7

Drums Rock – PlayStation VR 2

Drums Rock

Como gran seguidor que he sido de los juegos musicales como Guitar Hero y Rock Band, cuando se me presentó la ocasión de poder analizar Drums Rock para PlayStation VR 2 no lo dudé ni un instante. Tocar la batería o cualquier instrumento en un grupo seguro que ha sido en algún momento como un sueño a cumplir. Y en este tipo de juegos es lo más cercano para algunos de lo que lo vamos a estar nunca.

En Drums Rock vamos a vivir una de esas experiencias únicas que se pueden disfrutar en realidad virtual y es tocar un instrumento, en este caso la batería, al más puro estilo de los juegos comentados anteriormente en el que bajaban notas por la pantalla, aunque aquí toca enfrentarnos a demonios voladores.

Lo primero a mencionar nada más entrar en el juego es su aspecto visual, algo que recuerda y mucho a Guitar Hero y Rock Band. No son gráficos reales sino que perfectamente Drums Rock podría pasar por uno de ellos, aunque aquí solo vamos a tocar la batería. Se nota que los desarrolladores han sido seguidores de ambos juegos porque tanto la estética como la jugabilidad se basan en esos títulos musicales que marcaron una época. Aunque ahora esos periféricos están guardando polvo en los garajes o armarios de muchas casas. En esta ocasión no será el caso, pues gracias a las gafas PlayStation VR 2 y los mandos no necesitaremos nada más.

Nos encontramos en el garaje en el que ensayamos con nuestro instrumento y se nos dará un pequeño tutorial de como coger las baquetas y como golpear los tambores o cajas y platillos. Olvidaros del bombo, yo personalmente hago el movimiento del pie como si lo estuviese tocando mientras juego, pero solo sirve para poder llevar el ritmo. Aquí ya nos damos cuenta de que la batería actúa como en la realidad, tendremos que golpear con la baqueta bien agarrada, apretando L2 y R2 respectivamente de nuestros mandos PS VR Sense, los diferentes elementos que se encuentran cada uno identificado de un color.

Seguido a esto se nos explica la mecánica del juego que no es otra que el ataque que iremos sufriendo de diferentes demonios de diferentes colores que irán descendiendo mientras suena un tema musical y nuestro objetivo es golpear los tambores o platillo de ese color en el momento preciso para poder eliminar su ataque y no acaben con nuestra vida. A veces los demonios pueden ir unidos bien por líneas o juntitos con lo cual tendremos que golpear a la vez los elementos de ese color. A veces también veremos demonios regordetes con un número en su interior. Esto indicará los golpes que tenemos que dar para que se elimine ese demonio. Y por último tendremos momentos libres en el que golpear a nuestro antojo mientras sube o baja una barra de nivel.

Empezaremos por el modo historia de Drums Rock dividido en tres actos. En cada acto iremos desbloqueando canciones a medida que obtengamos estrellas en cada canción con un máximo de tres. Esto podremos hacerlo cumpliendo objetivos que se nos marcan inicialmente en cada tema musical. Aparte podremos ver el nivel de dificultad de la canción pudiendo encontrar 4 que irán in crescendo. Pero tranquilos, en el primer acto encontramos canciones fáciles y así progresivamente. Y ojo porque la cosa se anima y no pararemos de golpear, cada vez más rápido, con más intensidad y más ritmo. Porque el buen hacer de Garage 51 hace que con cada golpeo sintamos que estamos tocando la canción de verdad, ya sea en cualquier nivel de dificultad.

Este punto, el de las canciones, y la variedad de estas, quizás sea el punto en el que más cojea el juego. Evidentemente contar con licencias de canciones ultra conocidas está solo al alcance de Activision, Harmonix o Microsoft, de tal forma que la gran mayoría de canciones está compuestas para el propio juego, excepto alguna conocida de Evanescence o Bling Guardian que se incluyen en esta entrega para el dispositivo PlayStation VR 2.

La jugabilidad es el aspecto clave de Drums Rock. El juego previamente ya ha podido jugarse en otros dispositivos, así que todo ello se mantiene. Evitar que los demonios acaben con nosotros tocando las notas sin equivocarnos. Cuanto mejor lo hagamos el multiplicador se mantendrá y de esta forma tendremos mejor puntuación. Y al final de cada acto tocará enfrentarse a un jefe final demoniaco con una canción que nos pondrá realmente a prueba. En algunos momentos perderemos de vista la pantalla al mancharnos el visor el propio juego, y tocará seguir el ritmo que previamente habremos estado tocando. Cosillas que hacen que el juego no sea tan monótono al introducir mecánicas nuevas.

Una de estas mecánicas que ha introducido Garage 51 en esta versión de PlayStation VR 2 precisamente tiene que ver con esto último, parecido pero no igual. Si tocamos la canción sin mirar directamente a los demonios que descienden o hacia otro lado el multiplicador irá aumentando. Lo mismo si mantenemos un ojo cerrado o los dos, de esta forma han aprovechan el seguimiento ocular de las nuevas gafas de Sony. Así que tocará seguir muy bien la canción, y claro que se puede hacer, en vuestras baquetas y en mantener el ritmo está la clave.

Por otro lado, y como no podía ser menos, se ha aprovechado la retroalimentación háptica de los mandos para sentir como cada golpe que damos sea diferente, ya sea a un tambor, a una caja o a un platillo. Si ya es espectacular esa sensación no me quiero imagina como se nos ven desde fuera nuestros familiares o amigos jugando a Drums Rock, dándolo todo y viendo como efectivamente golpeamos diferente el lugar imaginario que ellos creen en el que está la batería.

Para no ser menos nuestro dispositivo de realidad virtual, en este caso las gafas, también vibrará en función de los golpes y la música. El único inconveniente que le puedes encontrar a Drums Rock es que estés mal posicionado respecto a la batería o que la altura en la que estás sea demasiado baja y entonces no puedes dar bien a los platillos y golpees otro elemento de la batería. Quizás estaría bien un regulador de altura o parecido al iniciar el juego. .

Las baquetas al iniciar el juego hay que cogerlas de nuestra espalda. Para iniciar la canción tendremos que golpearlas o hacer algún movimiento y durante la canción podremos incluso lanzarlas y recogerlas, algo que nos ayudará a incrementar el multiplicador y nuestros puntos finales. Al finalizar la canción no solo obtendremos estrellas, sino también dinero que podremos gastar en nuevos diseños de la batería, en nuevos diseños de baquetas o incluso en desbloquear canciones. En modo libre podremos tocar la canción que deseemos en la dificultad que escojamos y así ensayar en nuestro garaje y evolucionar como profesional de la batería.

Conclusión

Los juegos musicales son imprescindibles en cualquier dispositivo VR que se precie. Llevamos el ritmo en las venas, las baquetas en la mano y a partir de ahora las gafas PlayStation VR 2 en nuestra cabeza gracias a Drums Rock. Un juego que debes tener si te quedaste con ganas de más cuando Guitar Hero o Rock Band cerraron la persiana. Entonces, el mundo te necesita como batería para acabar con los demonios.

7

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *