
Hay compañías que siempre que lanzan un juego, te dan una alegría. Ojo, eso no tiene por qué significar que todos sus títulos te interesen o te gusten, pero sí les tienes cierta simpatía. En mi caso, y no me escondo, una de estas compañías es Obsidian Entertainment.
Aunque no he jugado a todo su catálogo (ni al reciente ni en general), sí es cierto que varios de sus proyectos me han interesado desde el primer momento. Y, casualidades de la vida, este año he podido disfrutar de dos de ellos: hace unos meses, con el lanzamiento de Avowed, y ahora, con el reciente The Outer Worlds 2, título del que vamos a hablar hoy.

Para los que no lo conozcan, decir que el primer The Outer Worlds fue, para resumir mucho, una suerte de Fallout: New Vegas cambiando el setting, y es que dejaba atrás la ambientación postapocalíptica de la saga de Bethesda (en la que trabajaron con el citado New Vegas, de ahí mi comparación) para dar el salto a la ciencia ficción espacial. Es curioso, en cierto modo, que un tiempo después de este movimiento saliera Starfield por parte de Bethesda, pero eso es harina de otro costal. Pero volviendo a lo que importa, el primer The Outer Worlds se sintió como una experiencia nueva y conocida a la vez, a la que (para algunos entre los que me incluyo) ser una aventura más comedida que en otros títulos del género le sentó maravillosamente. Y es que soy de la opinión de que no necesitas 200 mapas distintos gigantescos o una trama de 150h para lograr dejar huella en el jugador.
En este sentido, este The Outer Worlds 2 recoge el testigo en cuanto a ofrecer una aventura bien medida, y es que en mi caso he tardado algo menos de 40 horas en completar casi todo lo que la aventura me podía ofrecer (a falta de algunos coleccionables y alguna «tontería» más aquí o allá). Para que os hagáis una idea, terminar Avowed (con un grado de compleción similar) me tomó algo más de 65 horas, mientras que el primer The Outer Worlds lo terminé (en los mismos términos, aproximadamente) en algo menos de 30 horas. Es, por tanto, y según mi experiencia, una aventura significativamente más corta que la aventura medieval fantástica, pero bastante más larga que la primera iteración de la saga.

Pero bueno, que estoy empezando de manera un tanto caótica (para lo que suelen ser mis textos): hemos hecho un breve comentario de dónde venimos y ya hemos saltado a la duración, que es un punto de los últimos a tratar en mis análisis. Así que volvamos a lo que tendría que haber sido el principio y hablemos ligeramente (y sin spoilers) de lo que nos tiene que ofrecer esta nueva entrega:
Trasladando la acción a Arcadia, un sistema en el que hay varios planetas y estaciones espaciales (cada uno con una ambientación y un bioma únicos), nos pondremos en la piel de un agente del Consejo de Administración Terráqueo, una suerte de organismo galáctico que trata de resolver problemas a gran escala en los diferentes sistemas del universo de la saga. En esta ocasión, todo empieza porque debemos estudiar (y detener) la aparición de unas fisuras en el tejido del universo en el sistema de Arcadia, aunque las cosas no serán tan sencillas como puede parecer en un primer momento… y hasta aquí puedo leer.
Lo que sí que os garantizo es que el juego está lleno de momentos realmente interesantes y divertidos, y algunos de ellos son muy originales. Y es que si bien algunas situaciones son bastante clásicas y hasta tópicas, la pluma de los escritores de Obsidian está cargada de mala leche y de un humor tan peculiar como negro, haciendo que lo exagerado y retorcido de algunas situaciones pueda sacarnos, como poco, una sonrisa.

