En lo que se ha convertido ya en una tradición videojueguil, junto al mes de noviembre ha llegado un nuevo Call of Duty, teniendo esta vez más que probar que nunca tras el varapalo que supuso Ghosts. Porque, aunque era un juego correcto, era tan poco ambicioso en todos los sentidos posibles, que para una saga anual como esta, no logro colmar las expectativas ante el estreno de la saga en la nueva generación.
Para este Call of Duty: Advanced Warfare el planteamiento es totalmente diferente, siendo el primer título con un desarrollo de tres años, estando pensado principalmente para la nueva generación y con ganas de innovar gracias a la ambientación futurista que ha ideado Sledgehammer Games. Durante estos últimos meses nos ha ido dejando buenas impresiones, pero ha llegado la hora de dar el veredicto final. ¿Será esta la entrega que encumbre de nuevo a la saga?
El poder lo cambia todo... excepto la campaña
Empecemos por el modo campaña, que si bien para muchos no es importante en la saga, personalmente es una de las piezas angulares de cualquier juego. En esta ocasión la trama nos traslada al 2060 y encarnamos al soldado Mitchel de forma exclusiva. Este personaje empieza en los marines, y por diferentes motivos termina trabajando en Atlas, una empresa militar privada (las conocidas PMC) dirigida por Irons, interpretado por el genial Kevin Spacey.
Todos sabemos que, quitando Black Ops II, las historias de la saga no han sido nunca gran cosa, por lo que me gustó comprobar el intento de crear una fuerte narrativa a base de secuencias CGI de increíble factura técnica (ojalá el juego se viera tan bien) además de las introducciones de corte militar previas a las misiones. Sin embargo, desde el primer momento se puede predecir qué va a pasar, y pasa exactamente eso. Al menos, Irons es un personaje carismático, pero que en los tramos finales no termina de cuajar pese a su buena introducción.
Al menos, la historia motiva a seguir a lo largo de las 6-8 horas que dura la campaña. En primer momento, me esperaba que la campaña realmente innovara y aprovechara al máximo toda la nueva tecnología que ponen a nuestra disposición, como el exoesqueleto, el gancho y muchos otros gadgets. Por desgracia, el diseño de los niveles sigue siendo como en los años anteriores: pasillos llenos de scripts en los que la exploración y la libertad de acción están muy limitadas.
Dependiendo del nivel en el que estemos tendremos un exoesqueleto, que nos permitirá hacer un doble salto o solo las esquivas, además de activar o desactivar ciertas habilidades concretas, como el camuflaje óptico o el escudo desplegable. Así que, aunque en la campaña nos encontramos con mucha variedad de situaciones, todo está demasiado controlado para que hagamos una única cosa, sin poder elegir qué tipo de exoesqueleto queremos usar ni nada por el estilo.
Esto es una verdadera lástima, ya que hay un par de momentos en el que no nos llevan tanto de la mano y las experiencias son inmejorables. Sobre todo con el gancho, que nos permite movernos y saltar entre las cornisas del escenario rápidamente, además de realizar ataques sigilosos a distancia y mucho más. Incluso hay un nivel que nos obliga a utilizar el sigilo, algo que se podría haber explotado mucho más. Vale que en esa fase si nos descubren tenemos que reiniciar la partida desde el punto de control, pero momentos más abiertos de ese estilo a la hora de combatir o al darnos libertad sobre cómo afrontar los enfrentamientos habría sido espectacular. Y más cuando tenemos ejemplos de diferentes combates repartidos por la campaña.
También tenemos varias fases a lomos de vehículos, que de nuevo, son totalmente lineales, y a la hora de la verdad, no es que ofrezcan nada nuevo respecto a este tipo de secciones de entregas anteriores. Esto no me disgusta tanto, ya que al menos son muy variadas, y son espectaculares a más no poder.
