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Chromagun VR

Chromagun VR

Uno de los mejores juegos de la historia es Portal 2, gracias a sus ingeniosos puzzles, la genial mecánica de ir creando portales y gran narrativa llena de sentido del humor. Es por eso que ha inspirado a montones de desarrolladores para crear sus títulos de rompecabezas centrados en una mecánica por una habilidad o un arma especial. Este es el caso de Pixel Maniacs, que hace ya un par de años nos ofrecieron Chromagun, donde todo gira a los colores primario y secundarios.

Creo que no somos pocos los que nos hemos imaginado tener en nuestras manos el arma creadora de portales, o en esencia, cualquiera de estos únicos gadgets que nos hacen superar tantos puzzles. Es por eso que hubo muchas expectativas cuando Pixel Maniacs anunció que lanzarían Chromagun en PSVR, al no haber demasiados títulos de puzzles en la plataforma de este estilo. Sin embargo, lanzar este port ha sido un puzzle en sí mismo, ya que la Realidad Virtual es muy desafiante a la hora de ofrecer unos requisitos muy concretos de rendimiento y optimización global, por lo que ha tardado más de lo esperado en llegarnos. Al fin la espera ha acabado, y ya podemos disfrutar de Chromagun VR en PSVR, con la posibilidad de jugar tanto con el Dualshock como con el Aim Controller, para que pintar paredes sea más fácil e inmersivo que nunca.

Antes mencionaba Portal, y se nota que es un juego en el que se han inspirado para desarrollar Chromagun, ya que pese a contar con la coletilla de VR, Chromagun VR es el mismo juego publicado en 2017 (y otras fechas en cada plataforma), con la «única» novedad de poder estar dentro del mundo para resolver los puzzles nosotros mismos. La narrativa es bastante simple, al encarnar a un sin techo que forma parte de unos experimentos de Chromatech con un arma capaz de lanzar una pintura especial. Nuestra tarea será completar cada habitación, sin que haya realmente mucha historia por detrás, más allá de algún comentario sarcástico del jefe del experimento, que la verdad, terminan por hacerse repetitivo. Lo «bueno» es que, como todo el juego está en inglés sin ningún tipo de subtítulos, que la trama no sea importante es una ventaja, al dejar que sea el propio juego el que hable por sí mismo.

Chromagun VR

Al igual que Portal basaba todo su diseño en el uso de los portales interdimensionales (y más adelante la pintura que modificaba nuestro movimiento), aquí todo está basado en la Chromagun. Con esta pistola podremos pintar muros o unos droides de amarillo, rojo o azul. Al combinar estos colores primarios, obtendremos naranja, verde, morado o negro.

La principal mecánica es que los droides que estén pintados de azul se sentirán atraídos por las paredes de color azul, y así con todos los colores. Obviamente, hay diferentes capas de profundidad, ya que habrá ocasiones en las que no podremos pintar algún muro o robot, por lo que tendremos que pensar cómo lograr nuestro objetivo con lo que tenemos.

Esta meta suele ser activar algún tipo de interruptor para abrir la salida del nivel, y así pasar al siguiente. Poco a poco Chromagun VR va introduciendo pequeñas nuevas mecánicas, como algunos droides que nos perseguirán llenos de cuchillas para matarnos una vez les hemos disparado, muros por los que no es posible disparar, barreras que bloquean a los robots, placas electrificadas que nos pueden matar si las pisamos y otros pequeños peligros. Esto intenta evitar que todo parezca muy repetitivo, pero por desgracia, no siempre lo logran.

Chromagun VR

El punto fuerte de Chromagun VR es sin duda estos rompecabezas, ya que la mayoría están bien diseñados, pero al mismo tiempo, son una de sus mayores debilidades. A pesar de que el juego dure unas 4-5 horas, todo nos parecerá muy familiar tras la primera hora de juego, y aunque luego metan pequeños cambios como apagar las luces de la sala, realmente siempre haremos lo mismo, con ligerísimas variaciones, pero que no son suficiente como para sentir que estamos ante un nuevo cambio de paradigma en la resolución de los puzzles.

