
Hay sagas que, pese a ser míticas en la industria y contar con múltiples entregas, nunca he llegado a probar concienzudamente (eso de probarlo 10 minutos y decir «ya lo jugaré más adelante…» no cuenta). Es lógico, con la limitada cantidad de tiempo que tenemos y los recursos finitos para invertir en videojuegos, toca priorizar y acabamos optando por unos juegos u otros, en función de diferentes factores. El caso es que, como podéis imaginar, la saga Star Ocean es una de esas que yo no he jugado nunca, y con la reciente publicación de la demo de la próxima entrega, Star Ocean: The Divine Force me he animado a darle una oportunidad, a ver qué me encontraba… y a continuación os lo voy a contar.
Lo primero que veremos tras seleccionar dificultad (sólo podemos elegir una en la demo) y si preferimos una experiencia visual enfocada en la estabilidad del frame rate o si preferimos una mayor calidad gráfica, es una pantalla de selección de protagonista… en la que no podemos seleccionar protagonista, pues en la demo sólo hay disponible un personaje llamado Raymond. Una vez seleccionado el muchacho en cuestión, saltará una cinemática en la que nos pondremos en situación: somos el capitán de una nave espacial que lleva una valiosa carga, pero tras recibir el ataque de una nave enemiga, debemos abandonar el lugar en una cápsula de rescate, sin compañeros. En ése momento, que es cuando empieza el juego «de verdad», unos personajes llamados Laeticia y Albaird, nos protegen del ataque de un monstruo salvaje. Tras esto, nos acompañarán por el mundo mientras vamos en busca de las cápsulas de rescate que han caído en diversos puntos del mismo planeta con la intención de reunirnos con nuestra tripulación. En cierto punto de la demo, llegaremos a otra de las cápsulas de evacuación y ahí encontraremos un extraño robot / dron, llamado «D.U.M.A.», que decidirá protegernos de amenazas externas. Y poco más, al menos a nivel argumental, voy a contaros del título, primero porque tampoco pasa mucho más, y segundo porque ya sabéis que no suelo destripar demasiado la trama de los juegos.

Pasemos a hablar del plano jugable, que es algo que podemos ver y evaluar mejor que la historia aunque, obviamente, no bien, porque no deja de ser el tramo inicial (un par de horitas) de una aventura que durará decenas de horas. Estamos ante un Action RPG (ARPG para abreviar) con lo que parece un mundo abierto (no sé hasta que punto el juego nos llevará todo el rato de la manita, encorsetando la acción, o se dará espacio para la exploración y las secundarias, incluso con elementos no lineales, porque estos juegos es habitual que tarden unas horas en abrirse) en el que podemos movernos por escenarios grandes y, aparentemente, variados.
En estos escenarios hay diferentes enemigos desperdigados con los que entablar combate, sin transición ni carga ni nada, lo que en éste aspecto lo hace un juego bastante ágil, y más teniendo en cuenta que si logramos golpear a un enemigo desprevenido empezaremos el combate con cierta ventaja. Por desgracia, la agilidad que se siente en este aspecto está reñida con la simpleza que muestra, al menos en este tramo inicial, en el combate. Y ojo, que cuando conseguimos a D.U.M.A. la cosa mejora y es algo más interesante, pero no llega a despegar pese a proporcionarnos la habilidad de volar durante unos segundos (je je… ¿habéis visto qué juego de palabras más bueno?).

Porque sí, todo se siente, en cierto modo, rutinario. La mayoría de combates se solucionan de una manera que parece un puro trámite… aunque alargado a base de lanzarnos demasiados enemigos. Y no, no es que su superioridad numérica nos obligue a tener una estrategia (o no en este punto, al menos), sino que lo que hace es que tengamos que repetir nuestros ataques. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que cada uno de los ataques gasta una cantidad de puntos de acción (AP) que se van regenerando automáticamente si no atacamos ni esquivamos. El uso de D.U.M.A., por contra, se limita en combate con una barra que iremos rellenando con cada ataque que acertemos. Por suerte, la IA aliada es suficientemente inteligente como para poder hacerse cargo de algunos enemigos mientras nosotros atacamos otros (o de ayudarnos cuando estamos frente amenazas mayores) pero, aún así, el combate acaba pecando de soso. Y sí, como veis, hay varias mecánicas y habilidades, además de poder alternar entre los personajes, lo que da bastante complejidad… pero, por ahora, no es necesaria para nada. Me recuerda, en cierto modo, al tramo inicial de Final Fantasy XIII, totalmente lineal y con un combate que se resolvía pulsando el botón de aceptar comando. Espero, eso sí, que como ya sucedía en ése título, la cosa cambie (y mejore) en tramos más avanzados de la historia.
Es cierto, eso sí, que con cada subida de nivel que realicemos en el juego (yo, en la demo, llegué a nivel 9 ó 10 con los personajes) ganaremos unos cuantos puntos con los que desbloquear las casillas de un tablero que irá mejorando nuestras estadísticas o desbloqueando nuevas habilidades activas (como, por ejemplo, nuevos ataques) o pasivas (como recuperar vitalidad a un ritmo constante). Y creedme, hay bastantes casillas disponibles en los árboles de cada personaje, por lo que entiendo que será un juego que gane bastantes enteros en niveles superiores (y que el juego no se cortará demasiado a la hora de hacernos subir de nivel).
A nivel exploración estamos un poco en las mismas: escenarios grandes y bonitos, pero, por ahora, sin mucho que hacer. Sí hay ciertos elementos que podemos romper con un ataque y nos recompensarán con algún objeto, así como elementos coleccionables (objetos varios, marcados con un punto luminoso verde, y cristales de mejora de D.U.M.A.) y hasta cofres o una suerte de conejos huidizos que capturar. El problema es que, aunque reconozco que podemos ir buscándolos y en cierto modo entretiene, tampoco tendremos demasiado aliciente a explorar en exceso.
Si bien Star Ocean: The Divine Force es un juego que no me ha entusiasmado con su demo, lo cierto es que he visto algunas cosas que me han llamado la atención. No es que venga a revolucionar nada, de hecho no lo pretende y es evidente su inspiración en algunos JRPGs y ARPGs de hace unos años (como Final Fantasy XII y Final Fantasy XIII o Musashi: Samurai Legend o la saga Mana, por citar algunos ejemplos de diferentes épocas), pero lo cierto es que tiene bastante potencial para acabar siendo un juego de rol bastante interesante. Sea como fuere, lo podremos descubrir en poco más de un mes, y es que el juego se pondrá a la venta el próximo 27 de octubre de 2022 para PC, PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One y Xbox Series S y Xbox Series X.
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