De hecho, así es como se puede calificar la campaña. Puede que la historia no sea memorable, que no se explote demasiado el exoesqueleto y los gadgets para darnos libertad de acción, o que incluso se abusa en exceso de los QTE (lo del pulsar un botón para mostrar tus condolencias es de chiste), pero la verdad es que la campaña es divertida y muy explosiva. Es como una película de Michael Bay: no es nada que vaya a pasar a la historia, pero se disfruta gracias a su frenético ritmo, montones de explosiones y diversión directa y sin complicaciones.
Esto recuerda a campañas de años anteriores, pero aquí se ha refinado al máximo la fórmula, para que no haya ningún nivel aburrido ni nada por el estilo. Pero eso no evita que queramos algo más de evolución, por lo que esperemos que para el año que viene nos den algo más de libertad.
Nueva tecnología, viejos trucos
Seguimos con el modo cooperativo, que en esta entrega recibe el nombre de Supervivencia Exo. Si el año pasado disfrutamos de la lucha cooperativa contra alienígenas en el modo Extinción, y en todas las entregas de Treyarch los Zombis se han convertido en una parte fundamental de sus juegos, ahora nos toca volver al clásico modo Horda, de una forma muy similar a como nos lo presentaban en Modern Warfare 3.
Por lo que nuestro objetivo será acabar con oleadas de enemigos cada vez más duros en los mapas sacados del multijugador. La gracia está en que los enemigos tienen un exoesqueleto como el nuestro, por lo que podrán realizar esquivas, dar dobles saltos y usar varias de nuestras habilidades. Eso por no mencionar los perros, drones aéreos y mucho más.
Para sobrevivir podemos contar con la ayuda de otros tres amigos. En lugar de elegir un equipamiento predeterminado como en las partidas multijugador, tenemos que seleccionar entre la clase Ligero, Medio y Pesado. Cada una de ellas tienen acceso a un conjunto de armas determinado, y tienen ratios de velocidad y defensa diferentes.
Sobre el papel, esta diferenciación suena bastante bien, ya que eso fomentará más el trabajo en equipo. Sin embargo, a la hora de la verdad es algo anecdótico, ya que lo más normal es utilizar la clase Ligero, que es la que aguanta menos disparos, pero tenemos todas nuestras habilidades de salto y podemos llevar rifles de asalto, subfusiles y el escudo. Si elegimos la clase Medio estaremos restringidos a escopetas y rifles de francotirador, mientras que la clase Pesado optará por las armas pesadas.
Si elegimos la clase Pesado, como tengamos que recorrer todo el escenario para reanimar a un compañero, ya se puede ir despidiendo, porque es complicado que lleguemos. Igualmente, si nos ponemos a disparar, como los enemigos son tan rápidos, la mejora de blindaje no supone demasiado cuando no nos podemos apenas mover a su ritmo. La clase Medio tiene el movimiento bastante equilibrado, pero dado el frenetismo de la acción y que los enemigos te pueden salir por cualquier lado, el rifle de francotirador no es una muy buena opción, y la escopeta nos obliga a ir de frente a por los enemigos.
Esto nos deja la clase Ligero, que personalmente, es la que veo más útil de las tres. Si la diferencia entre las clases fueran útiles, como simplemente la velocidad y el blindaje, o habilidades especiales del estilo médico o soporte, vería más lógico el usar las clases.
Sea como sea, una vez entrado en combate, no es que nos esperen muchas sorpresas. De vez en cuando hay objetivos del tipo «Desactiva las bombas» o «Recoge las chapas de identificación», que nos obligan a cumplirlos, o de los contrario somos penalizados con un reinicio del exoesqueleto (lo que limita la movilidad y la visibilidad), o con enemigos más fuertes durante la siguiente oleada. Mientras jugamos, al conseguir los puntos necesarios nos mandarán rachas especiales en forma de paquetes de ayuda, y con los puntos que ganemos podremos comprar armas o mejorar nuestras habilidades. Así que, tras modos cooperativos tan trabajados como en años anteriores, esta modalidad se queda muy corta, a pesar de resultar divertida. Modern Warfare 3 tenía las misiones de Spec Ops además de este modo, y por eso el cooperativo era genial. Aquí no pasa de pequeño añadido, hasta que se incluyan los esperados zombis en los DLCs próximamente.
