Hell Of An Office es de los plataformas más locos, divertidos y frenéticos que jamás he jugado

Hell Of An Office

Mi género favorito es el de los plataformas, ya sea en primera o tercera persona. Me da igual la perspectiva, siempre que haya un buen diseño de niveles, momentos frenéticos, o lo que es mejor: ambos. Esta combinación tan mágica y que no siempre se encuentra es precisamente lo que ofrece Hell Of An Office, el proyecto que está desarrollando el equipo español de 43 Studios y que tenéis que probar sí o sí.

Aunque no hay una fecha de lanzamiento fijada, sí que podemos probar una demo del juego a través de Steam (se espera que haya una versión para Nintendo Switch junto a esta de PC), donde probar 60 niveles muy cortos de apenas unos segundos, pero que son una locura en cuanto a diseño de niveles. Las mecánicas como tal son muy simples: saltamos, realizamos un deslizamiento o dash, y disparamos la grapadora gigante que llevamos como arma. Estas tres acciones se van combinando entre sí con sinergias fantásticas, para que el título nos ofrezca un reto tras otro y sin que nos deje de sorprender a lo largo de la demo.

Al principio, sólo saltaremos, pero ya se nota aquí la buena sensación de control que tenemos del personaje. Es algo que no siempre se consigue en primera persona, pero aquí 43 Studios lo ha clavado. Después se suma el dash, para recorrer grandes distancias, y recargándose instantáneamente nada más toca el suelo, por lo que podemos encadenarlo fácilmente para intentar encontrar atajos usando la geometría del nivel.

Luego está la grapadora, que nos permite impulsarnos al disparar a nuestros pies, como ocurre en los arena shooter al estilo de Unreal Tournament o Quake. Estas tres mecánicas se combinan muy bien, ya que podemos saltar, deslizarnos, llegar a una plataforma lejana, antes de tocar el suelo disparar para ir hacia arriba, volver a impulsarnos, y llegar así a la meta unos pocos segundos antes.

Hell Of An Office es increíblemente frenético, ya que las plataformas se van cayendo en la lava, por lo que como nos quedemos a pensar mucho tiempo, nos quedaremos más tostados que los guiris en Mallorca. En cada nuevo mundo de los 6 de la demo, se van introduciendo más locuras a estos conceptos básicos, como plataformas que se derriten al tocarse, muros que debemos destruir parcialmente con la grapadora, corrientes de aire o incluso portales de teletransporte.

El diseño de estas fases es increíble, al haber rutas que nos permite atajar como locos para conseguir tiempos sencillamente ridículos. Esa es la mejor parte para los amantes del speedrunning, pero personalmente, con lograr alguna «S» ya tengo una enorme victoria personal. La única pega real que le puedo poner al título es que las partes con los anillos flotantes tiene un rendimiento ligeramente peor, y que cuando se combinan muros destruibles y no, el contraste no es el suficiente como para verlo rápidamente en según qué perspectiva. Además, hay ciertos elementos que no tienen colisiones, cuando igual sí da la impresión que deberían tenerla.

Hell Of An Office

Pero vamos, son pegas muy pequeñas para un juego que, desde ya, me ha enamorado. Ese frenetismo junto a la unión de sus sencillas mecánicas, su aprovechamiento de manera original y su fantástico diseño niveles, son los que hacen de Hell Of An Office, uno de los plataformas más divertidos que he jugado nunca. Así que, muchas ganas de ver con qué nos sorprenderá 43 Studio en la versión final, porque ya estoy deseando adentrarme en esta oficina del demonio para morir, asombrarme, y morir otro poco más.

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