Impresiones de Donkey Kong Bananza. Leña al mono y al escenario

    Donkey Kong es una de las sagas más emblemáticas de Nintendo, pero parecía estar anclada en el 2D. Por suerte, eso va a cambiar el 17 de julio con Donkey Kong Bananza, que nos ofrecerá un plataformas 3D de lo más único. ¿Su premisa principal? Poder destruir y modificar el escenario en tiempo real a base de leches. Más libertad y posibilidades que nunca, para aprovechar la fuerza bruta y la agilidad del primate como nunca antes.

    Es una idea muy loca, pero que vaya si funciona. Tanto, que su demo fue mi favorita en el evento donde probar Nintendo Switch 2. Es más, voy un paso más allá, y creo que es uno de los principales motivos para hacerse con la consola. Pero claro, ¿cómo se pueden crear niveles si «todo» se puede destruir? Ahí está la magia, porque entre tanta destrucción, hay un gran diseño y una profundidad que ya se puede empezar a apreciar tras unos pocos minutos.

    Soy monoeeeeero

    Algo que siempre me ha gustado de los plataformas 3D de personajes mascota es que logran ponerte una sonrisa de oreja a oreja con su carisma, y Donkey Kong Bananza lo demuestra desde el primer momento. Ver a Donkey Kong salir de un agujero en la mina de la manera más chula posible, como Ben Stiller en la escena de Zoolander, es adorable. El rediseño del personaje me encanta, ofreciendo más expresividad que nunca, para que sin una sola palabra, muestre toda clase de emociones… Casi todas relacionadas con lo mucho que le flipan los plátanos como buen mono que es.

    La primera sección de la demo sirve de tutorial, para presentarnos esta destrucción masiva de los escenarios. Ya sea con golpes hacia delante o abajo, toda la tierra sucumbirá ante nuestra furia. Y como buenos mineros que somos, ¡hay que buscar oro! Hay montones de coleccionables para encontrar, con estímulos constantes al encontrar más oro, más fichas que canjear en una tienda que ya aparecerá en la versión final y más y más efectos en pantalla en todo momento.

    Mi cara tras acabar la demo del juego

    Es totalmente imposible no venirse arriba con Donkey Kong Bananza mientras arrasamos con todo. Poder usar los Joy-Cons para dar golpes hacia delante o incluso golpearnos el pecho en plan Tarzan es fantástico, y forma parte de esta ilusión que trae el juego desde el primer minuto. Pero entre tantas risas, ya se van viendo buenas ideas. ¿Nos cargamos tanto del escenario que no podemos ascender a una plataforma? No pasa nada, que habrá ciertas zonas donde, de una palmada, volveremos a hacer que lo esencial vuelva a surgir. ¿Sacamos tantos coleccionables de la «monería» a puño y puño que sería imposible recogerlos todos? Pues lo atraemos todo de una palmada.

    Los puntos de control son diapasones, que además nos ayudan a ver qué plátanos (los coleccionables principales) hay ocultos en la zona, a modo de radar. Una doble funcionalidad para no perder nunca de vista la temática de minería y hacer que todo gire en torno a la modificación del entorno.

    Muchas ganas de ver la amplitud y nivel de destrucción de cada nivel

    La destrucción es el medio, no el fin

    Ya en el nivel fuera del tutorial es cuando se aprecia aún más ese diseño tan inteligente del que hace gala Donkey Kong Bananza. Si bien la tierra sucumbe ante nuestros puños en un pispás, la piedra es más resistente, por lo que lo ideal es usar… ¡otra roca! Para ello, nada como seguir el ejemplo de Chris Redfield en Resident Evil 5, agarrarnos a un muro, y arrancar un pedazo no a puñetazos sino a lo que bien podrían ser cabezazos. Esa piedra incluso nos sirve para surfear, ofreciendo más dinamismo todavía a la hora de movernos.

    Pero no tardaremos en nuestras escapadas en dar con otro material que ni se inmuta con las piedras, lo que nos obliga a usar otro material que es explosivo. Así que ya nos van obligando a pensar en qué materiales tenemos a mano y a cuáles nos vamos a enfrentar. Obviamente, si necesitamos esas «bombas», habrá alguna zona donde se regenere para no quedarnos aislados, pero le añade una capa extra de complejidad y nos anima a explorar cuando veamos un material u otro en función de nuestras necesidades.

    Donkey Krong Skater

    Así tenemos luego varias maneras de tratar cada situación. En una zona había un obstáculo giratorio hecho con este material reforzado. Podemos seguir su camino hasta llegar luego al otro lado… O podemos arrancar un pedazo de piedra explosiva y cargarnos el objetivo. En otra parte, había una zona con más oro tras una pieza reforzada pequeña, mientras que el enemigo de la zona final de la demo tenía un escudo que sólo se podía destruir con estas bombas. A su vez, en una fase bonus los enemigos tenían una coraza de piedra, teniendo que usar otras rocas arrancadas del suelo para luego poder derrotarles.

    Con que, entre toda esta destrucción que inicialmente parece un caos sin ton ni son, hay objetivos muy claros por detrás. Un orden en el aparente desorden. Siempre hay un motivo, y al combinar diferentes tipos de materiales, debilidades, formas de destruirlos y zonas fijas, se crean niveles con posibilidades enormes. ¡Y esto es sólo la punta del iceberg! La demo se acababa cuando se accedía a otra zona, añadiendo una gran verticalidad al juego y más bananas por encontrar.

    La roca misteriosa que va a nuestro hombro no podía ser más mona

    El regreso triunfal de Donkey Kong

    Mi género favorito es el de los plataformas 3D, con que ver algo familiar y a la vez tan fresco y único como este Donkey Kong Bananza me encanta. Las posibilidades jugables que da el cambiar el escenario a base de leñazos, explosiones y lanzamientos son enormes. También es un desafío a nivel de diseño, y estoy deseando ver cómo lo ha abordado Nintendo en cada uno de estos mini-sandbox llenos de plátanos ocultos.

    Por ahora, sólo con el tutorial y esta pequeña parte de un nivel, Donkey Kong Bananza es ya mi juego favorito de Nintendo Switch 2. Una joya que nos hará contar los días hasta que llegue el 17 de julio. Así que toca armarse de paciencia e ir llenando la nevera de buenos plátanos, que en un par de meses los vamos a necesitar.

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