Avatar

El mundo del cine no está pasando por sus mejores momentos. Parece que con los mejores efectos especiales se han olvidado de las historias, para ofrecernos únicamente un espectáculo visual que cada vez tiene menos sentido.

Por suerte de vez en cuando sale algún film que nos recuerda cómo el cine puede seguir mostrándonos argumentos que nos trasladen de lleno al mundo de la película. Este año es el director James Cameron el que lo ha conseguido con «Avatar», ya que ha creado un universo lleno de vida, unos efectos especiales abrumadores y un guion que si bien es algo típico, la forma de representarlo es excelente.

Y ahora toca lo que realmente nos importa: su videojuego. Está claro que una película tan ambiciosa y esperada como esta iba a tener su adaptación, y a tenor de los tráilers y nuestras impresiones parecía que iba a ser todo un éxito. Sin embargo, con el juego final entre manos, ¿será tan bueno como la película o se tendría que haber quedado en el espacio junto al resto de Pandora?

La historia de Avatar tiene lugar dos años antes de la película, y nos narra las aventuras de Ryder. Este personaje, al cual podremos escoger de entre varios modelos tanto masculinos como femeninos, es un especialista en señales que ha sido mandado a Pandora tras estar cinco años preparando su avatar. Este avatar forma parte de un programa del mismo nombre, en el que crean un individuo con el ADN de alguien concreto, para crear un semejante de los Na’vi, la raza indígena de este planeta. De esta forma pueden controlarlos desde cámaras de enlaces, y así ser capaces de integrarse dentro de este pueblo nativo.

Tras unos primeros compases de la aventura en los que conoceremos al general de la RDA (la corporación humana que intenta obtener un mineral muy poderoso del planeta) Falco, nuestra enlace y amiga Kendra y algunos de los Na’vi más influyentes. Sin embargo, al final del primer nivel tendremos que tomar una decisión: unirnos a los Na’vi en contra de la invasión humana o seguir con nuestra raza para hacernos con el control de Pandora.

Dependiendo de la facción que escojamos nos encontraremos con dos campañas muy diferentes, y en cada una de ellas tomaremos el control del mismo personaje, pero en su forma humana o estado avatar, sin posibilidad de cambiar entre una forma u otra.

Sobre el papel suena muy bien eso de tener dos historias diferentes para cada grupo, pero en la práctica falla ligeramente al basarse las dos básicamente en lo mismo: la búsqueda de un pozo de las almas inactivo con el que hablar con el planeta, y así inclinar la guerra en uno u otro bando.

Las únicas diferencias serán que en los humanos veremos cómo no todos llevan demasiado bien la guerra, mientras que dentro de los Na’vi tendremos que vivir con la desconfianza inicial al ser realmente humano, a pesar de tener el cuerpo de uno de ellos.

El otro gran problema es que se da por sentado que sabemos todo lo relacionado con la invasión y el mineral que los humanos buscan, ya que nunca hay ninguna explicación como tal en la que se nos explique por qué pasa todo esto, y los textos de la Pandorapedia (de la cual hablaremos más adelante) no son suficientes.

Esto no quiere decir que la historia sea horrible, pero sí es cierto que no logra todo el potencial de explotar el grandioso mundo de Pandora, lo que es una pena dado todo el hype que se había dado en torno a esta característica.

En cuanto a la jugabilidad, el hecho de pertenecer a una facción o a otra influye bastante, siendo claramente una más completa que la otra, aunque por desgracia ambas tienen algunos fallos que se podrían haber solucionado.

Dentro de este contexto la ganadora sería la jugabilidad de los humanos, ya que guarda muchas similitudes con Lost Planet. Si en el título de Capcom absolutamente todas las bestias son peligrosas, aquí también se añade el factor de la vegetación, que está lleno de plantas muy peligrosas que incluso los ecologistas se alegrarían de destruir.

La vista también es similar, aunque tiene algunos elementos que lo diferencias y al mismo tiempo lo perjudican. En la parte positiva se encuentra el hecho de que la acción la veremos desde detrás de nuestro personaje, y tendremos la capacidad de realizar movimientos de esquive y darnos la vuelta con solo pulsar un botón.

Sin embargo, el problema radica en que no podemos realizar ningún zoom en la mira, y que cada arma tiene un grado diferente de alejamiento de nuestro hombro. En este sentido tenemos rifles de asalto, pistolas de munición infinita, ametralladoras, lanzagranadas, escopetas, rifles, lanzallamas y pistolas de clavos. Las armas que sirvan para atacar desde lejos harán que la vista esté demasiado cerca de nosotros, y eso puede jugarnos malas pasadas en los encuentros cercanos y rápidos, que serán una costumbre con una especie de lobos. No es que sea algo horroroso e imperdonable, ya que nos podemos acostumbrar, pero al principio estaremos algo confusos y las bestias nos harán mucho daño hasta que nos acostumbremos.

Si por el contrario no nos apetece recorrer a pie los mapeados, también tendremos a nuestra disposición varios vehículos que nos reforzarán en diferentes aspectos. Los trajes APM nos darán bastante protección,y con su ametralladora seremos el mayor peligro de Pandora. En los buggys estaremos algo desprotegidos, pero la velocidad ganará muchos enteros. Algunos vehículos terrestres también incorporan lanzamisiles, por lo que tendremos un poco de todo. Finalmente, los dragones serán una especie de helicóptero futurista con una gran potencia de fuego, y gracias a ellos podremos sobrevolar casi todos los niveles con una gran ventaja frente a nuestros enemigos.

Durante esta campaña nos enfrentaremos a algunos combates que hacen las veces de luchas finales. Esta sensación se refuerza bastante al ser monstruos muy poderosos a los que nos enfrentamos, y que nos costará varios cargadores en escenarios cerrados que a veces tendremos que usar a nuestro favor.

Además habrá ciertos momentos sobre raíles, en los que tendremos que disparar desde una lanzagranadas de munición infinita adosado a un todoterreno. Así nos enfrentaremos a numerosas bestias de gran tamaño y a más enemigos pequeños durante varios minutos mientras el piloto va moviéndose.

En cuanto a los enemigos también hay una gran diferencia entre una facción y otra. Con los humanos nuestros rivales será el planeta entero. Desde las plantas a los animales, pasando por los Na’vi, que intentarán acabar con nosotros a toda costa para salvar Pandora. Dependiendo del enemigo al que nos enfrentemos será mejor usar un arma u otra. Por ejemplo, contra las plantas el lanzallamas hace estragos, mientras que cualquier arma de fuego hace añicos a cualquier animal o Na’vi del planeta.

En los Na’vi la cosa cambia bastante, ya que no están tan avanzados, y sus armas son muy diferentes. Las de larga distancia son el arco, la ballesta y la ametralladora (no es un invento suyo, sino que el personaje la mantiene de su estancia con los humanos). Con éstas pasa lo mismo que con las armas de los humanos, y aparte del arco y la ametralladora, el resto no las usaremos mucho por la falta de munición por los escenarios.

Las otras son de cuerpo a cuerpo, y seguramente serán las más utilizadas. Aquí nos encontramos con dobles cuchillas, varas de combate o mazas. Lo malo de estos juguetitos, y al mismo tiempo el mayor problema de esta facción, es su imprecisión. A pesar del enorme tamaño de estas armas, habrá veces en las que no golpearemos a los enemigos aunque estén a un palmo de nosotros. A esto se le añade el hecho de que no hay posibilidad de fijar el blanco, por lo que lo único que se puede hacer es pulsar el botón de ataque al estar cerca del enemigo, y rezar para que le golpeemos.

Otro problema de estas armas es que en muchas ocasiones tendremos que ir como kamikazes con los humanos, que antes de llegar hasta ellos nos habrán podido quitar gran parte de la vitalidad, sin importar si usamos el movimiento de esquive.

Está claro que con los Na’vi no pilotaremos ninguna máquina, pero si tomaremos el control de varios animales. Lo malo es que básicamente son tres. Una especie de pantera con la que ir deprisa y atacar, un tipo de ciervo (o algo parecido) con el que solo desplazarnos, o las banshees, algo así como una mezcla de pájaro y mariposa gigante. El otro gran problema es que los usaremos mucho menos y no será tan útiles. Tampoco viviremos batallas con ellos en casi ninguna ocasión, lo cual es una pena al haber potencial para hacer las peleas aéreas entre los dragones y las banshees, que con algo de cuidado y mimo podrían haber sido espectaculares.

El último problema de esta facción es que los únicos enemigos a los que nos enfrentaremos serán los humanos y los lobos, por lo que se reduce mucho el factor de intensidad al saber que cualquier planta nos podría atacar. Para rematar, esa sensación de jefe final se reduce bastante al no haber demasiados combates que lo parezcan, y unos pocos humanos más resistentes al final no suponen lo mismo que los jefes finales de los humanos.

A pesar de estas diferencias, hay bastantes similitudes en ambas campañas. Para empezar, en las dos habrá un sistema de experiencia en el que ganaremos puntos según eliminemos enemigos, cumplamos misiones o completemos las misiones secundarias de cada nivel (que suelen ser casi siempre las mismas y al final pueden pasar bastante desapercibidas). Al subir de nivel desbloquearemos nuevas armas, nuevas armaduras y nuevas habilidades.

Estas habilidades son muy parecidas entre ambos grupos, y básicamente la curación, ataques zonales, invisibilidad o velocidad. Para utilizarlos tenemos que dejar cuatro seleccionadas, y cuando las necesitemos pulsamos el botón asignado a cada una. Cuando se usen tendremos que esperar un tiempo hasta que vuelvan a estar disponible, y variará entre una habilidad y otra.

Las armas también se seleccionan igual, teniendo que tener tres principales y una secundaria fija en cada facción (las pistolas o el arco). Aquí se puede ver un gran fallo, ya que si nos quedamos sin munición de alguna podemos pausar la acción y suplir esa arma específica, lo que puede simplificar la acción bastante.

La vitalidad también funciona de la misma manera en ambas facciones, por lo que de nuevo nos encontramos con una pequeña variante de la regeneración activa. Esta vez para recuperarnos del todo bastará con estar en una zona sin enemigos, por lo que nunca nos recuperaremos en mitad de un combate. También son muy importantes las muestras celulares, ya que al reunir varias podremos obtener vidas extra, con las que recuperarnos por completo cuando nuestra vitalidad llegue a cero, sin tener que volver a un punto de control.

En cuanto a la jugabilidad en sí, las dos facciones se basan ligeramente en Grand Theft Auto, ya que todos los niveles son bastante amplios. Normalmente tendrán bastante caminos y algunas zonas que solo visitaremos si nos ponemos a explorar, aunque de vez en cuando son completamente lineales. Para desplazarnos entre ellos usaremos a unos personajes especiales que tengan una bola del mundo en la cabeza.

Dentro de los niveles en sí podremos teletransportarnos gracias a unos objetos que están en las varias bases de cada fase. Además, la otra opción permitida dentro de estos artefactos es entrar en el modo «Conquista». Aquí pasaremos a un juego de estrategia en el que ganaremos estrategia u otras ventajas según vamos dominando territorios. Para lograrlo tendremos que superar al rival en número de efectivos, que se dividen en tres categorías según su grado de fuerza. No es que sea la bomba, pero se agradece la libertad.

Un problema que comparten las dos facciones, y todos los seres vivos del juego (no importa si son amigos o enemigos) es su pobre IA. Los aliados directamente no nos ayudarán casi nada, y los enemigos tienen patrones bastante estúpidos, al haber algunos rivales que incluso se alejarán tras atacarnos, lo cual no tiene sentido.

Finalmente, lo último que nos falta por comentar del modo campaña es la «Pandorapedia», algo así como la «Wikipedia» de Pandora. En ella tendremos informes de las zonas geográficas conocidas, los seres vivos identificados, objetos de este universo, etc. Es algo curioso, pero a no ser que seais unos fanáticos absolutos del mundo creado por James Cameron no lo veréis demasiado.

Aparte del modo campaña (que nos durará unas 8 horas para cada facción) tenemos a disposición un divertido modo multjugador online. En él podremos disputar combates de hasta 16 jugadores en varios modos de juego, que son muy típicos. Entre ellos se encuentran los deathmatch, capturar la bandera o alguna variante de los modos conquista tan populares hoy en día.

Siguiendo la tónica de mostrar las diferencias entre ambas facciones, un equipo será humano y el otro Na’vi. Durante las partidas es sorprendente como ambos grupos pueden ser muy eficientes, a pesar de sus enormes diferencias y en un principio ventaja de los humanos. Esto se debe al uso de las habilidades, que serán decisivas durante las peleas.

Sin embargo, lo más sorprendente es que no haya lag durante las partidas, ya que en esta clase de juegos no suele haber buenos servidores. Por tanto, el multijugador es bastante bueno y divertido, y si llega a incluir modalidades cooperativas (sobre todo con los humanos) habría subido varios enteros.

En cuanto al apartado gráfico nos encontramos con bastantes altibajos, aunque en líneas generales es bueno.

Empezando por lo positivo, es digno de alabanza el diseño artístico del juego. Se nota que han trasladado fielmente el universo creado por James Cameron, lo cual es algo que encantará a los fans de la película. Además, usa el motor gráfico «Dunia» (que ya mostró su efectividad en Far Cry 2), lo cual hace de la expansión del fuego toda una experiencia.

Pero todo esto se queda pequeño con el hecho de que el juego admite el 3D estereoscópico. Es un gran avance dentro de los videojuegos, ya que es el primer título en incluir esta función. Sin embargo, para poder disfrutar de este aspecto necesitaremos un televisor compatible con esta tecnología, y como actualmente tienen un precio excesivo, casi nadie podrá disfrutarlo.

En cuanto a los problemas, la mayor parte se da en los tirones del motor gráfico. En los momentos de más acción y con un mayor número de explosiones (que son bastante espectaculares) notaremos ralentizaciones que pueden molestar, a pesar de no ser muy numerosas. Además hay bastante popping y niebla en los mapas, y esto lo notaremos mucho cuando estemos volando, pudiendo ver montones de árboles aparecer de la nada, junto a elementos de los escenarios y varios enemigos. El clipping también hace acto de presencia con la vegetación, ya que es muy abundante y no suele reaccionar de una forma demasiado natural a nuestros movimientos. Por último, las animaciones son algo bruscas y pobres, pudiendo haber sido mucho mejores.

Al apartado sonoro le pasa más o menos lo mismo. Por un lado las melodías son bastante buenas, apareciendo las de acción nada más ver a un enemigo, o más tranquilas cuando exploramos la bella y a la vez letal Pandora. Los efectos de las explosiones, armas y seres vivos del planeta también están a un gran nivel.

Sin embargo, cuando llega el momento de hablar de las voces la cosa cambia bastante. Para empezar, al ser el juego una precuela de la película no aparecen muchos personajes de ésta, por lo que la mayoría de los personajes son nuevos. Pero de vez en cuando aparecerá alguno del film (como el piloto interpretado por Michelle Rodriguez, que hizo de Ana Lucía en «Perdidos»), y no tienen la voz de la película. De hecho es algo pobre, igual que las del resto de personajes. Algo que tampoco nos ha convencido demasiado es que los Na’vi casi no muestran nada de su idioma, por lo que todos hablarán el español, con la única diferencia de que algunos hablarán en plan indio. Así que uno se puede plantear cuál es el idioma verdadero de estos seres, y junto a las voces normalitas de los personajes, es lo que hace bajar más puntos a este aspecto.

En conclusión, Avatar es una adaptación al mundo de los videojuegos bastante buena de la película estrella del año, aunque por desgracia no llega a abarcar tanto como prometía. Porque sí, hay grandes diferencias entre las dos facciones y Pandora es precioso, pero la jugabilidad flaquea en algunos puntos, y los gráficos tampoco son perfectos. Sin embargo esto no quita que pueda divertir, ya que lo hace. Además, el modo online alarga la ya de por sí gran duración del título, junto a la ya típica búsqueda de logros y trofeos.

Por tanto, Avatar es una buena opción para los que quieran seguir explorando Pandora tras ver la película, y si sois seguidores de la acción tipo Lost Planet pasaréis un buen rato acabando con todo bicho viviente. Eso sí, no a todos convencerá el tema de la cámara y la jugabilidad Na’vi, por lo que, a no ser que la película os haya encantado y os hayáis vuelto seguidores acérrimos a Pandora, es recomendable primero un alquiler para ver por vosotros mismos si la primera incursión de James Cameron en el mundo de los videojuegos colma vuestras expectativas.

Comentarios

  1. Mi comentario no va por el análisis sino por el primer párrafo que habla del cine, de como parece que con la llegada de las mejoras digitales a los efectos especiales se han olvidado de las historias, para luego alabar AVATAR diciendo:
    «Por suerte de vez en cuando sale algún film que nos recuerda cómo el cine puede seguir mostrándonos argumentos que nos trasladen de lleno al mundo de la película. Este año es el director James Cameron el que lo ha conseguido con “Avatar”, ya que ha creado un universo lleno de vida, unos efectos especiales abrumadores y un guion que si bien es algo típico, la forma de representarlo es excelente.»

    ¡TIO! ¡No se puede ser más contradictorio en menos palabras!
    Avatar mola por que es un deleite para los sentidos, y el argumento no pasa de peli de indios y baqueros de hace 50 años!!
    La peli es un flipe, pero si lo és, no es PARA NADA, por la historia!

  2. A lo mejor me expresé mal. Lo que quería decir era que Avatar no solo son efectos especiales, sino que tiene una gran profundiad argumental al plantear un nuevo mundo rico en vida (tanto fauna como flora) y un futuro que creo que está explicado (no he visto aún la peli, me baso en lo que he leído sobre ella). Vale que al final el argumento es en esencia una peli de indios y vaqueros, pero en el cine las ideas son escasas, y si una ya clásica se plasma así de bien es para alegrarse, porque la mayoría de pelis de ciencia ficción se basan en coches voladores y poco más.

    Por eso quería decir que Avatar no solo son los mejores efectos especiales que se han visto, sino también una forma de demostrar que una idea clásica se puede plasmar de una forma brillante gracias a un muy buen argumento, algo que escasea últimamente.

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