De forma casi inesperada, Monolith Soft presentó en sociedad el rumor que todo el mundo daba por hecho: un nuevo episodio de su saga más aclamada. Xenoblade Chronicles 2 se estrenaba con un tráiler junto a la consola Nintendo Switch en aquel fabuloso 13 de enero de 2017 para decirnos dos cosas. La primera es que el juego estaba tan avanzado que parecía mentira que dieran un marco de lanzamiento para este mismo 2017. La segunda es que, según palabras de Tetsuya Takahashi, que el juego combinaría la experiencia obtenida de todos estos años con Xenoblade Chronicles y Xenoblade Chronicles X, dando a entender que se disfrutaría de un Open World tan bueno como su narrativa. Muchos – yo el primero – fuimos los incrédulos ante la posibilidad de tener más Xenoblade este mismo año, ya sea por localización o porque se trataba de una consola recién sacada del horno. Con lo que nadie había contado es que estamos ante la etapa más cumplidora de Nintendo en mucho tiempo: el juego llegaría en 2017 y de forma simultánea en todo el mundo.
A medida que se acortaba la fecha de lanzamiento, se filtraban más escenarios, más combate, más personajes y, sobre todo, más música. Los dos últimos meses han sido un bombardeo constante de contenido, con un Nintendo Direct de por medio, todo, para promocionar uno de los mejores JRPG de este año, sin duda alguna.
Chico conoce a chica
Xenoblade Chronicles 2 habla de la amistad, del compañerismo, del trabajo en equipo y de la perseverancia por lograr tus sueños; pero si de algo habla el juego es de Rex y Pyra, los protagonistas de este majestuoso periplo que tiene como finalidad alcanzar un objetivo casi bíblico. El primero de nuestros héroes es un joven buceador, el chatarrero 2.0 de nuestros tiempos que se sumerge en un vasto y espeso mar de nubes en busca de tesoros enterrados para obtener dinero y subsistir. Es un chico constante, optimista y un poco ingenuo que acepta un sospechoso trabajo a cambio de una cantidad indecente de dinero. Es en esa misteriosa misión donde Rex conoce a un montón de gente chunga y a Pyra, una joven de rojizo pelo y mareantes curvas que se prometen muchas cosas en un periodo muy corto de tiempo, y quién no ante semejante presencia.
Pyra es una Égida que duerme desde hace centenares de años en el fondo de un barco hundido. Todo el mundo parece conocerla, ya sea por historias populares que se cuentan o por ser testigos presenciales de una batalla que se libró en el mundo de Alrest hace ya mucho tiempo. En Xenoblade Chronicles 2 existen seres místicos, llamados Blades que otorgan a sus “dueños” o Pilotos, poderes especiales. No todo el mundo puede ser Piloto, de hecho, si alguien no está preparado para serlo o, simplemente, no es aceptado por su Blade, éste se consume; muere. Pyra es una Blade, pero no una Blade cualquiera, es la Égida, algo que está por encima de cualquier otro ser de su especie, y como habrás podido deducir, Rex es su Piloto. A medida que avances en el juego conocerás nuevos Pilotos y Blades que tendrán su propio trasfondo, sus propios secretos y motivaciones para seguir existiendo en este mundo que parece consumirse de forma inevitable.
Si en algo destacará Xenoblade Chronicles 2 a lo largo de las más de 60 horas de aventura (como mínimo) será en el desarrollo de sus personajes y cómo éstos ejercen su papel en las diferentes situaciones que se presentan, todas ellas envueltas en unas escenas cinematográficas fabulosamente dirigidas y sacadas directamente del mejor Shōnen japonés.
