Echo de menos las aventuras de acción a lo God of War. No como las entregas recientes, sino las clásicas. Cámaras desde ángulos fijos, planos imponentes, plataformeo, puzzles, combate… Una mezcla constante de mecánicas y momentos épicos para dar lugar a una aventura tan frenética memorable. Esta clase de propuestas obviamente no es tan popular como antaño, pero curiosamente, tenemos un nuevo exponente en la escena indie gracias a Mixture... ¡y para VR!
Como si de una mezcla curiosa del estilo de juego original de Kratos con la idea de un juego en tercera persona siguiendo la estela de Moss, el equipo polaco de Played with Fire nos ofreció esta más que entretenida aventura el año pasado en Meta Quest. Pero hay más visores fuera del standalone, y eso significa estrenarse en PCVR y PS VR2 para que más gente pueda disfrutarlo. Así que preparad vuestras pociones para ayudar a la Caballero Polilla a acabar con el mal.
La polilla nunca estará Sola
Desde el principio, veremos que Mixture es un juego de lo más ambicioso, pero se notan las limitaciones propias de un juego indie. Esto lo podemos ver en la narrativa, donde Played with Fire va a por todas… Pero le faltan recursos para dar en la tecla. En la piel del alquimista Sephairos, deberemos formar equipo con Sola, una Caballero Polilla que lo ha liberado para aprovecharse de su poder.
Al contrario que en Moss, no hay un vínculo de amistad entre nuestro personaje y Sola, por lo que hay fricción inicial. Incluso al acercar nuestras manos a la polilla, ésta se pondrá en una posición defensiva, dejando claro que no somos amigos… Pero nos tenemos que tolerar. Ella nos necesita, y sin ella, volveríamos a la botella donde nos encontró. Poco a poco nuestra relación irá evolucionando, al mismo tiempo que vamos descubriendo más sobre este mundo de luz, oscuridad, alquimistas y pequeños grandes guerreros.
Por desgracia, la narrativa de Mixture es bastante plana y poco atractiva. Todo avanza por medio de diálogos en cuadros de texto pocos llamativos, y aunque es interesante el universo que nos plantean, no lo es cómo lo hacen. Nada de escenas interesantes o dinámicas. La falta de voces o animaciones dinámicas le perjudican, por lo que no será raro que pasemos de los diálogos deprisa quedándonos con nuestro objetivo a resolver, y poco más.
Nada de acariciar a Solas o nos llevaremos un buen corte en las manos
El alquimista y la polilla contra el mundo
Siguiendo con las obvias comparaciones con Moss, aquí no estaremos ante escenarios con una cámara fija. En su lugar, nos iremos desplazando por amplios escenarios por los que nos movemos por un carril, cambiando ocasionalmente de ángulo de cámara, pero creando un mundo interconectado de grandes vistas. Muy en la línea de los primeros God of War, donde si vemos una estructura a lo lejos, es que más tarde la visitaremos. Es algo que me encanta, y que da la sensación de estar ante un mundo vivo lleno de vistas espectaculares, haciéndonos sentir «pequeños» ante la magnitud de lo que nos rodea.
Esto es de lo mejor de Mixture, al igual que las sinergias entre Sola y nuestro personaje. Como alquimistas, podremos usar nuestros poderes para interactuar con ciertos elementos del entorno, ya sea para activar mecanismos o desvelar glifos que nos dan nuevos diálogos para ampliar el lore. Lo más interesante y común es, cómo no, lanzar pociones.
A medida que avancemos en el juego iremos desbloqueando más fórmulas, cada una con diferentes efectos. Así tendremos pociones que sirven como un súper pegamento, otra que hace rebotar todo lo que toca, u otras más centradas en la ofensiva. Eso sin mencionar otras habilidades como poder coger a Solas con nuestra mano, por lo que hay una constante progresión, y lo más importante, estamos activamente colaborando con nuestra heroica caballera. Ya sea en cada combate, sección de plataformas o en los puzzles, dando la sensación de estar ante un juego cooperativo, donde resulta que controlamos nosotros a ambos personajes de manera simultánea.
Durante los combates estaremos constantemente lanzando pociones para ayudar a Solas
Una gran ambición no siempre exitosa
Por lo general, Mixture logra enganchar gracias a su gran variedad de situaciones. Tan pronto llevamos un tiempo usando una mecánica o ante una misma situación, cambiaremos de escenario, se introducirá un nuevo poder o nos enfrentaremos a uno de los gigantescos jefes con los que se cierra cada capítulo de la historia.
