Siete años han pasado desde la publicación del título Freeware Hydorah, el Shoot’em Up creado por uno de los desarrolladores españoles que mejor sabe trasladar el sabor añejo de la década de los 80 a la actualidad. Hablamos, como no, de Locomalito. El éxito de sus títulos se debe a su inmejorable Pixel Art, a su capacidad de saber transmitir todos esos elementos jugables que hicieron grandes los juegos más rompedores de los salones recreativos y plasmarlos en sus juegos; y, sobretodo, porque se nota que les pone toda el alma a sus títulos, algo que nos llega sin filtros CRT. Hoy, siete años más tarde – cuatro de ellos trabajando en este nuevo título – Hydorah se supera a sí mismo y se convierte en Super Hydorah, una nueva versión que ofrece, de base, las delicias del título original, pero con un plus de fases, de enemigos, de armas y de pulido técnico además novedosos e inéditos contenidos y modos de juego, como el modo campaña a dos jugadores, entre muchísimos otros cambios.
Es hora de regresar a la Estrella Omios para liberar a la galaxia de la amenaza de los Meropticon, ¡que quede patente que somos pilotos shoot-em-up!
¿Qué es Super Hydorah?
Quién no ha escuchado alguna vez el término “matamata” o “mata marcianos”. Este género de videojuegos, que se popularizaró en 1978 con el famoso Space Invaders, fue un auténtico referente en la industria de los años 80 y una verdadera inspiración para multitud de títulos y subgéneros que se crearon a partir de este fenómeno. Los ahora llamados Shmups, que inicialmente se jugaban en Fixed Scroll con nuestra nave situada en la parte inferior de la pantalla, evolucionó a nuevas formas de juego, como la propuesta revolucionaria que incorporó Defender, que cambio el Scroll vertical por el horizontal, ofreciendo al jugador un cambio radical en sus esquemas y su conceptualización del Shoot’em Up. Con él, se abrió veda y comenzaron a aparecer multitud de títulos de grandísima calidad que protagonizaron la edad de oro del género, con nombres tan importantes como Scramble o Gradius, juegos que ya incluían distintos niveles y ambientaciones además de un movimiento continuo por la pantalla; o Tempest, que coqueteaba con nuevas formas de jugar a un Shmup como eran las 3D. Claro que aparecieron multitud de subgéneros, todos con sus características propias y todas importantes, dada la tecnología creciente y la explosión de creatividad de la industria, mayormente traída desde Japón.
Hydorah, el título original que fue lanzado como juego gratuito para PC en el año 2010 fue una oda a todo este recorrido histórico, un homenaje que se presentaba en forma de side-scrolling shooter con unos gráficos que coqueteaban entre los 16 y los 32 bits, y donde quedaba patente que, ni el pixel envejecía, ni la jugabilidad Arcade pasaba de moda. Hydorah era un título perfectamente disfrutable en los tiempos que corren. Siete años más tarde, nos llega la versión Super, una especie de remasterización que incluye nuevas armas, nuevos niveles, nuevos filtros retro y sobretodo, más fluidez en la imagen gracias a los 60 frames por segundo y resoluciones compatibles hasta 4K, además de un control más preciso y pulido. Estoy totalmente convencido que Super Hydorah incluye en su núcleo, un componente reivindicativo, pues un género que ha significado tanto para esta industria no debería caer en el olvido, algo que también ha reivindicado otros títulos de grandísima calidad y que han sido publicados en esta octava generación de consolas, hablo de Sine Mora o Resogun.
Super Hydorah se ha reformado, ha madurado, y ahora ofrece una interfaz más sencilla y moderna, más fácil de leer. En él podemos distinguir nuestra puntuación, nuestra cantidad de vidas, la cantidad de armas especiales que podemos usar, los extras de velocidad de nuestra nave y, por último, dos medidores de color verde y rosa. Para conseguir potenciar esto, conseguiremos, a medida que eliminemos amenazas, distintos potenciadores. Por una parte, conseguiremos esferas que tornarán entre el color verde y rosa que potenciarán el arma principal o el arma secundaria. Cada arma o subarma necesitará una cantidad concreta de energía para poder subir de nivel, hasta un máximo de tres, pero cuidado pues perder una vida implica perder potencia de nuestro armamento.
Por otro lado, tenemos contenedores especiales, los cuales escasean un poco más, pero que nos permitirá lanzar ataques especiales (representados con un rayo de color amarillo), aumentar nuestra velocidad (los tanques de color azul) o conseguir un extra de protección con el escudo; los tanques de color morado. Dichos contenedores irán cambiando de color pasado unos segundos y es tu tarea gestionar tus recursos dependiendo de la fase donde te encuentres. Parece una tontería, pero ganar velocidad es vital para enemigos rápidos, donde requiera más reflejos y una pronta actuación, o el escudo, un clásico para aquellos que les gusta arriesgar un poco más.