Salta, esquiva y mata en el multijugador
Y por fin llegamos al multijugador, donde Call of Duty: Advanced Warfare brilla como no ocurría en unas cuantas entregas. Aquí sí que se ha aprovechado al máximo el tema de los exoesqueletos, para que podamos jugar como queramos en sus geniales mapas. A las habilidades características de los Call of Duty ahora se suma el doble salto y las esquivas, ya sea en el aire o en tierra. Además, podemos sustituir una granada por una habilidad del exoesqueleto, como el camuflaje óptico, el escudo, poder flotar en el aire unos segundos y más cosillas.
Para elegir nuestro equipamiento tenemos a nuestra disposición el sistema «Pick 13», por el cual podemos escoger 13 elementos para llevar encima, que se reparten entre armas, accesorios, ventajas, rachas de puntos, habilidades y perks. De esta forma, podemos personalizar hasta el más mínimo detalle qué es lo que queremos llevar al campo de batalla. Incluso podemos modificar las rachas de puntos, para que sea más fácil conseguirlas o mejorar su potencia.
También podemos personalizar nuestro equipamiento visual, habiendo montones de opciones entre camisetas, armaduras, exoesqueletos y demás. A medida que vayamos cumpliendo desafíos y subamos de nivel desbloquearemos más armas, accesorios y equipamiento, ya sea de forma natural o con los Paquetes de Suministros, que tendrán elementos especiales, a veces temporales, que podremos usar o intercambiar por puntos de experiencia adicionales.
Entrando ya en las partidas como tal, el ritmo es frenético, gracias a las habilidades de las que disponemos y a los tipos de granada. Por ejemplo, la granada marcadora nos vendrá de perlas para ver a los enemigos directamente y no solo a través del radar, lo que nos puede ayudar a planificar mejor el ataque.
Esto está muy bien, pero lo que realmente es espectacular es el uso de los saltos y esquivas para movernos verticalmente por los escenarios. Estar tras una pared, realizar una esquiva, matar a alguien y seguir saltando es muy divertido. Los mapas están muy bien diseñados para que podamos jugar a nivel del suelo o saltando sin parar.
Al principio, es demasiado apetecible ir pegando dobles saltos sin parar, pero el uso del exoesqueleto tiene una desventaja: aparece una marca en el minimapa cerca de nuestra posición. Así que si lo usamos constantemente es más fácil que nos localicen y nos liquiden, algo que a veces nos puede venir de perlas por si nos quieren atacar por la espalda. Esto crea tiroteos más intensos, ya que los enemigos nos pueden aparecer literalmente por cualquier lado, lo que hace que todo sea muchísimo más divertido e interesante.
Otro aspecto a destacar de los mapas es que son más interactivos que nunca. En algunos hay elementos explosivos que podemos destruir para acabar con los enemigos, mientras que en otros hay eventos prefijados que alteran el mapa, como una ola gigantesca o un edificio que cambia literalmente de posición. Es una pena que no haya más interacción por parte nuestra, pero al menos, ya no son tan estáticos como antes.
En cuanto a los modos de juego, los más clásicos regresan, como duelo por equipos, Dominación o Baja Confirmada. Sin embargo, también hay novedades, como el regreso de Capturar la Bandera o mi favorito de todos: Enlace. Este modo consiste en una especie de partida de baloncesto, al tener que llevar un balón hacia la esfera enemiga. Para conseguir un punto, tenemos que lanzar el balón a la esfera, y conseguimos dos si nos metemos en la esfera nosotros mismos. Aquí la estrategia y los reflejos son clave, ya que al llevar el balón no podremos disparar, pero sí lanzar la pelota, por lo que lanzarla al enemigo, matarle y luego seguir como si nada es una estrategia muy válida y espectacular.
También son interesantes las opciones competitivas, con listas de partidas destinadas a las competiciones, y con las guerras de clanes de vuelta. Eso sí, el modo Cine se ha quedado por el camino. Por contra, sí que han vuelto varios bugs, que si bien no son muy frecuentes, hay mapas en los que la gente ya los están explotando, como meterse en una sala inaccesible de forma corriente en «Horizon», desde la que se puede matar a los enemigos con seguridad. Así que espero que vayan arreglando esto para que no haya tramposos.