Alrest, un mundo de mundos
Tanto en Xenoblade Chronicles como en Xenoblade Chronicles X teníamos a nuestra disposición un enorme mundo que explorar, sin más limitación que el argumento o el nivel de las amenazas que campaban por sus entornos. En Xenoblade Chronicles 2 la cosa cambia, a medias, porque esta vez – y por cuestiones argumentales – no tendrás un enorme planeta que explorar, pero si distintos colosos que visitar. El juego nos ofrece una experiencia similar a la vivida con Bionis y Mekonis pero esta vez, los titanes protagonistas que conviven en el mundo de Alrest están vivos y cada uno de ellos dispone de libre albedrío. No hace falta decir que, como en el primer Xenoblade, cada uno de los titanes alberga vida en las distintas partes de su cuerpo y que, en cada una de ellas, podrás descubrir enemigos autóctonos, climas cambiantes, habitantes nómadas, misiones únicas e incluso potencias militares.
¿Qué ventaja tiene esta decisión? La primera y más importante es que tendrás escenarios completamente acotados y cerrados que nos permiten explorar de forma más consciente. Al tener un mapa mucho más cercado, lo conocerás más y mejor; descubrirás los ya clásicos miradores o sufrirás las acometidas de enemigos legendarios que nos sacan 80 niveles, todo muy Xenoblade. Además, cada uno de los escenarios tiene un diseño vertical que nos permite explorar a distintos niveles de altura lo cual, otorga más indagación, si cabe. Claro que no todo es positivo en esta decisión, pues, en comparación con Xenoblade Chronicles o Xenoblade Chronicles X, cada uno de los titanes recorta muchos recovecos y secretos para aquellos jugadores que disfrutan perdiéndose por interminables y en algunas ocasiones, vacías praderas. Es evidente que el compacto tamaño de los escenarios, en comparación con otras entregas, limita la diversidad de localizaciones en un mismo titán, claro, pero para nada significa que no vayas a tener una experiencia satisfactoria. Simplemente, no encontrarás la misma cantidad de entornos distintos en una misma localización. Todo lo demás, enemigos, misiones, cofres, etc. estarán presentes como en todas y cada una de las entregas de la saga.
Para compensar este “recorte” en la exploración, hallarás un mundo mejor escrito y narrado. En todas las localizaciones que visites, encontrarás a muchos NPC que nos dicen alguna cosa al pasar por su lado y otros, en cambio, tienen un bocadillo con una estrella que nos permite dialogar con ellos. Aunque inicialmente el diálogo nos parezca algo insulso, llenos de frases típicas y exclamaciones tipo “¡qué guay!” de Rex, la verdad es que dependiendo de los eventos que vayan ocurriendo en el mundo, en la ciudad, o con los mismos protagonistas, los diálogos cambiarán y te enterarás de cosas realmente interesantes. Los diálogos que más sorprenden son aquellos que ofrecen los NPC que activan misiones secundarias, pues, tras terminar su pedido, podrás saber cómo le ha cambiado tras prestarle nuestra ayuda. Hay muchas misiones de ese tipo, con un final abierto que podrás saber tras volver a hablar con esa persona. Y como estos detalles, muchos y en todas las localizaciones de Xenoblade Chronicles 2, aportando ese mimo al desarrollo del mundo que rodea la aventura de Rex, Pyra y compañía, lo que técnicamente llamamos, World Building.
Como acabo de comentar, encontrarás misiones principales y misiones secundarias a medida que se presenten nuevas localizaciones u ocurran cosas en el mundo de Alrest. No os voy a engañar, no son las misiones secundarias más divertidas del mundo, pues no hay una guía donde indique donde recoger ese material que se nos pide, o en qué puerto puedes sumergirte para conseguir esa pieza rara que necesita nuestro solicitante; la brújula que tiene el juego como indicador para localizar objetivos dista mucho de ser útil y la verdad es que, a nivel de contenido secundario, Xenoblade Chronicles 2 falla constantemente, por lo que, hacer misiones secundarias resulta tedioso. Mi recomendación personal es que este contenido se haga de forma intermitente con la historia principal, pues si pretendes hacerlo todo de golpe, es muy posible que tu experiencia con el juego se rompa en mil pedazos.
Pilotos, Blades y Égidas
Como ya he comentado al inicio de este análisis, hay dos pilares muy importantes en el juego: los Pilotos y los Blades. Los primeros son personas normales y corrientes, o guerreros con un entrenamiento previo que, por elección casi divina, pueden controlar a los Blades. El ritual requiere un cristal primordial que servirá de canalizador para invocar al Blade que duerme dentro y espera ser despertado. Si el ritual sale bien, el Blade se materializará en forma de arma, y cada arma tendrá a su humanoide, encargado de canalizar el poder para que nuestros héroes utilicen sus habilidades. Ahora bien, si el ritual falla, el intento de Piloto perderá la vida a no ser que seas un Nopon que, bueno, ya veréis qué le pasa a los Nopon.
Cada uno de nuestros protagonistas puede llevar, llegados a un punto determinado de la historia, un total de tres Blades. Por lo tanto, podrás crear nuevos compañeros de viaje para facilitarnos la vida con habilidades de lo más útiles dependiendo del rol que quieras desempeñar con cada uno de los integrantes del grupo. Para crear nuevos Blades podrás recolectar cristales primordiales durante todo nuestro periplo, comprándolos en las tiendas o ganándolos tras intensos combates. Hay de muchos tipos, desde comunes hasta especiales y cada uno de ellos esconde a un luchador con unas propiedades únicas. Pero la verdadera gracia de Xenoblade Chronicles 2 es conseguir los Blades Legendarios, unos luchadores con unas características especiales únicas que las hacen demoledores en combate.
Pero de nuevo, el juego vuelve a patinar – esta vez sin justificación alguna – de un sistema totalmente injusto y aleatorio, más propio de un juego gacha de móviles que de un título de estas características para una consola de sobremesa. Conseguir un Blade Legendario no solo requiere grandes dosis de suerte, que se puede subir por parámetro con distintos accesorios, sino de una cantidad indecente de cristales para conseguir, o no, un personaje especial. Ya puedes usar cristales comunes, especiales o divinos que eso no es indicador de absolutamente nada. He leído gente que ha gastado 200 cristales sin suerte alguna, otros con 10 ha conseguido tres Blades Legendarios. En definitiva, no hay un sistema definido para conseguir uno de estos personajes, la suerte es lo único que determinará el resultado. ¡Ah! Y encima el juego guarda tu progreso antes de crear un nuevo Blade, para que no haya trampas. Claro que hay Blades que se pueden comprar y tienen un 100% de probabilidad, pero valen mucho dinero o requiere de una misión secundaria larga y tediosa, desde luego, el QoL de este juego es muy mejorable.
Nos queda un tercer elemento: Las Égidas. Estos personajes son tan legendarios como poderosos. Se sabe que Pyra no es la única Égida que existe, pero se desconoce el paradero de las demás. Su poder, pese a ser un Blade, está muy por encima y no se sabe sus límites reales. Descubrir todas las luces y sombras de estas máquinas de guerra será el eje central de la aventura y un giro constante, argumentalmente hablando. Existen más tipos de Blades, pero rompería algún que otro momento mágico del argumento y necesitas descubrirlo por ti mismo, sin duda.
Un JRPG de hincar codos
Xenoblade Chronicles 2 no es un JRPG de subir niveles, comprar mejor equipo y avanzar en la historia, para nada. Este es un juego de dedicación y aprendizaje continuo, donde el desentendimiento por las mecánicas, por tus habilidades de Piloto o por las de tus Blades tendrán efectos negativos en el desarrollo de la aventura y nocivos en tu percepción de lo que el juego ofrece y representa. Esto es un juego de hincar codos, de preocuparse de todos los elementos que conforman la aventura y, sobre todo, de cuidarlos periódicamente para no encontrarte, por ejemplo, con un exceso de contenido que mataría la experiencia a cualquiera y que es estrictamente necesario para poder avanzar.
El primer y más importante punto del juego es su combate. Muchos – yo el primero – nos hemos quejado de que el combate es lento, que los enemigos tienen millones y millones de puntos de vida y que parecía, a priori, que el título nos duraría doscientas horas a ese ritmo. Sí, el combate no es perfecto, el defecto más significante es que ahora ya no podrás lanzar ataques automáticos mientras flanqueas al enemigo, sino que tendrás que estar clavado en el suelo para que el combo de golpes no se rompa. Quitando eso, soy el primero que se ha comido sus palabras en cuanto al sistema, porque dominarlo es esencial para disfrutarlo. El juego explica perfectamente los movimientos básicos que conformar las peleas de Xenoblade Chronicles 2, empezando por las Artes, los Ataques Cancelados, los Combos de Piloto, los Combos de Blade o las Cadenas. No digo que sea necesario atender a las indicaciones, es vital practicarlas y dominarlas a la perfección porque todas ellas están conectadas entre sí, unas porque al ejecutarlas, rellenan más rápido la barra para volver a usar Artes de Blade, porque entender el árbol elemental nos permitirá añadir daño elemental a nuestros enemigos para posteriormente lanzar cadenas que inflijan un daño descomunal a nuestros enemigos. Como ya he comentado, no es solo aporrear botones y lanzar habilidades, hay que saber cuándo lanzarlas, qué hace cada una de ellas y qué efectos tiene sobre el enemigo, porque todas estas habilidades y movimientos especiales harán que el mito de que Xenoblade Chronicles 2 tiene enemigos esponja o que el combate se hace lento y aburrido va en función de la capacidad de cada uno de entender las mecánicas del combate.
Como he comentado, el juego ofrece mucho más que un sistema de batalla variado y exigente a nivel de mecánicas. Nuestra dedicación al combate es extrapolable, también, a otra mecánica vital para el juego y que afecta directamente al desarrollo de las batallas: El afinigrama. Este elemento que se repite en todas las entregas de Monolith Soft es ahora más entendible que nunca y su desarrollo bien requiere de nuestra atención durante todo el periplo. Tanto nuestros protagonistas, los Pilotos, como nuestros Blades, tendrán su propio árbol de afinigrama. Los Pilotos como Rex lo desarrollan con puntos especiales que se consiguen en combate, pero los Blades, en cambio, necesitan completar distintos tipos de misiones para poder desarrollarse; estas misiones van desde liquidar a un tipo concreto de enemigos, a ejecutar un especial en concreto, o comer o usar un tipo concreto de ítem de la alforja de su piloto. Si vas completando el afinigrama tanto de nuestro personaje como de sus Blades, no tendrás ningún problema en ningún campo, pues la afinidad entre los distintos protagonistas repercutirá en el combate y en la exploración, ya que encontrarás zonas u objetos que solo se desbloquean con unas características especiales que debéis subir sí o sí, para que, llegados a cierta altura de la aventura, no os suponga un problema y tengáis que veros obligados a desarrollar horas y horas, rompiendo por completo la experiencia del juego.
Aquí no acaba todo, ni mucho menos. Xenoblade Chronicles 2 también requiere de tu atención para mejorar tu equipo y tus Blades. Como Piloto, debes equiparte con accesorios dependiendo tu rol, porque cada personaje tiene unas características concretas tales como ejecutar ataques de daño físico o mágico, aguantar hostias o sanar al equipo; vamos, como si de un MMORPG se tratase – como en realidad trata cualquier juego de Monolith Soft –. En las distintas localizaciones del juego encontrarás accesorios para nuestro Piloto donde podrá mejorar distintos parámetros tales como Ataque, Suerte, Éter o Salud. Nuestras Blades, en cambio, ofrecen otro tipo de mejoras. Por una parte, tienes chips que se pueden incrustar en sus armas para mejorar su potenciar parámetros de ataque. Por otra parte, podrás agregar distintos tipos de cristales que ofrecen ventajas pasivas en batalla, tales como ofrecer una sanación mayor en el caso de ser una Blade sanador, incrementar el daño sin generar rabia – también llamado Aggro – o, por el contrario, ser el foco de todos los enemigos para poder resistir todo tipo de acometidas, liberando a otros personajes del grupo de amenazas y facilitando su tarea en el campo de batalla.
Conclusión
Xenoblade Chronicles 2 es un JRPG exigente, que requiere mucha dedicación por parte del jugador en distintos aspectos que orbitan alrededor de la historia principal. Es cierto que muchas críticas al juego son culpa del jugador, pero no negaré que Monolith ha hecho entre poco y nada para que esos puntos sean más entendibles. Es culpa tuya que no busques ese material en la zona correcta, pero el juego no te indica más detalladamente donde poder encontrarlo. Es innegable, también, que el sistema para conseguir Blades no tiene defensa. Es cierto, también, que muchas misiones son tediosas, largas, en muchas ocasiones insulsas y que rompen el ritmo de la aventura; por suerte, el resto de apartados aplasta todas estas experiencias negativas y mejorables, propulsando al título a lo más alto del género en este año 2017 que ya se termina.
Además de gozar de un apartado artístico y sonoro que compite cara a cara con Persona 5, Xenoblade Chronicles 2 tiene, para mí, el mejor sistema de combate de toda la saga. Aquí, repetir el mismo patrón una y otra vez no te va a solucionar la papeleta. Cada batalla hay que plantearla de forma distinta, desde el daño elemental a la que es sensible el enemigo, hasta las habilidades especiales que deben lanzar nuestros aliados en todo momento y, aun con todo a favor, nadie te asegura que no venga un enemigo legendario a abrirte el cráneo en dos. Es muy importante, pues, seguir y atender todos los tutoriales referentes al combate que nos lanza a la cara el juego durante – no exagero – más de 30 horas, pues dominar los Combos de Blade, Combos de Piloto, Artes y un sinfín de mecanismos más, serán vitales para poder salir airosos de los enfrentamientos e infligir un daño demencial a nuestros enemigos, sobre todo a los jefes finales. Aquí no vale con atacar, lanzar una magia o invocar a un poderoso Eidolon, en este juego debes currártelo y ese trabajo, también, ofrece una recompensa personal a modo de satisfacción.
En conjunto, Xenoblade Chronicles 2 me parece uno de los mejores juegos de este año dentro de su género; es vibrante, emocionante, lleno de fanservice y momentos gloriosos que solo quedan empañados por los puntos que he comentado al inicio de mi valoración personal. Ojalá las futuras actualizaciones ayuden a mejorar todo el QoL del juego (no he probado la versión 1.1.1 que mejora este aspecto) y lo dejen en el pedestal que merece. También espero que, en futuras actualizaciones, se mime un poco más el apartado visual, sobre todo en modo portátil pues en muchos momentos del juego, la resolución baja a números tan ridículos como los 342p y en general, el juego parece estar un escalón por debajo de Xenoblade Chronicles X, aparecido en Wii U.
Nos consolamos con:
- El diseño de personajes y su caracterización, sobretodo en las escenas cinematográficas
- Aunque la historia no llega a la altura del primer título, tiene momentos únicos y una forma de narrarla muy buena
- La banda sonora compite con NieR: Automata como lo mejor del año
- El sistema de combate, una vez entendido, es exageradamente bueno y divertido
- El desarrollo del mundo de Alrest es, como mínimo, notorio y en algunas situaciones, sorprendente
- El fanservice te dejará roto
- Hay contenido post-game para aburrir, además se espera un modo NG+ que expanda más aún la aventura (sin contar el DLC)
Nos desconsolamos con:
- Fallos graves de QoL (brújula, misiones ambiguas, escasez de materiales, etc.)
- Conseguir Blades Legendarios es tedioso, irritante y totalmente innecesario de la forma en la que se propone
- Esta vez no tenemos un mundo enorme e interconectado, pese a ser totalmente disfrutable, no es lo que se esperaba tras Xenoblade X
- No hay Skells, echo de menos a mi Skell (anotación totalmente irrelevante en la nota)
- La calidad gráfica del título es la peor hasta el momento de los títulos publicados por Nintendo en Switch, sobretodo en modo portátil
Ficha
- Desarrollo: Monolith Soft
- Distribución: Nintendo
- Lanzamiento: 01/12/2017
- Idioma: Voces en Inglés o Japonés, texto en Castellano
- Precio: 59,95€
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