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Fist of the North Star: Lost Paradise

Creo que no es un secreto que me encanta la saga Yakuza. Desde que probé la saga en PS2 me enamoró, y aunque tardé un poco en poder jugarla a pleno rendimiento por el tema del idioma (de pequeño el inglés y yo éramos unos desconocidos), es salir un nuevo juego de la saga y querer jugarlo. Por eso me alegra comprobar cómo la franquicia por fin está despuntando en Occidente, lo que ha hecho que podamos disfrutar de Fist of the Nort Star: Lost Paradise.

Sí, es una adaptación del manga/anime de la década de los 80, pero por detrás está el Ryu Ga Gotoku Studio, al querer adaptar la fórmula Yakuza a esta franquicia. Esto ha hecho que, sin tener absolutamente ni idea del manga/anime, tuviera unas ganas locas de probar el juego. ¿Un Yakuza en el que todo es más exagerado de lo normal y el protagonista hace explotar a sus rivales? Era demasiado apetecible como para pasar la oportunidad, y además, poder disfrutar de una adaptación anime que no es un musou ni un juego de lucha es bastante refrescante. Preparad vuestros puños, que como nos despistemos, «You’re already dead!» como diría el bueno de Kenshiro.

A nivel argumental, los Yakuza han destacado por ofrecer una trama compleja llena de giros y personajes memorables. Sin embargo, aquí tienen que usar personajes de una franquicia establecida, y han hecho un buen trabajo a medias. El inicio es seguramente lo más confuso de toda la aventura para los que no conocemos nada de Fist of the North Star, ya que empieza con nuestro protagonista, Kenshiro, buscando venganza contra alguien que le dejó las cicatrices de su cuerpo y secuestró a su amada Yuria. Nada de un contexto sobre quién es este villano, cómo pudo derrotar a Kenshiro antes, etc.

Pero bueno, al final esto no es más que un tutorial para dar inicio a la trama de verdad. Aunque parecía que Yuria estaba muerta, hay rumores de que ha sido vista por la ciudad de Eden, que en un mundo post-apocalíptico por culpa de las bombas nucleares, es capaz de ofrecer todo el agua, alimento y energía que sus habitantes necesitan. Así que nos toca ir allí para comprobar si los rumores son ciertos y reencontrarnos con nuestro amor.

La premisa es sencilla, pero como os podéis imaginar, todo se complica bastante al llegar a Eden, ya que hay ciertos misterios sobre el funcionamiento de la ciudad, sus orígenes y varios líos con las facciones que intentan tomar la ciudad para incrementar su poder. Como Kenshiro tiene un corazón que no le cabe en su pecho exageradamente gigantesco, se meterá en todos los problemas de la ciudad, conociendo a un variopinto elenco de personajes en el proceso.

Es ahí donde triunfa la trama de Fist of the North Star: Lost Paradise, ya que las dinámicas con varios personajes, en especial Jagre, me han gustado bastante. Sin embargo, lo que es la trama principal, le falta mucha fuerza. Tarda en arrancar bastante, hay demasiados momentos de puro relleno que no aportan gran cosa más allá de lo que podrían ser tramas secundarias, y nunca llegamos a preocuparnos por Yuria como lo hace Kensiro. Todo esto hace que las revelaciones que llegan al final no tengan peso alguno, y te quedes con una sensación de «pues vale» en vez de «guau, no me lo esperaba». Al menos, parece que la trama es nueva respecto al manga/anime, tomando algunos personajes y eventos de la franquicia, pero uniéndolos para crear un argumento completamente nuevo, con que los fans podrán llevarse alguna que otra sorpresa.

A nivel jugable, Fist of the North Star: Lost Paradise es básicamente Yakuza, algo que salta a la vista desde el primer momento. Los menús y la interfaz son prácticamente idénticos, además de tener una estructura muy similar. En esencia, tenemos una ciudad para explorar, y de vez en cuando nos meteremos en combates cuerpo a cuerpo. Obviamente hay algunas diferencias, ya que no es lo mismo un mundo post-apocalíptico donde los artistas marciales tienen superpoderes que el Tokyo moderno, pero la base es la misma.

Aquí, el combate es algo más rápido que el de Yakuza, y hay pequeñas pero sutiles diferencias que funcionan muy bien. Para empezar, no podemos agarrar a los enemigos o armas del entorno. En su lugar, el botón «Círculo» sirve para apretar uno de los puntos de presión de los enemigos una vez hemos llenado su indicador de calavera. Al apretar su punto de presión, se quedan atontados, momento en el que podemos realizar una ejecución exagerada, violenta y absurda, que si sirve para matarles, les hará explotar literalmente. En función de en qué momento del combo hayamos noqueado al enemigo, realizaremos una ejecución u otra, habiendo bastante variedad para que no veamos la misma animación una y otra vez… Aunque esto es algo que terminará pasando a las varias horas.

