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Smash Drums

Smash Drums VR

Los juegos musicales para la Realidad Virtual no paran de llegar, y uno de los que más expectativas había levantado gracias a una genial demo fue Smash Drums. La obra de PotamWorks SAS ofrecía algo similar y a la vez diferente, al querer mostrarnos una versión tanto realista como arcade de cómo sería toca la batería. Inspirado por otros grandes del género en VR, cómo no.

El resultado final ya está al fin entre nosotros, gracias a su reciente lanzamiento en App Lab (aquí el enlace) en exclusiva para Oculus Quest. Así que agarrad vuestras baquetas (también conocidas como los Touch Controllers), que vamos a dar el concierto de nuestra vida.

Ante todo, Smash Drums no es igual que el reciente BoomBox ni muchísimo menos. Sí, en ambos tenemos baquetas y tenemos que golpear tambores, pero mientras que BoomBox se inspira más en Beat Saber, aquí la clara inspiración sería algo similar a Rock Band. Por tanto, nos podemos olvidar de baquetas de colores para tambores en particular y cosas así, ya que aquí si golpeamos una parte de la batería, sonará, y punto.

Smash Drums VR

Las mecánicas básicas consisten en que un montón de tambores y platillos irán avanzando hacia nosotros, para que los vayamos tocando siguiendo el ritmo de la música. La selección de canciones es muy rockera, con bandas indies (estamos ante un juego independiente, con que tratos con bandas conocidas está descartadísimo) bastante variadas, ofreciendo algunas composiciones más cañeras, y otras más de estilo balada.

La clave es que, al ir golpeando los timbales/tambores y los platillos, seguiremos bastante bien lo que hace el batería en la canción. Así que, si escuchamos un platillo, nosotros también lo tocaremos. Obviamente, el bombo es imposible de replicar al no tener pedales, pero los demás elementos de la batería están representados mucho mejor de lo que me esperaba.

Para los redobles, algunos tambores tendrán un número, teniendo que golpearlos el número de veces que nos indiquen. Podemos hacerlo con una mano replicando el movimiento de muñeca que hacen los baterías (¡para algo me está sirviendo tener a una hermana batera!), o usando las dos manos para hacer un redoble con fuerza cuando el número es bastante superior a 2. Es algo que distancia radicalmente a Smash Dreams de los demás juegos musicales del mercado, y sobre todo, funciona.

Smash Drums VR

Siguiendo con las mecánicas, también tendremos que hacer chocar las baquetas entre sí cuando nos lo indiquen (de nuevo, algo muy típico de los baterías), y si activamos ciertos modificadores, podrá haber tambores que debemos golpear con fuerza o débil. Además, podemos activar los obstáculos, que debemos evitar mientras seguimos tocando los tambores y platillos, o iremos perdiendo vida.

Para jugar, tenemos dos opciones. Por un lado, la forma estática sería algo más realista, y hasta podemos jugar sentados sin ningún problema. Todas las «notas» vienen hacia nosotros de frente, por lo que su posición podría asemejarse a una batería convencional. Sin embargo, la gracia está en el modo 360º, teniendo que girar constantemente, haciendo las canciones más dinámicas, y aprovechando más los entornos.

A medida que vayamos jugando, conseguiremos estrellas, con las que ir desbloqueando nuevas skins para equipar, y hasta 3 nuevas canciones. Por tanto, Smash Drums todo el rato nos va recompensando, algo que se agradece bastante. Al mismo tiempo, nos motiva a ir añadiendo más modificadores para aumentar nuestra puntuación e ir subiendo en las tablas de clasificación al mismo tiempo que conseguimos más estrellas, lo cual no puede faltar en todo buen juego musical que se precie.

Smash Drums VR
La cueva no va a durar entera ni dos telediarios

Para jugar, tenemos un total de 21 canciones (con 3 bloqueadas inicialmente), teniendo cada una asociada un escenario. Este detalle es muy importante, sobre todo en el modo 360º, ya que el entorno se irá destruyendo al ritmo de la música gracias al poder del rock, haciendo que visualmente estemos ante uno de los juegos musicales para Oculus Quest más llamativos, de lejos.

Estar en una cárcel para ver cómo todo empieza a llenarse de llamas, los muros se derrumban a medida que giramos, para ver todo arrasado por el fuego es genial, metiéndonos más en esa mentalidad de gran estrella del rock, que lo está dando todo con la batería. Incluso al acabar la canción, tenemos la opción de tocar un tambor para hacer rebotar los objetos dinámicos del entorno.

Así que, en el terreno jugable y técnico, Smash Drums funciona de lujo, pero hay un aspecto donde creo hay mucho margen de mejora: la navegación por los menús. Está muy bien que todo se seleccione con los tambores de la batería, para mantener la identidad, pero no es nada cómodo. Moverse por tropecientas pantallas con los tambores, elegir canciones y demás a golpe de tambor es de todo menos intuitivo y ágil. Un puntero, o la opción de usarlo, sería lo ideal.

Smash Drums VR

La interfaz es otro aspecto que no me termina de convencer. Cuesta muchísimo ver nuestra salud (que no se regenera) o la puntuación que estamos logrando, por lo que si nuestra meta consiste en ir mejorando las puntuaciones, vamos un poco a ciegas. Esta es la parte mala de tener escenarios tan recargados, que todo lo que no sean los tambores o el entorno, se convierte en «ruido» a lo que es imposible prestar atención.

Finalmente, no hay actualmente ningún editor ni nada por el estilo para poder crear nuestras canciones (o al menos, que haya encontrado), por lo que estamos limitados a lo que el estudio vaya publicando. No es malo como tal, pero al haber sólo 21 canciones, igual el repertorio se puede quedar corto para más de uno.

Smash Drums

Conclusión

Ofrecer algo novedoso dentro del género musical para la VR hoy en día es complicado, y Smash Drums lo logra al ofrecer un genial equilibrio entre el realismo y lo arcade en lo que a la batería respecta. Sí, no tenemos el bombo, pero el ir golpeando los tambores y platillos, para que suenen cuando lo haga en la canción, es genial.

La forma de plasmar los niveles en 360º es fantástica, gracias a su destrucción, la iluminación y alto nivel de detalle. Realmente tienes la sensación de ser un dios del rock que va destrozando todo con el poder de la música.

Es cierto que la interfaz o la navegación por los menús podría mejorar. Tampoco estaría mal involucrar a la comunidad para que vayan creando nuevos niveles para mantenernos en la batería hasta la llegada de más niveles oficiales. Pero son pegas pequeñas para un juego que logra demostrar su poderío (rockero), así que coged las baquetas, porque la música de Smash Drums no ha hecho más que empezar.

8

Nos consolamos con:

  • Gran unión de realismo musical con mecánicas totalmente arcades
  • Técnicamente es de los juegos musicales más espectaculares de la VR
  • Buena variedad de escenarios
  • Constante progresión, lo que nos anima a seguir jugando y mejorando

Nos desconsolamos con:

  • La navegación por los menús es muy tosca
  • «Sólo» 21 temas de artistas poco conocidos, y sin editor de canciones para tener un mayor apoyo de la comunidad
  • La interfaz durante las canciones es más «ruido» que otra cosa

Análisis realizado gracias a una copia descargada de la Oculus Store.

Ficha

  • Desarrollo: PotamWorks SAS
  • Distribución: PotamWorks SAS
  • Lanzamiento: ?
  • Precio: 19,99 €

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