Cuando echamos un vistazo a la pasada generación, es fácil ver que uno de los juegos más influyentes fue Gears of War. Su lanzamiento en 2006 no solo supuso la primera demostración de lo que podían hacer técnicamente las nuevas consolas, sino que cambió la forma de plantear los shooters en tercera persona, al mismo tiempo que popularizó el motor Unreal Engine 3. Desde entonces, nos encontramos muchos juegos del género que adoptaban su jugabilidad basada en coberturas, y hasta su estilo visual tirando a tonos grises para mostrar un mundo oscuro.
Así que, si nos fijamos en qué juegos merecen actualizarse para llegar a una nueva generación, este primer capítulo de la saga es un firme candidato. Así surgió Gears of War: Ultimate Edition, como primer juego de The Coalition, el estudio detrás de la franquicia, y para ponernos al día de cara al lanzamiento del cuarto capítulo de la saga. Lo bueno es que, mientras que las remasterizaciones se han convertido en la norma, en este caso nos encontramos en una fina línea entre la remasterización y el remake que a veces cuesta distinguir.
Bienvenido de nuevo, escuadrón Delta
Para esta remasterización, el estudio ha decidido dejar el esqueleto del juego original intacto. Por eso, el diseño de niveles, historia y demás sigue tal y como lo recordamos. Sin embargo, han cogido todos los elementos visuales y los han cambiado. ¿El resultado? Sencillamente inmejorable, estando técnicamente mucho más cerca de lo que nos podemos encontrar en juegos actuales que en uno de 2006.
Las escenas de vídeo son las que sí se han rehecho desde cero, contando con nuevos ángulos de cámara, efectos, y con una nueva captura de movimientos. El resultado es increíble, y es como la noche y el día cuando vuelves luego al Gears of War original.
Que sea todo igual tiene la pega de que la historia sigue siendo tal y como era, por lo que se resume en «el escuadrón Delta tiene que llevar un arma especial hasta el corazón del hogar de los Locust y destruirlo». Los siguientes capítulos mejoraron mucho la narrativa, ofreciendo personajes más desarrollados por los que incluso nos llegábamos a preocupar. Pero eh, que así llegamos a descubrir al escuadrón Delta, con que tampoco me puedo quejar demasiado.
En la jugabilidad también han tocado varias cosillas para acercarse más a los últimos capítulos disponibles, como poder recargar mientras corremos o cambios en la interfaz de usuario. Recuerdo que Gears of War me pareció bastante flojo por ser tan duro (jugué primero a los siguientes), y con estos cambios han hecho que me sienta como en casa, disfrutando desde el primer minuto hasta el último.
Esas mejoras visuales que mencionaba antes también afectan a la jugabilidad. No solo nos encontramos con texturas de mayor calidad, sino que han retocado algunos aspectos artísticos y la iluminación general. Esto permite que el estilo visual sea tan realista y no con un gris tan perpetuo como antes, y segundo, para ayudarnos a navegar mejor por los escenarios.
Es curioso cómo, pese a que las fases son exactamente iguales que antes, estos cambios visuales hacen que parezcan completamente nuevos. Lo que sí es nuevo en Gears of War: Ultimate Edition si solo jugamos a la versión de Xbox 360 son 5 capítulos adicionales que se quedaron solo en la versión de PC del original. En ellos luchamos contra un Brumak por primera vez, y personalmente me han parecido de los mejores niveles de todo el juego. Lo único malo de estas fases es que el doblaje en español de Baird es distinto, por lo que a veces es muy raro pasar de su voz tradicional a esta nueva voz.
Pero vamos, todo desprende un aura de novedad que no es característico en ninguna remasterización. Casi parecía estar ante un remake total, con algunos momentos en los que visualmente era espectacular, y que con estas mejoras la experiencia era mejor que nunca.
Los puntos fuertes del juego, y por lo que revolucionó en su momento siguen muy presentes. El uso de las coberturas sigue siendo fantástico, además de la crudeza de cada enfrentamiento, haciendo que un solo Locust pueda ser hasta un enemigo mortal. Encima, nos encontramos con una gran variedad, a veces en enfrentamientos tipo de guerra, otras esquivando los ataques de la peligrosa Berserker, o incluso pilotando un vehículo en uno de los niveles.
La campaña era genial en su momento, y ahora es incluso mejor entre los nuevos niveles, las mejoras visuales y las jugables, por lo que nos volverá a dar muchas horas de diversión. Completar la campaña una única vez nos llevará unas 6-8 horas en dificultad normal. Pero entre lo rejugable que es por los niveles de dificultad, y el cooperativo con un amigo (en Xbox Live o en local), tenemos una campaña para mucho tiempo.
¡Una larva menos!
Junto a la campaña, el multijugador es uno de los aspectos donde más horas nos tiraremos en Gears of War: Ultimate Edition. Esta modalidad va a 60 frames por segundo constantes (la campaña, curiosamente, se queda en 30), lo que hace que las partidas sean muy fluidas. Además, tendremos muchísimo contenido, ya que tendremos la friolera de 19 mapas a nuestra disposición.
Entre estos mapas están los originales, los que se publicaron como DLCs y los exclusivos de la versión de Windows, por lo que tenemos muchos lugares a los que trasladar la guerra entre el CGO y los Locust. Todos ellos han sufrido una mejora visual equivalente a la de la campaña, por lo que lucen mejor que nunca. Algunos tienen detalles increíbles, como el agua en «Canales», o el barro en varios de ellos, que reflejan de forma espectacular la luz del sol.
Tenemos una buena cantidad de modos de juego para disfrutar con los amigos, como Duelo a muerte por Equipos, Rey de la Colina, Ataque Relámpago, Ejecución o incluso un combate cercano en el que cada equipo solo está formado por dos jugadores y nuestro único arma son las potentes Gnasher.
Ese es el punto fuerte y negativo del multijugador, dependiendo de a quién preguntes, ya que a veces las partidas se convierten en todo un espectáculo de ver quién es más rápido con las escopetas. Pero sea como sea, los intensos tiroteos de la campaña siguen muy presentes en este multijugador, siendo tan satisfactorio acabar con los enemigos humanos como por los controlados por la IA. Es una pena que no se haya incluido el modo Horda que apareció en los siguientes capítulos de la saga, pero como la desbloqueamos en formato digital si jugamos conectados a Xbox Live antes del final de año, podremos disfrutar de este modo en Xbox 360 desde ya, o en Xbox One en cuanto llegue la retrocompatibilidad.
Conclusión
Estoy bastante cansado de remasterizaciones en los que los cambios son tan mínimos que casi parecen anecdóticos, pero si todas fueran como Gears of War: Ultimate Edition, que saquen todas las que quieran. No solo nos encontramos un juego actualizado en casi todo para que luzca como un juego actual, sino que encima se ha respetado todo lo que hizo grande a la saga desde un primer momento.
Además, por si la genial campaña y el adictivo multijugador no fuera suficiente, se desbloquea toda la franquicia para Xbox 360 en formato digital al jugar antes de final de año conectado a Xbox Live, por lo que nos encontramos ante un paquete fantástico. Habría sido mejor todavía que se remasterizaran así de bien los tres capítulos principales de la saga, pero se ha rehecho el juego que más lo necesitaba, con que ahora solo nos queda matar más larvas mientras esperamos el lanzamiento de Gears of War 4 el año que viene.
Nos consolamos con:
- Increíble mejora visual y pequeños toques jugables que actualizan a lo grande el juego.
- Muchísimo contenido entre la campaña y el multijugador.
- Los capítulos en los que nos enfrentamos con el Brumak son geniales.
- Poder desbloquear toda la saga para Xbox 360 en formato digital.
Nos desconsolamos con:
- La campaña solo va a 30 frames por segundo. ¿Por qué no hacer que fuera como la campaña?
- La voz de Baird durante los capítulos de la versión de PC.
Ficha
- Desarrollo: The Coalition
- Distribución: Microsoft
- Lanzamiento: 28/08/2015
- Idioma: Español
- Precio: 39,95 €
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