Este es uno de los puntos fuertes y al mismo tiempo débiles del combate, ya que tras 15 horas de juego, podremos acabar algo cansados de tantas ejecuciones idénticas y de tener que pulsar los botones que aparecen en pantalla para hacer más daño. A favor de Fist of the North Star diré que la aparición de los botones de QTE en las ejecuciones es brillante, al simular lo que hace Kenshiro, por lo que si realizamos un golpe vertical contra la cabeza de un enemigo, el botón aparecerá de arriba a bajo, mientras que si espachurramos la cabeza de los rivales con nuestros dos puños, aparecerá el botón por los dos lados de la pantalla hasta juntarse en el centro. Lo mejor es cuando hacemos el icónico movimiento de «WATATATATATA» por el que empieza a soltar un montón de puñetazos, ya que la pantalla se llena de botones para que los eliminemos, al igual que haría Kenshiro con sus puñetazos.

Si nos cansamos de estas ejecuciones, podemos usar una ejecución rápida al noquear a los enemigos, si tenemos la precisión suficiente. Esto tiene otras ventajas, ya que los enemigos podrán soltar esencia para cargar nuestro indicador especial que nos permite entrar en un modo más poderoso (para lo cual tenemos que destrozarnos la camiseta, obviamente) donde haremos más daño y tenemos acceso a nuevos movimientos. Otra esencia nos permitirá recuperar vida, y en alguna ocasión, los gritos de dolor de los oponentes se harán físicos, pudiendo usar la onomatopeya como arma. Sí, es tan absurdo como suena, y es genial.

Lo mejor del combate de Fist of the North Star viene en los jefes finales. Esto siempre ha sido un punto muy fuerte en los Yakuza, y aquí directamente podemos ver cosas muchísimo más locas. La unión de las partes de acción normales, junto a los momentos de QTE, hace que los jefes finales sean épicos. Es en estos encuentros donde las habilidades que vamos desbloqueando vienen mejor, ya que realizar esquivas, ejecuciones contextuales cuando ellos realizan alguna esquiva especial o sencillamente combos capaces de romper la defensa del oponente son cruciales si queremos sobrevivir.

Fuera de los combates, tenemos multitud de actividades en las que pasar horas y horas por Eden. En primer lugar, la ciudad es bastante pequeña si la comparamos con Kamurocho, por lo que al poco tiempo nos la conoceremos como la palma de nuestra mano. Si ya habéis jugado a Yakuza, muchos minijuegos los conoceremos, como el de dirigir un club de hostess o los recreativos para probar juegos de SEGA clásicos. Sin embargo, algunos han recibido cambios para adecuarse al universo, lo que los hace incluso mejores. Para empezar, el minijuego musical ahora es para que Kenshiro haga de doctor, curando a pacientes o repartiendo leches a maleantes al ritmo de la música. En la arena de combate podemos medirnos contra enemigos de todo tipo, mientras que en el bar podemos hacer de camareros. Lo de camarero es para enmarcar, ya que los movimientos exagerados que usa para combatir los emplea para realizar las bebidas, por lo que ver cómo pasa de un bloque de hielo tan grande como él a un hielo circular perfecto, o cómo agita la bebida (algo que nosotros emulamos al agitar el mando), es absurdamente brillante. En el caso del béisbol, ahora el bate es una viga de acero enorme, mientras que las pelotas son motoristas que intentan llegar a la ciudad. ¿Puede ser más loco y espectacular?

Al estar en un mundo post-apocalíptico, no solo tenemos Eden para explorar, sino que podemos montarnos en un buggy para explorar el yermo. La conducción aquí es arcade y con unas físicas no muy convincentes, pero es funcional. Con el coche podemos acceder a carreras, y podemos ir mejorándolo con las piezas que consigamos y los materiales que encontremos por el yermo. El buggy amplia mucho la zona de juego, ya que en el mundo podemos encontrar recreativas para llevar al arcade, tesoros temporales y otras misiones secundarias.

Hablando de las misiones secundarias, éstas son maravillosas. Como en Yakuza, hay un equilibrio perfecto entre la locura y el dramatismo, que funciona mucho mejor que en la historia principal. Aunque al final muchas de estas misiones consistan en ir de un punto a otro y repartir mamporros cuando toque, las tramas son geniales y nos enganchan, como jugar al escondite con un niño que ha perdido a su padre, demostrar a un grupo anti-violencia que en un mundo tan duro a veces es necesario defenderse como último recurso, o encontrar a un asesino en serie en plan Jack el Destripador. Algunas de estas misiones forman parte de los minijuegos, como la de pagar una deuda siendo mánager de hostess, o la del asesino en serie por medio del sistema de recompensas.

Pese a todo lo bueno que tengo para decir del contenido secundario y de las mecánicas básicas, hay un problema muy claro en Fist of the North Star: su ritmo en las misiones principales. Hay capítulos que consisten en ir a un lado, para que nos digan que no, que tenemos que ir a otro lado, y así casi una hora hasta que por fin llegamos al lugar correcto para progresar la historia como tal. Es cierto que en Yakuza esto también ocurre, pero se da de una forma mucho más natural que aquí. En Fist of the North Star parece sencillamente que te están haciendo perder el tiempo para que la trama dure más de la cuenta.