A medida que superemos niveles, conseguiremos más y mejores armas principales, subarmas y especiales, las cuales nos permitirán completar de forma más cómoda y satisfactoria los retos venideros. Ahora bien, una de las cosas que me encanta de Super Hydorah es que hay niveles donde un arma funciona realmente bien, pero hay tramos en los que echarías en falta otro equipo; o contra el jefe final, por lo que apostar por otra combinación siempre tiene un componente de riesgo ya que no siempre funciona a la perfección durante todo el nivel. Esa capa extra de complejidad hace que el diseño de niveles no sea base únicamente en colocar enemigos y retos, hay algo más cabrón y retorcido detrás y es fácil identificarlo, ya lo creo que sí.
¿Qué hace grande a Super Hydorah?
Para mí, los Shoot’em Up de la época, de títulos como Gradius, Thunder Force o mi Shmup fetiche, Area 88 – más comúnmente conocido como U.N. Squadron – tiene que tener tres ingredientes fundamentales para que me enganchen y me atrapen. El primero de ellos consiste en tener un diseño de niveles enrevesado, con múltiples opciones y caminos. Pero sobretodo, lo que más me atrae de éste género es la ambientación, la temática de los niveles y como todo ello encaja perfectamente en la aventura. En este sentido, Super Hydorah cumple sobradamente la primera prueba de fuego, ofreciendo distintos tipos de niveles, desde más lineales hasta más abiertos y con más rutas por las que lograr el objetivo final. Algo a remarcar es ver cómo dichos escenarios se vuelven un enemigo más, ya sea porque estamos en una fase acuática donde la marea nos imposibilita una ruta estable, o porque se triplica la velocidad en una misión de infiltración y tenemos que empezar a sortear distintos obstáculos antes de llegar al núcleo enemigo. La ambientación no se queda corta, Super Hydrorah cuenta una historia, y hay misiones cruciales que ayudan al juego a transitar entre escenarios de localización más clásica, a ambientaciones más “marcianas” desconocidas y decrépitas. Esta transición es muy palpable, por ejemplo, al superar Galactic Inferno.
El segundo ingrediente fundamental es la banda sonora. Y qué voy a decir, Gryzor87 se ha marcado un trabajo sobresaliente en aquello que mejor sabe hacer, y esa excelencia rezuma en todos los aspectos de Super Hydorah. Los más de 60 temas que suenan en los distintos tramos de los niveles (que los hay), contra los jefes finales, los menús, los efectos de sonido o simplemente cuando obtenemos algún perk, es gloria sonora, un regalo para los oídos. No se puede añadir más, no se puede buscar un pero, no lo tiene, es perfecta para el juego y ojalá este binomio Locomalito-Gryzor87 no termine nunca. Para colmo, en esta versión Super, la banda sonora ha sido remasterizada, ofreciendo un sonido mucho más glorioso.
El tercer y último ingrediente que más valoro en un Shoot’em Up, son los jefes finales. Tengo sentimientos encontrados en este punto. En general los mandamases son muy variados, están bien encajados con la fase donde se desarrolla pero me falta un punto de carisma. Hay de todo tipo, los hay que son cojonudos, como la hornada de cabrones que aparecen en el nivel boss rush llamado No Mercy (mención especial a la originalidad del último) o el mismísimo jefe final que da bastante acojone. Pero hay otros que parecen un mero trámite, una palmadita benévola en la espalda para animarte a avanzar y seguir lamentando tu destreza perdida. No digo que sea malo, ni mucho menos, pero me ha faltado una pizca más de carisma, nada más, y nada preocupante que no desmerezca a esta genial revisión del original título de 2010.
No quiero dejar de comentar algo que adoro de Super Hydorah, y es su selección de misiones. El juego nos permite seleccionar distintas rutas alternativas y eso provoca dos cosas. Por una parte, hace que el jugador tenga varias opciones a elegir, permitiendo dejar de lado esa fase traumática y centrarse en otras que le resulten más sencillas, además, como conseguimos equipo mejor a medida que avanza la historia, con ese nuevo equipo quizás sí podamos lograr avanzar y desbloquear todas las rutas. Hay partes de este mapa de selección de misiones que son obligatorias por motivos de argumento, pero el 90% tendremos gran libertad y eso es algo que valoro muy positivamente. Por otro lado, este mapa multiruta otorga al juego profundidad, variedad, rompe con la clásica linealidad de este género que presenta sus niveles uno tras otro, y ofrece un sello marca de la casa que queda reflejado
Un puñetazo directo a nuestro orgullo
Estoy seguro que a Locomalito le ha tenido que pitar los oídos durante toda esta semana. Y no es para menos; Super Hydorah no es un juego sencillo, es un título que traslada perfectamente el tipo de juego que se jugaba en los 80 y en los 90, con su altísima dificultad y su exigencia personal, tanto psíquica como física. Discutiendo con el mismísimo Locomalito en Twitter (cercanía que agradezco desde estas líneas) hablábamos de este aspecto, de cómo un juego te hace fallar y fallar a medida que más seguido vas jugando; de cómo aquellos errores impensables se convierten en habituales cuando el reintento se va de las manos. A mí se me ha ido muchísimo de las manos porque he llegado a gastar la friolera cantidad de 100 continues, lo que trasladado a los salones recreativos, representaría mi ruina personal y la re-hipotecación del piso de mis padres.