Es sin duda el mayor logro del juego, y durante las aproximadamente 6 horas que dura, es genial recuperar esta sensación de aventura épica combinando puzzles, combates y plataformeo a partes iguales. Ahora bien, ¿esa ambición que comentaba antes? Está fuera de toda duda, pero no siempre se termina de clavar todo lo que plantea.
El ejemplo más claro es el combate, uno de los ejes centrales del título, al que le falta tanto profundidad como pegada. ¿El plataformeo? Al no poder saltar, sino sólo planear o hacer un dash, tampoco resulta del todo satisfactorio. Es por la unión del control de Sola con el ir lanzando pociones como Sephairos que termina de funcionar y encajar. Pero está claro que hay margen de mejora en todo lo que plantea, quedándose un escalón por debajo de otras propuestas. Por poner una comparación, Moss, donde el combate es más simple, resulta mucho más divertido en esta faceta.
Los jefes finales son gigantescos y nos ofrecerán los momentos más épicos del juego
Un port competente pero mejorable
Esto nos lleva a la parte técnica, donde otra vez, esa ambición choca con la naturaleza indie del título. Mixture logra impresionar con alguna de las impresionantes vistas que nos ofrece y lo interconectado que está el mundo… Pero todo resulta bastante plano. El estilo artístico me gusta, pero no es uno que entre por los ojos al faltarle detalle por todas partes.
En su salto a PS VR2, tenemos varias mejoras pero por desgracia, también varios problemas adicionales. Contamos con sombras dinámicas y más efectos, pero por contra, el juego no funciona a 90 ó 120 FPS. En su lugar, utiliza la reproyección, algo que destaca cuando estamos ante un cuadro de texto, que se convierte en una amalgama borrosa de píxeles como movamos un poco la cabeza. Dada la naturaleza técnica más simple del juego, que no funcione a un rendimiento nativo, es absurdo que no pueda funcionar sin la dichosa reproyección.
También parece que el juego está funcionando casi como si se mantuviera estable con cinta americana. En muchas pantallas de carga se quedarán los tentáculos que nos atacan del escenario clavados en pantalla, algunas interacciones en el menú no van muy finas, etc. No se rompe el juego, pero me ha dado la sensación de que el juego era mucho más estable y sólido en su versión de Meta Quest. El no aprovechar las hápticas de los mandos o el visor para mejorar la experiencia es otro punto en contra de este port, está claro.
¿Veis aquello a lo lejos? Tarde o temprano nuestra aventura nos llevará allí
Conclusión
Hacen falta más juegos como Mixture. Ya sea en plano o en VR, porque estas aventuras son una delicia. Épicas, variadas y de lo más adictivas. Eso hace que sea más sorprendente tener un juego así en Realidad Virtual, con la idea de colaborar con nuestro avatar «físico» y el que controlamos con los mandos funcionando de una manera tan sólida.
Ahora bien, la ambición de Played with Fire no siempre se ve plasmada con una ejecución muy solvente. El combate es claramente el eslabón más débil, junto a una narrativa que dista mucho de ser interesante pese al llamativo mundo que nos presentan. No ayuda que la versión de PS VR2 sea inferior a la de Meta Quest, pudiendo haber subido de nivel en esta edición para alcanzar más ese potencial.
Dicho todo esto, sigo recomendando Mixture, sea en el visor que sea. Sí, todavía le faltan limar varias asperezas, pero este es un diamante en bruto. Un juego que, pese a sus diversos problemas, tiene personalidad, ofrece algo único en VR, y que se hace disfrutar. Lo dicho, necesitamos más juegos así, que arriesguen en el medio, y al mismo tiempo, echen un vistazo al pasado para recuperar algunos de los géneros más exitosos de antaño, pero los podamos disfrutar desde una nueva perspectiva.
Nos consolamos con:
- Una aventura de acción al estilo de la era PS2, pero con el giro de la VR
- La manera de colaborar con nosotros mismos de manera constante
- Las impresionantes vistas que nos ofrecen los escenarios
Nos desconsolamos con:
- El port a PS VR2 es inferior a la edición de Meta Quest
- Al combate le falta pegada
- Mundo interesante, pero con una narrativa poco atractiva
Análisis realizado gracias a un código para PS5 proporcionado por Perp Games.
Ficha
- Desarrollo: Played with Fire
- Distribución: Perp Games/Meridiem Games
- Lanzamiento: 12/04/2024 (Versión PS VR2)
- Idioma: Textos en Español
- Precio: Steam VR y Quest: 19,99 € - PS VR2: 24,99 €
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