Un pequeño paso en lo técnico, pero un gran salto para la saga
En lo referente al apartado gráfico, es muy evidente que Call of Duty: Advanced Warfare realmente ha sido diseñado para la nueva generación. Las texturas tienen más definición que nunca, los modelos de los personajes tienen multitud de detalles y la acción es frenética a más no poder. Todo sin ninguna bajada de rendimiento relevante, algo a destacar teniendo en cuenta el gran número de explosiones, efectos y demás que podemos ver en pantalla. Aunque el juego no va a tocar techo en lo referente a lo técnico, hay momentos del modo campaña que visualmente son increíbles. Si han logrado esto haciendo el juego también para la generación anterior, no me puedo ni imaginar lo que lograrán para las próximas entregas.
El sonido no sale tan bien parado, en gran parte por su doblaje al castellano. Por un lado, Kevin Spacey cuenta con su mismo doblador que en series y películas, por lo que ahí no hay ninguna pega. Sin embargo, la calidad de las voces en los demás personajes varía enormemente, pasando por algunas geniales y otras que no quedan muy bien. Aunque lo más llamativo es la enorme desincronización labial que hay durante varias cinemáticas y secuencias ingame, que queda bastante mal. Al menos, la música es genial y te mete de lleno en la acción, mientras que los efectos de las armas y explosiones están muy trabajados.
Conclusión
Call of Duty: Advanced Warfare supone un genial regreso de esta franquicia, que consigue evolucionar la saga en varios aspectos importantes, sobre todo la movilidad en el multijugador. Con el exoesqueleto se ha hecho que las partidas sean más rápidas, verticales y divertidas, siendo el multijugador tan adictivo como en Modern Warfare 3 y Black Ops II.
Ahí es donde esta entrega brilla con luz propia, pero el multijugador no es lo único que ofrece el título, y en lo demás no es tan perfecto. La campaña, aunque es divertida, podría haber aprovechado muchísimo mejor las diferentes opciones jugables que se nos presentan momentáneamente para hacer una experiencia más libre y espectacular. Y luego el cooperativo sencillamente se queda cortísimo con solo el modo Horda.
Aun así, en líneas generales estamos ante una genial entrega que encantará a los que se quedaron decepcionados con Ghosts, y que deja el listón muy alto para la entrega que nos llegará el año que viene, al menos en lo referente al multijugador.
Nos consolamos con:
- Una clara evolución jugable en el multijugador gracias al exoesqueleto.
- Genial sistema de progresión para desbloquear cosas constantemente.
- Gráficamente se nota al fin que estamos ante un Call of Duty de nueva generación.
- Campaña muy explosiva y divertida…
Nos desconsolamos con:
- … Pero que podría haber explotado mejor la tecnología que nos brinda.
- Cooperativo que se queda muy corto en todos sus aspectos.
- Los problemas con la sincronización labial.
Ficha
- Desarrollo: Sledgehammer Games
- Distribución: Activision
- Lanzamiento: 04/11/2014
- Idioma: Español
- Precio: 69,95 €
El M.W 3,adictivo?????? Me has dejado muerto,si el mw3 es el peor de todos.Sobre el nuevo cod,sigo pensando que un titanfall 2.0,han sido demasiado descarados copiando la fórmula de titán,si han copiado hasta los titanes,vamos….
A mí me pareció muy adictivo, igual que a muchos de mis amigos. Para mí el peor Call of Duty es el Ghosts. Aunque bueno, supongo que eso ya dependerá de gustos.
Y sobre si es Titanfall 2.0 o no, la verdad es que me parecen muy diferentes. Aquí no hay tanto protagonismo con los titanes, y no deja de ser una versión futurista en lo visual del traje Goliath de anteriores entregas. Y el uso de los jetpacks es totalmente diferente, ya que aquí no se corre por las paredes ni el parkour es tan importante. Pero bueno, ambos son grandes juegos en su faceta multijugador, con que a disfrutarlos 🙂