La gracia del asunto es que la mayoría de situaciones se pueden resolver de diferentes maneras, muchas de ellas a modo de puzzle o con auténticas batallas dialécticas en las que convencer al «oponente» de que tenemos razón (sea verdad o no, claro está). Esto es algo que sienta realmente bien gracias a la escritura del juego, viendo que nos da muchas opciones (repito, esto no es sólo a nivel conversacional) y que los desarrolladores han tenido en cuenta sucesos y conversaciones anteriores, dando totalmente la sensación de que nuestros actos tienen consecuencias reales. Esto, además, se ve reforzado porque podemos consultar opciones bloqueadas en la conversación, que si bien no nos dirán lo que sucede o en qué consisten, sí nos dirán por qué están bloqueadas (desde no tener una información previa a no disponer de un objeto, pasando por la falta de habilidades y talentos o incluso por una reputación no adecuada con alguna facción). Pero bueno, que si no queréis rebanaros mucho los sesos, o vuestro personaje es mucho más camorrista que el mío, siempre podéis disparar primero y preguntar después. Porque nada hace cambiar más de opinión que un buen disparo entre ceja y ceja.
Y hablando de disparar, debo decir que el gunplay es magnífico, con diferentes tipos de armas que reaccionarán de diferentes maneras, siendo realmente divertido y dando muchas posibilidades: desde armas cuerpo a cuerpo a escopetas, pistolas, revólveres, lanzacohetes o ametralladoras, entre otras, formarán el variopinto arsenal al cual tendremos acceso durante nuestras aventuras. Yo, por ejemplo, empecé el juego con una pistola automática silenciada, perfecta para el sigilo, y con una vara con la que machacar enemigos en el cuerpo a cuerpo. Por contra, en el tramo final he utilizado una guadaña con efecto de Rayos N (una especie de radiación, para entendernos) para el cuerpo a cuerpo, un fusil de cerrojo con efecto rayo para los enemigos lejanos y con una ametralladora pesada para el control de masas. Porque mi personaje, aunque especializado en las skills menos ofensivas, no se achantaba a la hora de pegar tres o cuatro (cientos) tiros…

Y hablando de las skills del personaje, decir que estas habilidades serán generales (sigilo, destreza con armas, uso de explosivos, hackeo…) pero determinados trasfondos a la hora de crear el personaje nos desbloquearán algunas específicas (como, por ejemplo, liderazgo). Esto hará que cada personaje sea bastante personalizable, aunque debo decir que el hecho de que el desarrollo del personaje llegue a nivel 30 como máximo me ha sabido a poco, pues en el tramo final he estado unas cuantas horas sin poder mejorar las capacidades de mi avatar pese a que he ido acumulando bastantes puntos de experiencia.
Una cosa que me ha gustado mucho respecto a esto de las habilidades es, justamente, su «opuesto»: las desventajas. El juego irá analizando la manera en qué jugamos y, por tanto, sabrá las manías que tenemos. Cuando tenga alguna identificada, nos ofrecerá una flaqueza que tiene una clara desventaja para nuestro personaje. Lo bueno de estas flaquezas es que tienen una contraparte positiva. Por ejemplo, si nosotros no somos de ayudar a nuestros compañeros en el combate y les derriban a menudo, el juego puede proponernos una desventaja que es eliminar la opción de reanimarlos en combate (tranquilos, que no es muerte permanente, al finalizar el combate vuelven a la vida y nos acompañan con total normalidad) a cambio de un boost en las estadísticas. O, si por el contrario, sois de ese tipo de gente que no puede tener un cargador a medias en su arma, podemos aceptar una desventaja en la que si gastamos todo el cargador antes de recargar manualmente tendremos una penalización, a cambio de que las balas de nuestra arma sean más dañinas. Estas desventajas, por cierto, son totalmente opcionales (aunque tienen su gracia, para qué mentir).

Y hace un momento hablaba de los compañeros, pero no os he comentado demasiado de ellos. A medida que avanzamos por la trama, habrá diferentes personajes que se pueden unir a nuestro grupo, con lo que tendremos ayuda tanto en el combate como fuera de él. La gracia es que todos estos personajes son de diferentes orígenes, procedencias… y facciones. Por lo que no será fácil contentarlos a todos (o, más bien dicho, será fácil enfadar a alguno de ellos), ya que nuestras acciones no siempre serán de su agrado. Dicho esto, tampoco es que sea muy complicado ver qué quieren y qué no quieren y respetar sus deseos (en mi partida recibí un ultimátum de un compañero tras hacer algo que, para él, era atroz… y fue para «provocarle» y ver su reacción, no os voy a engañar). Estos personajes, por cierto, tendrán unas misiones secundarias asociadas que, al completarlas, se nos permitirá mejorar su equipo.
Y hablando de misiones y facciones… el juego tiene 3 grandes grupos o facciones con los que podemos interactuar y labrarnos una cierta amistad (o una relación provechosa, si preferís verlo en estos términos)… o enemistarnos si sus objetivos y opiniones contrastan con nuestras acciones, claro. Además de estas tres facciones (que no os desvelo para no arruinar la sorpresa, aunque sí os adelanto que alguna os sonará del primer juego… más o menos), habrá grupos neutrales o, directamente, enemigos que simplemente estarán por ahí y con los que no podemos mejorar o empeorar nuestra relación.

