En las series de detectives, siempre hay un «tío de la silla». Al que llaman los protas por teléfono para que analicen las pruebas y les digan hacia qué sospechoso dirigirse a continuación. ¿Cómo sería vivir un thriller conspiranoico desde su perspectiva? Eso es lo que pretende responder The Operator, ya que en el papel de una analista del FDI, acabaremos metidos en una conspiración que involucran a hackers buscados, la propia organización y un gran número de casos interconectados de alguna manera.
Desde el primer momento, la obra de Bureau 81 nos pone en la piel del equivalente Chloe O’Brien de la mítica serie 24. Estamos hablando con los agentes por teléfono y todo lo haremos a través de la pantalla, al estilo de Her Story o Doctor Who: The Lonely Assassins. Así que preparad vuestros deditos para teclear y poneos el gorro de aluminio, porque es hora de comprobar si la verdad está ahí fuera.
En el centro de una gran conspiración
Antes mencionaba la serie «24», pero otro buen punto de referencia es «Expediente X». En el papel de Evan Tanner, acabamos de entrar en el FDI porque nos ha enchufado nuestro amigo, el director actual. ¿Nuestra labor? Ayudar a los agentes en sus casos, para analizar las pruebas que nos envíen o encontrar discrepancias entre los testimonios de los testigos y las pruebas. Que igual podían hacer algo, pero debía de ser su momento para ir a tomar donuts.
Al principio todo resulta más o menos normal. Un asesinato por aquí, una posible abducción alienígena por allá, pero no tardaremos en ver que hay más detrás de lo que parece. HAL, un hacker que está entre los más buscados, se intentará comunicar con nosotros para darnos tareas extra y así encontrar la verdad en unos casos, viendo poco a poco que está absolutamente todo interconectado.
Sí, The Operator es un thriller de manual, con sus giros de guion (algunos más o menos predecibles), pero que siempre nos logra mantener en tensión. ¿Podemos fiarnos de HAL? ¿Qué ocultan nuestros superiores? No sabemos quién es «bueno» y quién es el «malo», con que sólo podemos hacer una cosa: investigar para descubrir la verdad. Su formato medio episódico, ayudando a cada agente con su caso en concreto, pero interconectando a la vez todos ellos, nos engancha a la pantalla, justo como hacían las series antes mencionadas. Porque quizá, sólo quizá, estamos ante una nueva pista o un click en la pantalla de Evan de desentrañar todo este misterio… O de que los artífices de la conspiración acaben con nosotros, que igual no quieren a alguien metiendo las narices en sus asuntos. Encima dejan el final bastante abierto, y ojalá tengamos una secuela más pronto que tarde.
La ilusión de la elección
Para ir avanzando en esta más que interesante trama, deberemos resolver el problema que nos plantean los agentes cada vez. En cierto modo, se pueden ver como un rompecabezas, pero no veo a The Operator como un juego de puzzles, sino como una Visual Novel inmersiva. Nuestra labor como analista, gracias a las herramientas punteras de los años 90, consiste en poco más que hacer click en una herramienta u otra fijándonos en lo que realmente importa de las pruebas.
Sí, hay muchas herramientas y detallitos en el ordenador de Tanner, como bases de datos, calculadora, análisis de sustancias químicas o un terminal funcional al estilo de Linux. Pero no hace falta conocer nada de informática y los puzzles no son nada complejos, pero sí divertidos. Incluso hay un sistema de pistas por el que pedimos ayuda a nuestro supervisor, para que todo esté dentro del marco narrativo. Así que, el juego no quiere que nos atasquemos, ya que el punto fuerte es la narrativa, y todo lo demás sirve como una manera de presentarla.
Esto nos lleva a los diálogos con los diferentes personajes. Muchas veces podremos elegir qué contestar o hacer durante las investigaciones, con algunos momentos en los que parece que tendremos un impacto importante en la trama. ¿Decimos que estamos trabajando con HAL o le encubrimos? ¿Revisamos una pista a priori superficial de un caso o pasamos de ella? Da igual, que al final el argumento es lineal. Como mucho cambia alguna frase aquí o allá, y eso en el mejor de los casos. Creo que hubiera preferido que The Operator no hubiera integrado estas decisiones, ya que cuando al final lo que ocurre escapa a nuestro control, es mejor dejarlo claro desde el primer momento, aunque eso pueda reducir ligeramente la inmersión por la que tanto apuesta el juego.
Esto parece una decisión importante, pero no va a afectar nada a la trama
Operador del FDI al aparato, dígame
Uno de los motivos por los que la trama de The Operator logra enganchar tanto es lo bien presentada que está y su buen ritmo durante las 3 horitas que dura la aventura. El ordenador que sirve como vehículo para todo el juego es minimalista, pero funcional. Obviamente no es como un ordenador en los 90, sino algo mucho más moderno, pero todo es legible y algo atractivo para que parezca el típico ordenador que veríamos en una serie de televisión. Escuchar todo el rato ruidos lejanos como si estuviéramos en una oficina ayuda a mantener esa inmersión que el juego busca.
El doblaje al inglés también ayuda a dar mucha personalidad a los diferentes agentes y personajes. No les vamos a ver en persona nunca, pero parecen alguien real con quien tener una conversación, y hasta se les coge cariño. La música también acompaña, con tonos muy propios de un thriller para mantenernos en tensión, destacar los momentos «¡Eureka!» al dar con una solución a un puzzle o acentuar los giros de guion.
Es una pena que la traducción de The Operator sea su punto más flojo, en especial al ser un juego tan narrativo. Aunque podremos jugar y entenderlo todo, hay muchas frases que no tienen ningún sentido, seguramente al haberse traducido de manera aislada. Por ejemplo, hay un diálogo en el que una frase es «What’s the deal?» y la siguiente es «There’s no deal», al referirse a que no ocurre nada… Pero la segunda frase la han traducido como «no hay trato». Son inconsistencias en la traducción demasiado frecuentes como para dejarlas pasar, y ojalá le peguen un repaso para dejarlo todo más pulido.
Conclusión
Jugar a The Operator ha sido como protagonizar un thriller televisivo de los buenos. Una conspiración que engancha, un gran ritmo, personajes a los que se coge cariño y un ritmo que te hace querer seguir jugando hasta llegar a la conclusión.
Para ser la primera obra de Bureau 81 y ser un estudio tan pequeño (principalmente un desarrollador), The Operator es una aventura narrativa excelente. Porque así es como hay que ver el juego. Los rompecabezas son divertidos pero son más una extensión de la inmersión que unos puzzles sesudos con los que bloquearnos. Además, la historia que quiere contar el estudio es una muy clara, así que nada de poder modificarla con decisiones, aunque así lo parezca.
Es esto último lo que quizá pueda romper la inmersión que tanto se esmera el juego por conseguir con su sistema operativo y apartado audiovisual. Pero si sois conscientes de ello y «sólo» queréis disfrutar del viaje, preparad un buen bol de palomitas, porque nos espera una nueva temporada jugable de «24» o «Expediente X».
Nos consolamos con:
- Una historia de conspiraciones que engancha que da gusto
- Casting de agentes y personajes carismáticos
- Puzzles sencillos pero ingeniosos y divertidos
Nos desconsolamos con:
- La traducción al castellano deja que desear
- Las decisiones son una mera ilusión, ya que la historia está prefijada
Análisis realizado gracias a un código para Steam proporcionado por ICO Partners.
Ficha
- Desarrollo: Bureau 81
- Distribución: Indienova
- Lanzamiento: 22/07/2024
- Idioma: Textos en Castellano y Voces en Inglés
- Precio: 13,79 €
Deja una respuesta