El mejor ejemplo está cerca del final de la aventura. Tenemos que ir a un lugar con el buggy en el yermo. Vamos y descubrimos que necesitamos una pieza adicional para el coche, con que tenemos que volver a la ciudad. Al llegar nos dicen que necesitamos materiales que están cercan del objetivo, así que nos toca volver, recogerlos y regresar a la ciudad. Así ya tenemos todo para volver una vez más al objetivo, y esta vez sí, progresar. Estamos hablando de 5 viajes que deberían de haber sido uno, ya que de este modo, se corta cualquier tensión que pudiera haber en la historia, y esto es literalmente el penúltimo nivel, para acceder a la penúltima zona importante del juego. Es absurdo y te dan ganas de aplicar el Hokuto Shinken (el arte marcial que practica Kenshiro) sobre los desarrolladores.

Con todo esto, he necesitado unas 15-20 horas en completar Fist of the North Star: Lost Paradise, haciendo un buen número de misiones secundarias, pero sin completarlo todo al 100%. Por tanto, estamos ante un juego muy completo que no necesitaba esas triquiñuelas de antes para alargar de forma innecesaria el título.

A nivel técnico, el Ryu Ga Gotoku Studio ha usado su motor de PS3 en vez el de PS4, porque seguramente quedaba mejor con el estilo cel-shading por el que han apostado. Esto hace que el juego ciertamente parezca una anime, pero haya varios problemas, o mejor dicho, no estén las mejoras vistas en los últimos Yakuza. Para empezar, ahora al entrar a las tiendas vuelve a haber pantallas de carga, lo cual rompe un poco el ritmo de la exploración. A cambio, el juego va muy fluido (no sé si va a 60 FPS, pero lo parece) y los tiempos de carga son muy breves. Eso sí, se nota la edad del motor y que este estilo visual no fue para el que se diseñó, ya que hay unos dientes de sierra muy, muy acusados. Además, la calidad gráfica del yermo y en otros momentos no destaca demasiado. Por tanto, es vistoso, pero sin demasiados alardes.

En el sonido, podemos escoger entre un buen doblaje en inglés (me encanta, porque le da un toque de serie B genial, y la frase «You’re already dead» es maravillosa) o las voces en japonés. Eso sí, los textos están en perfecto inglés, desgraciadamente. La banda sonora está bastante bien, y hasta podemos escuchar temas de otros juegos de SEGA cuando vamos con el buggy. Eso sí, es una pena que no haya voces para muchos diálogos, donde solo hay textos, lo cual quita fuerza a muchas misiones secundarias.

Conclusión

Aunque no conociera la franquicia de Fist of the North Star, me lo he pasado en grande con el juego. Se nota la base de los Yakuza, ya que básicamente se puede ver ante una versión más loca y violenta que la popular saga de SEGA. En este sentido, logran ganar a los dos posibles tipos de usuarios: los fans del manga/anime o de las aventuras de Kazuma Kiryu.

La forma de trasladar el combate a los cambios debido al arte marcial de Hokuto Shinken, el mundo post-apocalíptico y los minijuegos a la saga ha sido genial. En especial brillan los contenidos secundarios, que son adictivos y divertidos a más no poder. Es una pena que la historia principal no convenza tanto, y haya momentos en los que nos da la sensación de perder el tiempo en vez de progresar en la trama, pero es algo que no le quita todo lo bueno que hace el juego. Así que, si os gusta la acción, el mundo anime y queréis un buen título de acción con mucho contenido que nos recuerde cómo hacer una buena adaptación alejada de los géneros musou y de la lucha. No sé vosotros, pero ahora quiero que, entre nuevos YakuzaProject Judge, el Ryu Ga Gotoku Studio nos ofrezca más adaptaciones anime. Ese el nivel que he disfrutado Fist of the North Star: Lost Paradise. 

8

Nos consolamos con:

  • Misiones secundarias con tramas muy divertidas, dramáticas y entretenidas
  • Minijuegos locos, absurdos y maravillosos
  • Combates épicos contra los jefes finales
  • Horas y horas de contenido para disfrutar en Eden y sus alrededores

Nos desconsolamos con:

  • Trama principal que no termina de convencer
  • Diseño de las misiones principales no muy fino, con momentos que nos hacen perder el tiempo
  • Completamente en inglés
  • Dientes de sierra por todos lados, junto a mejoras de los últimos Yakuza que se han perdido por usar el motor de PS3

Ficha

  • Desarrollo: Ryu Ga Gotoku Studio
  • Distribución: SEGA/Koch Media
  • Lanzamiento: 02/10/2018
  • Idioma: Textos y Voces en Inglés
  • Precio: 59,99 €

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