Las misiones, por cierto, tienen bifurcaciones y objetivos opcionales, así como varias maneras de resolverse (como ya he comentado antes), y no será raro que mientras estamos haciendo una desbloqueemos una nueva (o, al menos, una pista) para empezar otra. Además, me ha gustado mucho el hecho de que si nos dedicamos a investigar y explorar por nuestra cuenta, algunas de estas misiones las podremos completar antes incluso de que nos la soliciten (por ejemplo, acabar con todas las criaturas que habitan en una cueva para que no amenacen a la población cercana), o incluso podemos empezarlas «por la mitad». El juego, como decía, contempla estas opciones y tendrá diálogos preparados para ello, donde además influirán los personajes que nos acompañan.
Para ir terminando, comentar que el juego es precioso a nivel visual, haciendo gala de unos escenarios realmente bellos y de unos modelados muy competentes, y unas animaciones que, por lo general, están muy logradas. Sí que es cierto que yo he jugado en modo rendimiento, que baja la resolución y algunos efectos en pos de una mayor suavidad y estabilidad en lo que a la tasa de frames se refiere, pero ello no quita que haya entornos dignos de postal. Eso sí, pese a haber jugado con la configuración de rendimiento, en algunos momentos puntuales (básicamente en zonas concretas del mapa) he notado bajadas de frames, tirones y rascadas un tanto molestas. Nada gravísimo, no, pero ahí estaban.

Una cosa que me ha gustado mucho, y que viene heredada de títulos como los Fallout mencionados anteriormente (u otros títulos de Bethesda como The Elder Scrolls o el también mencionado Starfield) es la posibilidad de jugar el título en primera o en tercera persona, aunque es algo más engorroso que en estos títulos: en vez de haber un botón asignado al cambio de perspectiva, debemos pasar por el menú de opciones. Lo bueno, eso sí, es que tenemos tres puntos de vista: primera persona (la vista por defecto y la que he usado yo durante el mayor tiempo de mi partida), tercera persona vista cercana (para entendernos, la cámara al hombro de juegos como Gears of War o Resident Evil 4 y los remakes) o tercera persona vista lejana (la tercera persona «más tradicional», como la que podemos ver en juegos como Grand Theft Auto, Hitman o Tomb Raider por citar unos pocos de diferentes estilos). En estas cámaras, por cierto, el personaje reacciona de manera bastante convincente, para sorpresa mía, así que aplaudo esta decisión (y es que algunos juegos que he comentado antes tienen una tercera persona un poco tróspida, y no miro a nadie… ¿eh, Fallout?).
A nivel sonoro tenemos unos efectos cuidados, una música que acompañará la acción (especialmente inmersivo resulta si nos da por ponernos las diferentes emisoras de radio disponible, que además irán comentando nuestros avances y acciones en la aventura) y un doblaje al inglés muy competente. Este es, de hecho, quizás el mayor problema del título: el texto sí viene traducido al español, pero las voces no, por lo que nos tocará leer, y mucho. Un punto agridulce, pero que (para mí) no empaña el producto final.
Conclusión
The Outer Worlds 2 es puro Obsidian: ni más, ni menos. Una aventura muy completa e interesante que, en general, resulta muy satisfactoria y gratificante. Por el camino sacrifica la grandilocuencia de algunas obras, pero si el precio a pagar para tener estas posibilidades y este nivel de detalle en las conversaciones, misiones y personajes es tener que jugar a un título más pequeño, yo firmo encantado.
Nos consolamos con:
- Un juego lleno de posibilidades para el roleo, con muchas maneras de abordar un mismo problema o situación
- La sensación de que tanto nuestros actos como nuestras decisiones tienen consecuencias reales
- El sentido del humor de Obsidian
Nos desconsolamos con:
- La limitación a nivel 30 se me antoja «muy baja», especialmente si intentamos ser un poco completistas con el juego
- Incluso en modo rendimiento hay momentos en los que el título no va tan fluido como debería
- Una vez más, nos encontramos con un título sin doblaje al español (y creedme, aquí hay mucho texto a leer)
Análisis realizado gracias a una copia digital proporcionada por Microsoft
Ficha
- Desarrollo: Obsidian Entertainment
- Distribución: Microsoft - Xbox Game Studios
- Lanzamiento: 29/10/2025
- Idioma: Textos en español, voces en inglés
- Precio: 69,99€

Deja una respuesta