Los zombies siguen estando de moda en los videojuegos, y una de las franquicias más populares protagonizadas por los no-muertos de los últimos años es sin duda Dead Island. Desde el épico tráiler con el que presentaron el juego cautivaron a medio mundo, y aunque no cumplieron las expectativas generadas por el tráiler CGI, lograron un gran éxito e iniciar una saga, lo cual se dice pronto.
Mientras que no sabemos si habrá finalmente segunda parte o no (¿saldremos de dudas en el E3?), los chicos de Deep Silver se han vuelto a aliar con Techland para traernos el paquete definitivo de la franquicia en forma de Dead Island: Definitive Collection. En vez de intentar traernos sólo ligeras mejoras gráficas, han realizado un cambio de motor gráfico y han incluido un extra jugable para hacer más apetecible esta nueva colección a los millones de fans de la saga.
El contenido principal de esta colección son el Dead Island original y Dead Island: Riptide, su secuela que bien podría ser una expansión. Ambos títulos como tal se han mantenido intactos, por lo que nos encontramos ante un RPG en primera persona en el que nos encomendarán montones de misiones para intentar sobrevivir al apocalipsis zombie que se ha desatado en el archipiélago de Banoi.
Podemos escoger entre varios personajes, cada uno con sus puntos fuertes, como hacer más daño al lanzar las armas o ser un experto con las armas afiladas para ir en plan Michonne espada en mano. Los juegos como tal siguen resultando bastante divertidos, ya que nos enfrentaremos a una gran cantidad de no-muertos, hay muchísimo botín para recoger (siempre es adictivo, para qué negarlo) y tendremos misiones sin parar en este paradisíaco lugar.
Es cierto que como tal, a veces Dead Island se puede volver algo repetitivo por culpa de muchas «fetch quest», en las que nos mandan recoger X cosas del escenario. Aun así, la exploración y los intensos combates siguen haciendo que la experiencia sea de lo más divertida. Esto jugando solos, lo cual sí, a la larga puede llegar a cansar. Sin embargo, si nos unimos a varios amigos, la experiencia mejora notablemente, estando ante un juego cooperativo genial.
Los juegos vienen con todos los DLCs incluidos de serie, por lo que en el caso del original, tenemos acceso a las arenas de combate y a la historia de Ryder, añadiendo todavía más horas de juego a un paquete de por sí muy extenso.
Al tener ambos títulos en un único paquete, las diferencias entre ambos se hacen casi inexistentes. De hecho, al empezar Riptide podemos exportar a nuestro personaje del original (por desgracia, no hay cross-save entre generaciones), y si no lo hacemos, empezaremos con un personaje ya en el nivel 15. Esto demuestra que se trataba claramente de una expansión independiente, ya que los personajes son los mismos, a excepción de uno nuevo, y salvo algún pequeño detalle, la jugabilidad se mantiene prácticamente igual.
Esto no es malo como tal, ya que en su conjunto, tenemos acceso a muchas horas de diversión matando no-muertos. Eso sí, tras venir de Dying Light, el juego se siente peor de lo que debería, ya que el combate no es tan fluido ni divertido, y el parkour se echa de menos.
Un aspecto a destacar de Riptide es que no viene incluido en el juego. En el caso de PS4 hay que canjear un código para poder descargarlo, mientras que en Xbox One se descarga al introducir el disco. Esto ya de por sí es bastante negativo (¿no podían haber incluido un selector de juego?), pero en PS4 es peor, ya que si queremos prestar la colección a un amigo, sólo podrá disfrutar del juego original.
En cuanto a las mejoras introducidas en esta Definitive Edition, pues se notan bastante en los gráficos. En su momento jugué ligeramente a la versión de PS3 del original, y el rendimiento era bastante malo. En esta ocasión, ambos juegos se mueven de forma fluida (pero a 30 fps en consolas, no 60 como muchas otras remasterizaciones), y las mejoras gráficas introducidas hacen que ninguno de los dos títulos desentonen demasiado dentro del panorama actual. Mención especial se merece la iluminación, que está muy conseguida. Eso sí, las secuencias de vídeo resultan bastante toscas, con animaciones y expresiones faciales bastante pobres en comparación con todo lo demás.
El sonido sigue siendo bastante bueno, con el increíble ruido de las extremidades machacadas cuando damos un buen golpe a los zombies. El doblaje en inglés es aceptable, aunque tampoco esperéis gran cosa, igual que con la música.
Como podéis ver, los juegos son exactamente iguales que en la generación anterior, salvo el salto gráfico. Esto hace que, en esencia, no estemos ante una colección destinada a los que ya disfrutaron de los juegos en su momento, ya que la experiencia será prácticamente la misma, pero visualmente más positiva.
El único extra nunca visto de la colección es Dead Island Retro Revenge, un juego «runner» que parece sacado de dispositivos móviles, y que intenta mantener un estilo retro. En esencia, se trata de un juego muy simple en el que el personaje no para de correr, y nosotros tenemos que matar a los zombies que se pongan por el camino antes de que nos impidan llegar hasta la meta de cada nivel. No es que sea un extra espectacular, pero es entretenido, y el sentido del humor que emplea nunca está de más.
Conclusión
Dead Island: Definitive Collection es un pack bastante bueno, que nos ofrece las mejores versiones de los dos Dead Island principales, lo que se traduce en muchas horas de diversión matando zombies solos o acompañados. Ahora bien, si ya jugastéis a ambos títulos en su momento, entonces es mejor dejar pasar esta colección, ya que apenas hay novedades de peso como para justificar su compra de nuevo.
Si además de no jugar a la saga en su momento tampoco habéis disfrutado de Dying Light, id de cabeza a por este título, ya que supone una evolución respecto a todo lo visto en esta saga, mejorando el combate, los gráficos y la movilidad, resultando en un juego fantástico. Si es al revés, como es mi caso, Dead Island: Definitive Collection va a lograr engancharos de nuevo a otro juego de zombies gracias a su adictiva jugabilidad, que si bien palidece en comparación a Dying Light, sigue funcionando la mar de bien.
Nos consolamos con:
- Mejoras gráficas y de rendimiento notables. El nuevo motor le sienta genial.
- Muchísimas horas de diversión entre ambos juegos.
- El cooperativo sigue siendo genial.
Nos desconsolamos con:
- Pocas novedades para justificar la compra para los ya poseedores de los originales.
- En consolas el juego se ha quedado a 30 fps.
- Que Riptide no venga en el disco y se tenga que descargar.
Ficha
- Desarrollo: Techland
- Distribución: Deep Silver/Koch Media
- Lanzamiento: 31/05/2016
- Idioma: Español (textos)
- Precio: 39,99 €
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