arriba y abajo. El stick derecho, al tratarse de escenarios fijos, solo sirve para hacer cambios rápidos de posición.

En segundo lugar tenemos el nuevo control que otorga total libertad de movimiento con el stick izquierdo sin tener que estar parando a nuestro personaje para volver a reorientarlo. También se ha añadido una pequeña ayuda en forma de autoaim que, al pulsar el botón de apuntar (L1 y L en Xbox) nuestro personaje enfocará directamente a la posición del zombi u amenaza random del juego. En todo momento podremos cambiar de un control a otro en el menú de opciones del juego.

Pero esto no es todo a lo que opciones nuevas y retro se refiere. Capcom ha incluido un modo de visualización de 16:9 (el habitual en estos tiempos) y 4:3 (el de las televisiones cuadradas de antaño) siendo esta última la visualización original en el título de Gamecube. Podríamos decir que es un pseudo 16:9 si seleccionamos esta opción, pues el menú del inventario, la pantalla de guardado y las cinemáticas son a 4:3 sí o sí, con unas esplendidas bandas negras verticales. Nada grave, pero son detalles que suman y suman en esta remasterización.

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Remasterizaciones así, no, gracias (Conclusiones)

He encontrado el límite. Creo haber reconocido cuando puedo jugar a una remasterización en alta definición y cuando debo huir, por muy legendario que sea el título. El límite (totalmente subjetivo) lo marca la séptima generación de consolas, lo marca si el juego ha sido publicado para PlayStation 3 y/o Xbox 360; todo el material para atrás es mejor asegurarse que cumple unos mínimos, se llame como se llame. Por ejemplo, en títulos de renombre tengo precedentes como Final Fantasy X HD Remaster, que ha sacado a relucir lo peor de uno de los episodios que más idolatro; Silent Hill HD Collection ha sido una patada en los santos huevos; Zone of Enders HD Collection ha tenido innumerables errores de framerate; pero por el contrario, contamos con grandes adaptaciones como Shadow of the Colossus (e ICO), Okami HD o Metal Gear Solid HD Collection que han dado la mejor versión de los HD Remaster en el salto generacional entre PS2 y PS3.

Para identificar un buen remaster hay que visualizar mucho material, hay que asegurarse de que el juego cumple unos mínimos, vuestros propios mínimos, y esto a día de hoy, no debería ser ningún problema. Claro que, también hay peligro de ser engañado, pues Capcom ha jugado muy bien sus cartas mostrando las mejores capturas de esta remasterización, guardado en un lugar muy oscuro y profundo las capturas en las consolas de nueva generación. Así es el negocio. Así funcionamos, es una mezcla de mezquindad por ambas partes. Nunca estaremos a salvo del C-Virus.

Que las compañías lancen versiones para la octava generación no es nada malo. Hay mucha gente que, por un motivo u otro, no pudo disfrutar de los títulos de Sony y Microsoft hace unos pocos años y esta es la oportunidad perfecta para jugar a títulos verdaderamente remozados como Metro Redux, GTA V, The Last of Us Remastered o incluso el próximo DmC Definitive Edition, también de Capcom, que sabe hacer lo mejor y lo peor en un corto periodo de tiempo. Si vais a jugar a una remasterización, ojo, revisad muy bien que cumpla vuestras expectativas y no os dejéis llevar por la nostalgia… Jugar al título original, en su plataforma de nacimiento evita que se empañe el buen hacer de tantos años de trabajo. Desde luego, Resident Evil HD Remaster no debería haber existido nunca, deberíais volver a jugarlo en Gamecube. Este episodio merece remake completo, de nuevo; ¡qué más da las veces que lo necesite! es uno de los mejores juegos jamás creados.

Nos consolamos con:

  • Volvemos a disfrutar de una de las aventuras más épicas de los videojuegos
  • El desarrollo (puzles, secretos, inexistencia de pista alguna) nos replantea la sencillez de los juegos actuales
  • Las físicas extras añadidas a Jill (bautizado oficialmente como Jillgle)
  • Setting inmejorable
  • Planos de fotografía espectaculares

Nos desconsolamos con:

  • Escenarios re-escalados y enfocados hasta la saciedad, destruyen toda inmersión
  • Lipsync bastante malo
  • Tiempos de carga/guardado estúpidamente largos
  • Menús en formato 4:3 aun jugando a modo 16:9
  • El nuevo control es sencillo pero a cada cambio de plano desorienta al jugador
  • Hay que decir basta a este tipo de lanzamientos

Ficha

  • Desarrollo: Capcom
  • Distribución: Koch Media
  • Lanzamiento: 19/02/2015
  • Idioma: Español (voces en inglés)
  • Precio: 19,95 €

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