
No engañaré a nadie. Llegué a Shadowverse: Champion’s Battle de casualidad, cuando mi compañero Luismi me habló de él. Yo era totalmente ajeno a lo que era el juego, ni de donde venía, pero cuanto vi un tráiler del mismo me llamó mucho la atención. Descargué la demo disponible en la eShop y, tras haberla devorado, me puse manos a la obra con un acceso anticipado al que tuve acceso. Ahora, tras haber disfrutado de los primeros compases del juego, vamos a hablar un poquito más de lo que nos espera en el título.
Lo primero de todo, decir que estamos ante un título que bebe de los JRPGs y las Visual Novel de instituto, presentándonos un protagonista jovenzuelo que acaba de aterrizar en la Academia Tensei. Él, al igual que me pasó a mí, desconoce lo que es el Shadowverse, pero sus compañeros enseguida le ponen en situación y, tras unas partidas de prueba, el personaje queda totalmente prendado. Y sí, a mí me pasó lo mismo. La diferencia es que el protagonista se marca el objetivo de unirse al club de Shadowverse junto a sus nuevos amigos, pero por desgracia para ellos el club ha sido desmantelado. Por suerte, desde el consejo estudiantil se permite que el club «reviva» si encuentran suficientes alumnos que quieran apuntarse.

Antes de continuar, dejadme decir que la demo incluye todo el primer capítulo del juego y parte del segundo (básicamente, acaba en plena búsqueda de nuevos compañeros de club), y que nuestro progreso podrá ser traspasado a la versión completa del juego (una buena noticia, porque la demo permite jugar unas cuantas horas). Yo, con el acceso anticipado, he llegado hasta el capítulo 4 y debo decir que, por ahora estoy totalmente enamorado de Shadowverse: Champion’s Battle, hasta el punto en qué esta misma mañana he puesto a descargar el juego «original» para móviles. Porque sí, aunque nosotros estamos hablando en todo momento de Shadowverse: Champion’s Battle, decir que éste juego es la adaptación de una serie anime que, a su vez, ya era la adaptación de un juego de cartas para móviles y PC muy exitoso.
Dicho esto, pasemos a hablar del juego en sí: como he comentado, en forma bebe bastante de esos RPGs ligeritos juveniles, al estilo de Yo-Kai Watch o Pókemon… aunque aquí no tendremos combate por turnos ni con criaturas, ni cosas mágicas o místicas. Aquí todo se resuelve mediante un juego de cartas llamado Shadowverse. El juego en cuestión, para hacernos una idea rápida, es una suerte de Magic The Gathering, Yu-Gi-Oh o Hearthstone.

De hecho, las similitudes con este último son, probablemente, las más visibles, aunque cuenta con sus propias particularidades que lo hacen único. Sí, tanto en presentación como en algunas mecánicas (el uso de unos puntos «tipo» Mana para las invocaciones, y que además irán creciendo automáticamente en cada turno a razón de 1 unidad hasta llegar a 10) veremos muchos elementos que nos recuerden a otros juegos, pero en conjunto estamos ante una experiencia «nueva» (recordemos que el juego original tiene sus añitos ya) y, sobre todo, muy divertida.
Me ha gustado mucho, por ejemplo, la posibilidad de crear mazos con sus características y sinergias propias, teniendo incluso algunos elementos jugables exclusivos de cada clase. Por ejemplo, los mazos de tipo Dragoncraft (una de las 7 clases disponibles) tienen una cuenta atrás para activar el modo Overflow y, una vez lleguemos a ello, muchas cartas tendrán características especiales (habilidades y mejoras en sus estadísticas de ataque y/o defensa). El resto de clases también tienen sus características propias, como por ejemplo Swordcraft, que tienen en cuenta la naturaleza de las cartas (hay cierta «jerarquía», y dependiendo de qué cartas juguemos obtendremos bonus), o Bloodcraft, que nos bonificarán cuando nuestro avatar tenga poca salud. Y no sólo tendremos estas características «de clase», sino que podremos construir mazos aprovechando diferentes efectos y sinergias que darán la posibilidad de efectuar un poderoso combo contra nuestro enemigo.

Y ojo, porque una mecánica que yo no había visto en otros juegos (o no de esta manera) es la de evolucionar nuestras cartas: cuando pasan unos cuantos turnos, desbloquearemos la posibilidad de mejorar hasta 2 o 3 cartas (dependerá del orden de jugador), haciendo que mejoren sus habilidades de ataque y defensa e, incluso, desbloqueando habilidades especiales. Ya digo, no sé hasta que punto es algo 100% original, porque por ejemplo sé que en Magic the Gathering sí hubo algo similar en algunas cartas de la colección de Innistrad, por ejemplo (con cartas que se volteaban al cumplir ciertas condiciones, como el pago de maná de cierto color o en determinada fase del turno).
Sea como fuere, el juego tiene mucho de coleccionar cartas, desbloquear nuevos mazos prediseñados y, lo más importante, jugar. El título, de hecho, en algunos momentos nos pedirá que juguemos con una de las clases concretas (aunque, al menos hasta donde yo he visto, sólo se nos exige en contenido opcional), por lo que será interesante ir consiguiendo cartas de todo tipo… y probarlas. Porque como comentaba, cada categoría tiene sus particularidades.
Yo, por ahora, estoy bien enganchado a su propuesta y quiero conseguir todas las cartas posibles… y bueno, de paso, saber cómo avanza la historia. Pero sobre todo las cartas, no nos engañemos. El juego, por cierto, se estrenará éste próximo 13 de agosto en exclusiva para Nintendo Switch de la mano de Meridiem Games.
Deja una respuesta