8

Hell Pie

Hell Pie

Hay géneros a los que asociamos automáticamente un estilo visual. Un rango de edad. Unas emociones típicas que nos evocan. El ejemplo que hoy nos ocupa: los plataformas 3D. Solemos pensar en mascotas adorables. Mundos coloridos llenos de peligros, pero que se superan siempre con una sonrisa. Donde los enemigos son casi tan monos que cuesta aplastarles para conseguir unas monedas extra.

De vez en cuando, salen juegos que rompen por completo con esta noción. Ya lo vivimos en Nintendo 64 con Conker’s Bad Fur Day, y ahora se llega casi un paso más allá con Hell Pie. La obra de Sluggerfly me sorprendió muchísimo hace ya 3 años gracias a su propuesta jugable, además de chocarme mucho su mórbida propuesta: hacer una tarta para Satán con los ingredientes más asquerosos posibles. Tampones usados, drogas, zurullos, vómitos y muchas otras «delicatessen». Poneos el gorro de pastelero, encadenad a vuestro querubín… ¡y a poner las zarpas en la masa!

Abrazando al máximo lo grotesco, lo gore y lo asqueroso

Hell Pie no es un juego para niños. Esto tiene que quedar muy, muy claro desde el primer momento. Aquí vamos a ver setas con formas fálicas viviendo escenas propias de «La Fiesta de las Salchichas«. Unos cachos de mierda nazis nos intentarán parar los pies. Los destripamientos están a la orden del día en el infierno. Vamos, estamos ante un juego muy gore que abraza al máximo este concepto de ser grotesco.

Hell Pie
Preparaos para luchar contra la mierda nazi… En el sentido más literal posible

¿Es esto algo bueno? Sí y puede que no. Claramente, hace que Hell Pie destaque automáticamente de entre todos los demás plataformas que hay en el mercado. Pero claro, ese impacto puede ser demasiado para mucha gente. Aunque todo sigue siendo muy cartoon, a veces una asquerosidad más puede ser la gota que colma el vaso.

Reconozco que al principio, además de reírme de tanta casquería muchas veces gratuita, también notaba algo de sensación de rechazo. Quizá en mi mente esperaba algo más rebajado. Y ojo, se puede «censurar» (opción pensada sobre todo para streamers), pero lo dicho, va a ser algo muy personal. Tras una hora más o menos ya me ajusté y disfrutaba más las dantescas situaciones en las que nos mete Hell Pie para encontrar los ingredientes. Eso sí, menos mal que Chicote no está en esta cocina, o se la cierra en menos de lo que canta un gallo.

¿Que hay un ingrediente dónde?

Como todo buen plataformas 3D que se precie, Hell Pie nos ofrece una serie de coleccionables con diferentes órdenes de importancia. Los ingredientes son el principal, y serán los que vayan marcando nuestro progreso. Al conseguir un número determinado, desbloquearemos un nuevo mundo. Vamos, nada nuevo para los que llevamos brincando desde hace años.

Hell Pie
No hay mejor sitio para un restaurante que el interior de una ballena

El resto de coleccionables tienen diferentes usos que los hace no obligatorios, pero sí muy atractivos. Las latas de comida nos permitirán desbloquear nuevas habilidades para nuestro querubín, el feo de Nugget. Con los adorables unicabras podremos obtener nuevos cuernos… Después de sacrificarlos en los pedestales correspondientes. Por último, los gatitos servirán para explorar la guarida de Avaricia en la sede central del infierno. Eso sin olvidarnos las gemas, con las que comprar nuevos modelitos. Porque seremos los demonios del mal gusto, pero nada nos impide ir a la última moda.

Así que, Hell Pie tiene una estructura clásica, pero que funciona a las mil maravillas. Cada mundo tiene a su vez una zona central, que funciona como un nivel más abierto donde encontrar más ingredientes y secretos. Desde él accedemos luego a niveles que sí son lineales, consiguiendo un gran equilibrio entre el estilo de plataformas de Banjo-Kazooie con el de Crash Bandicoot.

El placer de romper los niveles… ¡Chúpate esa Dios!