Parece que nuestro pirata del sur leyó mi crítica de Maldita Castilla EX pra PS4 en la que criticaba el exceso de checkpoints y la facilidad que eso conllevaba – sigo pensando que un modo Arcade es necesario – aquí, los he implorado. Pese a darme cierta vergüenza reconocer que he necesitado más de 100 continuaciones para terminarlo, me queda la satisfacción final pues no he dejado de perseverar en Super Hydorah porque me ha dado donde más duele, en mi orgullo de jugador Shoot’em Up. Joder, los jugaba todos, hasta los de corte más cómicos como Super Parodius o Twin Bee, hasta las cosas más raras como Axelay o el reciente Sine Mora, y es sorprendente ver como tus habilidades se van al retrete con el paso del tiempo. No todo e vergüenza ajena, hay una lectura positiva y es que he vuelto a disfrutar de este género casi como mi primera vez, con muchas canas y más malhumorado sí, pero gozándolo como ese crio que en su día descubría los marcianitos, una historia de amor odio que no debe caer en el olvido, pues es un género que hoy en día ha demostrado funcionar y que debe quedar más que patente con este título.
Conclusión
Ya no es solo adorar lo retro y/o el píxel, ni siquiera si es un producto hecho en nuestra geografía; se trata de disfrutar de videojuegos directos, de diversión en su máxima expresión. Super Hydorah tiene todos esos ingredientes. Tras pulsar poco más de 3 botones, ya estamos inmersos en una aventura que empieza como todo buen Shmup debe empezar, con una breve introducción al plot del juego mientras navegamos en el espacio sideral, con la clásica hornada de enemigos por la parte superior e inferior de la pantalla, un clásico y seña de identidad del género. Tras un primer contacto y varias mejoras de armas y especiales obtenidas, aparece nuestro primer escenario y los primeros retos a superar.
Si eres un fan de los Shmups, ya estás dentro, porque el detalle de los enemigos, el mimo de las explosiones, la calidad del filtro CRT que incorpora el juego y el refinado control de la nave hace que sea misión imposible apartar la atención. Además, la perfecta banda sonora y los SFX que acompaña a todas y cada una de las zonas del juego agudiza aún más la atención por el título. Pero no os voy a engañar, mi principal motivación para fundir en poco más de cuatro días, más de 20 horas de mi vida en Super Hydorah, no ha sido todo lo que acabo de listar; mi verdadera motivación ha sido mi superación personal, mi orgullo – sobre todo mi orgullo herido – por ver que el juego se ponía cuesta arriba en muchos momentos. Pero como soy un cabezón de mucho cuidado, no he soltado el mando hasta terminarlo, porque así disfruto yo los videojuegos.
Por poner un “pero” – siempre de forma constructiva – a algún aspecto del juego diré, que me han fallado pequeños detalles como, por ejemplo, las transiciones entre los distintos subniveles de una fase, que no son continuas. Esto es algo personal y quizás demasiado puntilloso, pero el que si me sorprendió fue la palpable diferencia de duración entre las distintas fases del juego, siendo algunas excesivamente largas y desesperantes y otras, en cambio, excesivamente cortas y sencillas. Lo tomaré como un respiro, una palmada en la espalda del desarrollador antes de que te vuelvan a abrir en canal miles de balas y biomecanismos, pero la sensación no me acabó de agradar, me dio una sensación de desbalanceo importante. Quitando estas dos oscuras sensaciones, Super Hydorah es un juego excelente, con un gran mimo y una gran dedicación, el sueño de todo desarrollador de videojuegos que ha crecido y vivido con este tipo de género y tiene la oportunidad de plasmar todo ese conocimiento en los tiempos que corren; el resultado, es inmejorable.
Nos consolamos con:
- El diseño de niveles, con amenazas integradas en los escenarios, es fabuloso
- La banda sonora acompaña de forma magistral toda la aventura, y no decae en ningún momento
- Los 60 frames por segundo y el mejorado control ofrecen una comodidad y una fluidez extraordinaria
- Los filtros CRT son fabulosos, ideales para revivir aquella época dorada del Shmup
- La variedad de rutas en el mapa, las nuevas armas, el modo a dos jugadores, el cambio Super de Hydorah es bestial
Nos desconsolamos con:
- Me falta carisma en algún que otro jefe final aunque en general todos están muy elaborados y encajan bien con la temática de la zona
- Los mapas a veces son muy cortos, en otras ocasiones excesivamente largos. En algunos todo es más sencillo y en otras, no sabes donde esconderte. Noto cierto desbalanceo ahí.
- Puede suponer un reto muy elevado y dejarlo de lado si no eres perseverante.
Ficha
- Desarrollo: Locomalito
- Distribución: Abylight Studios
- Lanzamiento: 20/09/2017
- Idioma: Inglés
- Precio: Precio 11,99 €
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