Esto no es malo como tal, pero lo que sí me ha molestado es que no podemos pintar en blanco una pared o un droide al que ya hayamos disparado. Esto puede provocar que nos encontremos en una situación imposible si nos hemos equivocado de color al pintar un muro, por lo que tendremos que reiniciar manualmente el nivel para volver a intentarlo. Es un estilo muy de «ensayo y error» que puede frustrar un poco, ya que todo sería más fácil si pudiéramos pintar en blanco un muro. Cuando esto nos ocurre al principio, pues no supone mucha molestia, pero si es justo al final de una serie de puzzles encadenados, puede cansar. Al menos, los niveles no suelen ser excesivamente largos, pero dado que nos movemos muy lentos, estos reinicios terminan por cansar.

Chromagun VR

Lo bueno es que, al jugar en VR, la inmersión es mucho mayor que si jugáramos en plano, lo que aumenta más la diversión. Para empezar, el control es igual ya sea usando el Dualshock o el Aim Controller. En ambos casos, movemos la pistola físicamente al mover el mando, pero obviamente, la inmersión es infinitamente mayor con el Aim, ya que sujetamos físicamente un arma que recrea fielmente en pantalla lo que hacemos en la vida real. Esto hace que sintamos que tenemos en nuestras manos la Chromagun, lo cual es genial.

También es interesante la sensación que se tiene cuando nos persiguen los droides, ya que son incansables, y lo que en plano es una bola redonda a la que le salen pinchos, en VR es una máquina de matar que no para de estar detrás nuestra mientras vamos pensando el resto de soluciones del nivel. Es aquí cuando más se disfruta Chromagun VR, ya que se une la inmersión de la VR con un buen diseño de puzzles, y si no se juega todo muy del tirón, no se hace tan repetitivo o cansino, ayudando a que tengamos una mejor visión del producto.

Dentro de lo visual, el trabajo que ha realizado Pixel Maniacs es genial, ya que todo luce muy bien desde dentro de PSVR. Es obvio que no estamos ante un juego que demande demasiado, ya que casi siempre estamos en salas blancas y estériles (propias de laboratorios), que cambian de color una vez disparamos. Sin embargo, todo se ve muy nítido y fluido, algo clave para que nos sintamos más parte del mundo. Obviamente, esto hace que los droides impresionen más, lo cual es un plus. El sonido es algo más discreto, ya que el actor de doblaje en inglés es pasable, los efectos son sencillos y la música, aunque está bien, termina por hacerse un poco repetitiva por su escasa variedad.

Chromagun VR

Conclusión

Aunque me he divertido bastante en Chromagun VR, se nota que estamos ante un juego de puzzles que intenta ser Portal, con otra mecánica y muchos menos recursos. Eso no quita que haya puzzles ingeniosos, y la inmersión que aporta al juego la Realidad Virtual es fantástica, sobre todo si usamos el Aim Controller.

Sin embargo, los fallos del título base están ahí, y esto incluye la repetividad de los rompecabezas, lo que frustra no poder re-pintar las paredes o los drones, y una narrativa que brilla por su ausencia. Ahora bien, es lo más cerca que vamos a estar por el momento de tener un Portal en VR, con que si os gustó la obra de Valve y queréis una mecánica similar y a la vez diferente, además de querer disfrutarla en Realidad Virtual, entonces Chromagun VR os pintará vuestro espíritu aventurero virtual.

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Nos consolamos con:

  • La inmersión que proporciona jugar en VR, sobre todo si usamos el Aim Controller
  • Mecánica principal basada en colores que funciona muy bien
  • Diseño de puzzles ingeniosos, con una buena curva de dificultad

Nos desconsolamos con:

  • No poder re-pintar un objeto y obligarnos a reiniciar un nivel entero ante pequeños problemas
  • El lento movimiento del personaje. ¿No se podía añadir un botón para correr?
  • Aunque la mecánica principal está bien, se echa en falta algo más de variedad a la hora de usar dicha mecánica

Ficha

  • Desarrollo: Pixel Maniacs
  • Distribución: Pixel Maniacs
  • Lanzamiento: 19/02/2019
  • Dispositivo VR usado: PS VR
  • Idioma: Textos y Voces en Inglés
  • Precio: 19,99 €

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