La otra gran particularidad de Hell Pie es cómo usamos a nuestro encadenado querubín. Por un lado, el bueno de Nugget será nuestro arma, de una forma que me ha recordado muchísimo a Whiplash de la era 128 bits. Pero casi más importante: ¡es un gancho! No del que se acopla en lugares específicos, sino que lo hace en cualquier parte. Al pulsar el gatillo, nos empezaremos a balancear en el aire, pudiendo superar así grandes distancias que de un doble salto junto a la esquiva no podríamos alcanzar ni aunque se congelara el infierno.

Hell Pie
Cada mundo ofrece un amplio escenario desde el que acceder a los sub-niveles

Varias de las mejoras del querubín con las latas de comida consisten en potenciar este balanceo. Ya sea con más usos antes de tocar el suelo, más movimientos aéreos para ascender con mayor facilidad y cosas por el estilo. Los niveles de Hell Pie están diseñados en su mayoría con uno o dos balanceos en mente, lo que da pie a la posibilidad de romper el diseño con nuestra habilidad.

Esto no lo digo como algo malo, ya que ir dando saltos de plataforma en plataforma siempre es una opción. Pero encontrar el equilibrio entre los balanceos para superar secciones enteras es incluso más divertido. Al unir a Nugget con la posibilidad de escalar verticalmente los muros durante unos metros, rebotar de ellos y realizar las esquivas, el repertorio de movimientos nos abre todo un mundo de posibilidades.

Al fin y al cabo, encontrar esas rutas no planificadas en un plataformas 3D es una de las mayores gracias del género. O puede que sí estuvieran planificadas, pero a ti te parece que estás rompiendo los esquemas al diseñador. Con que sí, moverse por Hell Pie es increíblemente divertido, sumando cada vez más opciones con las que encontrar esa forma única de romper los niveles. Pero como está también el camino normal, no se fuerza a rebuscar tanto una posible solución, haciendo viables ambas formas de jugar, lo cual es fantástico.

Hell Pie
Algunos desafíos plataformeros son bastante espectaculares

Más variedad que en la cocina de Gordon Ramsey

Otro punto fuerte de Hell Pie es lo variado que resulta. En un momento dado estaremos en una fábrica de procesamiento de humanos, para en otro meternos en el interior de una ballena-restaurante, o incluso en la sección de urgencias del infierno. Cada nivel ofrece algún reto diferente que lo hace destacar de los demás. ¡Incluso algunos tienen secciones de shooter! En algunas ocasiones también nos restringen la capacidad de balanceo, para así no depender exclusivamente de esta brillante mecánica.

La progresión y el ritmo al que van introduciendo nuevas mecánicas es también un acierto. Con los cuernos desbloqueados en cada mundo desbloquearemos más rutas en cada nivel, ya sea futuro o pasado, con más secretos por encontrar y motivos para volver a ellos si queremos el 100%. Luego, algunos niveles sí usarán estas habilidades de forma obligatoria en el futuro. Es cierto que no todas las habilidades son igual de útiles, y algunas son tan contextuales, que prácticamente no las usaremos. Pero al menos, así vamos haciendo cosas nuevas en nuestro viaje culinario.

Gracias a todos estos elementos, Hell Pie resulta increíblemente divertido, enganchando hasta llegar a su final. Esto es algo que nos llevará alrededor de 6-8 horas. Si queremos obtenerlo absolutamente todo, entonces tendremos que echar unas cuantas horas extras en el infierno, siendo un plataformas bastante completo.

Hell Pie
Morir tantas veces a manos del DOOM Slayer nos ha hecho aprender a usar la escopeta

A veces lo celestial puede ser horrendo

Claramente, Hell Pie hace muchísimas cosas bien. Los niveles son variados, el control es excelente y nos ofrece muchas posibilidades para jugar. Ahora bien, hay ciertos aspectos celestiales que chocan en este infernal título. Para empezar, los jefes finales. Sólo hay dos combates (un tercero ni lo cuento), resultando ser algo descafeinados para lo divertido que es el título en muchos otros momentos.

