Patrician IV – El imperio de los Mares

Han tenido que pasar 7 años para que la saga Patrician viera una nueva entrega en sus filas, y no ha sido Ascaron (evidentemente, por que cerró sus puertas), si no Kalypso quién ha resucitado la saga.

Por si no lo sabéis, Patrician es un juego de estrategia comercial y gestión de recursos que nos convierte en un mercader de la Liga Hanseática, es decir, de los mares de la parte norte de Europa: podremos ver ciudades tan reales como las mismísimas Londres, Edimburgo, Estocolmo, Riga, Oslo… del siglo XIV. Pero, decir solamente esto no hace justicia al juego, puesto que aparte de mercader, podemos subir peldaños en el campo de la política, de la navegación e incluso la piratería. Podremos gobernar la ciudad, moldearla a nuestro gusto y hacer de esas tierras las más prósperas.


Por el parecido evidente, no podemos evitar compararlo con la tercera entrega de la saga y es que Patrician IV es la culminación de todo lo que intentó ser Patrician III: Aquellos que hayáis jugado antes, veréis en la cuarta entrega la perfección de lo que nos brindaba la tercera y los que no, tenéis la oportunidad de empezar con una entrega más completa; pero vayamos por partes.

Comerciar por comerciar podría llegar a ser monótono así que para evitarlo Patrician cuenta con un modo campaña renovado para darnos algún que otro objetivo. En la tercera entrega contábamos con una campaña subdividida en varias misiones que nos ponían al borde de situaciones extremas: sequías y plagas a nivel mundial, bancarrota de nuestra empresa comercial… Esta vez, todo se reduce a una sola misión. Todo bien, pensé, mejor así, juntándolo todo en una que poniendo diversas situaciones sin conexión entre ellas… Bien hasta que te das cuenta que dicha misión tiene una duración mínima, se nos irán dando consejos hasta llegar a ser el alcade de Lubeck y al conseguir esto (unas 5 horas a mucho estirar), se nos dejará seguir a nuestro ritmo, afianzando nuestra posición o yendo a más si queremos conquistar el sitio de gobernador de la Liga. Mas parece un tutorial largo, que una misión completa; aunque también es cierto que es mucho más fácil hacer un seguimiento de todo lo que tenemos que ir haciendo para subir nuestro status, cosa que antes era casi imposible de controlar.

La mecánica es en su esencia la misma de siempre, comprar-vender, saquear… todo vale para hacerse rico, pero tendremos una reputación que mantener para poder seguir con nuestras transacciones marítimas. Una vez tengamos suficiente reputación en una ciudad, podremos construir una oficina comercial en ella, afiliarnos al gremio local y empezar nuestra carrera constructiva: Cierto es que con comprar y vender tendremos suficiente como para subir escalones en el mercado, pero es creando nuestras propias materias cuando los beneficios alcanzan su mayor exponente, mientras que en la anterior entrega no era tan rentable. Cada ciudad tiene sus propias materias a producir, lo que implica que deberemos construir oficinas en varias ciudades si queremos diversidad de material con el que comerciar, pero a su vez cada material requiere de alguno otro para poderse crear: la carne requiere de sal para conservarse, mientras que por ejemplo la madera no necesita nada más. Y aquí llega lo más complicado, suministrar los recursos necesarios para nuestras fábricas, tendremos que ir moviendo los recursos entre las ciudades, y la forma más asequible de lograrlo es creando unas rutas automáticas para transportar y comprar todas las materias que decidamos con un completo editor de rutas, que nos permitirá tanto comprar, como descargar en nuestros almacenes, o cargar directamente las materias que allí tengamos disponibles, para venderlas en otras ciudades de forma automática; algo que sin duda nos servirá para no tener que estar pendientes de los suministros necesarios para la fabricación de materias, y para tener una entrada de dinero automática, que a ciertas alturas nos irá más que bien, para poder centrarnos en otros quehaceres.

A su vez, también podemos construir otros edificios como hospitales, universidades (si somos alcaldes) o fuentes y plazas para mejorar nuestra reputación. Se mantiene la catedral, donde rezar por nuestros negocios y familia o donar alimentos para mejorar nuestra reputación, y la taberna donde buscar marineros para nuestros barcos o misiones alternativas para cumplir; pero perdemos los baños termales donde “untar” a altos cargos, el prestamista donde se podía conseguir dinero fácil con el tiempo, y el fabricante de armas, trabajo del cual ahora se encarga el astillero.

Hablando de armas, lo que también ha cambiado es el sistema de batallas navales. Antes podíamos salir perfectamente ilesos de una batalla, y con algún barco de más. Ahora se ha intentado dar un toque más realista a las batallas, haciendo de los barcos unos objetos mucho más pesados al manejarlos, ya no es tan simple como que el viento nos venga a favor y apuntar también será más difícil, y la velocidad de recarga de los cañones dependerá del número de marineros que tengamos abordo. Se ha perdido la variedad de las armas, teniendo solamente cañones a nuestra disposición, que además no podremos colocar a nuestro gusto en el barco, como se hacía en Patrician III.

Tras esto tenemos un modo Desafío que nos dejará andar libremente por el mar Báltico comerciando y realizando todo aquello que creamos conveniente, como ya se podía hacer en la anterior entrega. Aquí podremos ajustar un poco más los detalles de inicio tales como la ciudad de residencia (que no tendrá por qué ser Lubeck como en la campaña), la población, que afectará a la ley oferta-demanda, sexo y nombre de nuestro jugador…

La interfaz sigue siendo igual de sencilla que antes, y nos encontraremos las tres pantallas que veíamos antes: interior de ciudad, carta de navegación y batalla naval. La ciudad, siguiendo los mismos patrones que en Patrician III, cuenta con una mejora fundamental, y es el apartado gráfico. Éste ha sido renovado totalmente, mostrando una estética no tan seria como en la tercera entrega, pero dando un toque más fresco y desenfadado a la entrega: También se ha mejorado la cámara que nos permitirá movernos más libremente por la ciudad, desde todos lo ángulos, y con total comodidad; la banda sonora, por eso, sigue siendo la misma, teniendo como sonidos de alertas los mismos que en PIII, lo que hará que los jugadores que habíamos jugado anteriormente reconozcamos los eventos, como la llegada de los barcos o la ganancia/pérdida de dinero, sin ni pestañear.

Es una lástima haber perdido por el camino el multijugador, cuando en la tercera entrega se podía, tanto en LAN como por internet con otros jugadores, mientras que ahora no se nos brinda la opción.

En resumen, nos encontramos ante una entrega que acaba el trabajo que Patrician III empezó, siendo realmente útil la producción de recursos propios y su venta automática, y mejorando enormemente el sistema de batalla, donde no podremos salir ilesos ni en uno de ellos. Aunque el modo campaña prometía, acaba siendo algo corto, incluso en comparación con la pasada entrega, si tenemos en cuenta que la mitad del rato de juego nos lo pasaremos al libre albedrío sin pensar en la misión principal, y el hecho de haber perdido el modo multijugador tampoco le ayuda demasiado. Aun así es una entrega que mejora en muchos otros aspectos a su predecesora y que ningún fan de la saga puede permitirse perder y que los que se quieran incorporar a la estrategia comercial deberían probar sin dudarlo.

Lo mejor:

  • La renovación gráfica y la cámara resultan algo extraño al principio pero adecuado más tarde.
  • Crear nuestros propios recursos, y comerciar con ellos será la manera ideal de obtener beneficios.
  • El sistema de batalla ha mejorado haciéndose más real, pero bastante complicado en comparación con lo que estamos acostumbrados.

  • Lo peor:

  • No hay demasiados cambios respecto a las otras entregas, por lo que si os gustaron, este os encantará.
  • Algo corto su argumento, pero cientos de horas nos esperan en su modo libre.
  • Para terminar, listaremos los requisitos mínimos que el juego requiere:
    Windows XP (SP3)/Vista/7.
    Pentium IV 2 GHz.
    1 Gb de memoria RAM.
    3,25 Gb de espacio libre en disco duro.
    Tarjeta gráfica de 256 Mb (NVidia GeForce 6600 o superior, ATI Radeon X700 o superior).
    Lector de DVD-ROM.
    Tarjeta de sonido.

    Comentarios

    1. jajajajja. Me encanta…
      «Lo peor:
      • No hay demasiados cambios respecto a las otras entregas, por lo que si os gustaron, este os encantará.
      • Algo corto su argumento, pero cientos de horas nos esperan en su modo libre.»
      Se nota que te gusta. Lo que según tú es «lo peor» difícilmente puede ser considerado malo…
      Me gusta lo que veo, pena que no esté disponible para Mac 🙁

    2. Bueno ehke, quiza se podria matizar en que «es malo» que no tenga muchos cambios, o que es corto; pero es bueno que tenga horas y horas de modo libre.
      Eso es lo peor, por que no tiene gran cosa a destacar como peor, simplemente que podria haber a aportado alguna cosa el cambio de estudio desarrollador.
      La verdad es que me encanta y es un buen juego que recomiendo encarecidamente si os gusta la saga/genero.

    3. A mi el juego me encanta sigue igual de bueno que el anterior una pena lo de la campaña pero bueno lo mas divertido es hacerte una flota de barcos piratas y a eliminar a todo el barco que veas XD

    Responder a Jerry Cancelar la respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *