Cube & Star: An Arbitrary Love

Lo bueno del PC es la gran variedad de experiencias que podemos encontrar, algunas de ellas que realmente rompen moldes y nos hacen sentir algo diferente. Entre estas, podemos encontrar Cube & Star: An Abitrary Love, creado por Joshua McGrath, de Doppler Interactive.

Una vez superada la extrañeza del título, nos sumiremos en la más absoluta confusión. Si ponemos a un cubo en medio de una gran esfera con algo que se asemeja a árboles y criaturas que pasean a nuestro alrededor, ¿qué tenemos que hacer? Exacto. Esa es la sensación.

Es un proceso de aprendizaje, en el que iremos llenando de color un mundo gris, mediante la recogida de objetos tras chocar contra los arbustos y encontrando reliquias extrañas, sumidos en un hipnotismo atemporal provocado por el color y la música repetitiva. Incluso su propio autor, Joshua, incluso lo llega a definir como un juego «extraño» y cuyo objetivo era el de hacer exactamente el videojuego que a su prometida le gustaría jugar. Su prometida, tiene ciertamente un gusto particular, pero no deja de ser un bonito detalle que el juego saliera el día de San Valentín.

Y mientras tanto, seguimos avanzando con nuestro cubo, descubriendo varios poderes que nos permitirán realizar explosiones de color y llenar el mundo con nuevos habitantes, los Tiny Things, que incluso tienen un lenguaje que podemos llegar a descifrar. Los seres en el mundo están tranquilos y contentos, así que podemos ayudar a camiar eso si nos apetece.

Algo nos empuja a llenar el mundo de color, ¡pero es que es muy grande!, ¿y luego qué? Ni idea, sinceramente. La cuestión es seguir ahí e intentar conseguir cumplir los casi 90 retos propuestos, desde llenar un porcentaje del mundo de color a conseguir un universo de estrellas – algo que parece ciertamente inalcanzable, ya que se espera que recojas como un millón de estrellas y yo tras unas tres horas apenas recogí ciento y pico.

Y por lo demás, nos encontramos delante de diversión sin más, una rareza que despierta una cierta adicción. Al fin y al cabo se llevó un premio en una competición en la sección Mejor «Otro» Juego. Aunque no lleguemos realmente a entender el juego, nos hará pasar un buen rato. Al fin y al cabo, a qué cubo no le gusta repartir color, incluso con su arbitrario amor por las estrellas.