La cámara a veces también es un problema. Vuelve a ponerse a nuestra espalda demasiado rápido, aunque estemos con una perspectiva diferente para tener una mayor precisión. El ángulo en el que se coloca por defecto no siempre es el mejor. Claramente no es un problema muy grave, pero sí que se echa en falta un poco más de pulido en este aspecto.

Los diálogos de Nugget también me han sacado de quicio. No hay voces como tal, sino que todo tiene lugar mediante texto. Pues bien, a veces el bocadillo de nuestro querubín se pondrá en medio de la pantalla, lo cual es molesto y nos puede precipitar a nuestra muerte. ¿No podía haber una cadena para la boca que fuera a cuello con la del pie? Encima, se repiten muchísimo sus frases. Ya me enteré de tu chiste malo la primera vez, no hace falta repetirlo 50 veces.

Hell Pie
Los humanos como que no lo pasan muy bien en el infierno

Ya lo último, que es más bien una pega muy pijotera, pero creo que puede frustrar: la velocidad de reaparición. Al intentar usar el balanceo, nos caeremos al vacío más de una vez, por lo que moriremos unas cuantas veces. Las vidas son infinitas (menos mal), pero volvemos a la vida escalando por el agujero demoniaco que sirve de checkpoint. Esto significa esperar a que la animación se complete cada vez que resucitamos. Dura solo uno o dos segundos, pero es cansino.

¿Quién ha apagado la música del infierno?

En la parte visual, Sluggerfly ha logrado combinar bien el estilo aparentemente cartoon y familiar propio de los plataformas con lo grotesco y dantesco. El resultado logra ser atractivo, gracias a una dirección de arte llamativa. Es cierto que las limitaciones propias de un equipo limitado se notan al ver animaciones algo toscas en ocasiones y defectillos similares. Pero vamos, el resultado global es bastante bueno y «atractivo».

Donde sí tengo más problemas es con el sonido. La música normalmente suena poco o tiene un protagonismo casi nulo. No hay melodías memorables para cada mundo o cada nivel. De hecho, me parecía que había demasiado silencio. Los efectos de sonido tampoco son para echar cohetes, en especial cuando hay alguna escena de vídeo de por medio. Todo es funcional, pero nada más.

Hell Pie
Los chistes malos sobre informática y el infierno en vena. Gracias

Conclusión

Hell Pie es un plataformas 3D increíblemente divertido, grotesco, infernal y lleno de posibilidades. No solo logra destacar gracias a su apuesta por lo obsceno o lo violento, sino por sus mecánicas jugables. La posibilidad de balancearnos en cualquier punto con el querubín es brillante, y su ejecución es mejor todavía.

Encontrar las rutas óptimas para saltarnos plataformas o encontrar secretos es demasiado adictivo. Es como si le sacáramos el dedo al Dios del juego (o a sus diseñadores), dejándonos esa sensación de satisfacción que se nos queda al «romper» el juego. Porque demostramos ser más listos y damos con una ruta que claramente es mejor… Seguramente guiados por el propio título, pero vamos a quedarnos con esa victoria personal.

Así que, pese a sus defectillos propios de un juego hecho por un estudio bastante pequeño, y un estilo que igual puede resultar chocante para más de uno, Hell Pie logra ser infernalmente divertido de principio a fin. Ser pastelero nunca fue tan asqueroso, divertido, original y adictivo.

8

Nos consolamos con:

  • La mecánica del balanceo con el querubín
  • Múltiples rutas a tomar casi siempre en cada nivel
  • La satisfacción que da el «romper» los niveles
  • Gran variedad de situaciones

Nos desconsolamos con:

  • Su tono grotesco puede ser demasiado para más de un amante de plataformas más cuquis
  • Nugget es un plasta y cuando habla nos tapa demasiado de la pantalla
  • Los jefes finales: muy escasos y sosos
  • Música olvidable

Análisis realizado gracias a un código para PS5 proporcionado por Plan of Attack.

Ficha

  • Desarrollo: Sluggerfly - Port a consolas por Catness Games
  • Distribución: Headup
  • Lanzamiento: 21/07/2022
  • Idioma: Textos en Castellano
  • Precio: 24'99 €

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *