[GC 24] Impresiones de Keylocker. En ese RPG musical me maté yo

No me considero muy malo en los juegos musicales. Ya son años de experiencia en toda clase de propuesta, ya sea con el mando, teclado, la VR o varios instrumentos de plástico. Y aun así, me sentí totalmente arrítmico mientras jugaba a Keylocker. Este RPG musical de Moonana y publicado por Serenity Forge me destrozó durante la Gamescom, pero al mismo tiempo, no podía dejar de jugar. Al menos por puro orgullo, para que al menos no bloquearme por completo… ¡en el primer combate tras el tutorial!

Ya desde el primer momento, la estética de Keylocker es sencillamente increíble. Es algo común de las obras del publishers, y la combinación de colores junto al estilo píxel-art crean un aspecto cyberpunk tan único como atrayente. Como ocurre en tantas obras cyberpunk, nos tocará acabar con el sistema, pero esta vez usando el poder y la fuerza de la música… que lleva más de un siglo totalmente prohibida en el planeta. Pero eso se va a acabar, un combate por turnos tras otro.

En busca del timing y la estrategia perfectos

Lo primero en nuestra lucha contra el sistema será determinar el origen para nuestra protagonista, ya que si algo no se va a poder echar en cara a Keylocker va a ser su increíble ambición. Cada origen no sólo nos dará acceso a habilidades únicas, sino que la historia cambiará por completo. Por pura estética, elegí la clase samurái, pero habrá 4 en total. En el breve espacio de tiempo que probé no pude apreciar las diferencias narrativas de cada clase, pero la idea al menos me parece increíble.

Ahora, a hablar de mi ineptitud extrema. Los combates serán tácticos al estilo Disgaea, aprovechando el espacio de los hexágonos, nuestra posición y el rango de las habilidades para planificar nuestras acciones. ¿La gracia del título? El uso de la música y el ritmo. Como ocurre en otros RPGs como Mario & Luigi, al seleccionar una habilidad, nos tocará realizar un mini-juego rítmico, que servirá tanto para defendernos de las acometidas del rival como para aumentar la eficacia de nuestro ataque.

Nuestra barra de «MP» nos obligaba a hacer una prueba a lo Guitar Hero, pulsando las flechas al ritmo de la música. Luego podíamos aprovechar esa energía acumulada para lanzar el ataque… Manteniendo el botón de ataque y soltándolo justo en el momento adecuado. ¿De lo contrario? Haríamos cosquillitas al rival. Cuando nos toque defendernos, habrá que pulsar el botón para evadir justo cuando brille de color blanco. La idea es genial y me encanta, pero la ventana de tiempo que nos da Keylocker en ambos casos es muy, pero que muy escasa. O somos precisos al máximo, o adiós muy buenas. Porque ya os aseguro, recibir un par de golpes aquí supone la muerte, con que el juego no se anda con chiquitas.

En busca de un bis

Necesité varios reintentos para completar el primer combate tras el tutorial. Así de difícil es el juego. Máxima concentración, pillar el timing, y casi rezar cualquier cosa para que no me mandaran otra vez al otro barrio. En el poco tiempo que tenía para jugar, Keylocker hizo que me esforzara más que muchos Souls-Like durante la feria o casi cualquier otro título que he probado en los últimos años.

¡Pero lo logré! Me pequé cabezazos contra este muro cyberpunk hasta que al fin lo derribé, y vaya satisfacción. Esto ya me permitió avanzar otro poco más, derrotando a unos pocos guardias de la misma clase mientras continuaba con mi huida de la cárcel en la que empezábamos el juego. Aquí el título tenía elementos de sigilo y exploración. Los focos de la cárcel no nos daban tregua alguna, por lo que más nos valía evitarlos para no empezar otro combate más.

Así tuve que verme las caras contra otra clase de enemigo, y cómo no, con su propio timing y área de daño. Es una manera increíble de combinar tanto el ritmo como la estrategia, ya que ambas son piezas clave para nuestra victoria en Keylocker.

Abajo el sistema y arriba la música

Uno de los motivos por los que creo que el juego se me hizo tan complicado es que en estos primeros compases… ¡no hay música! Se justifica porque nuestra protagonista irá formando una banda para acabar con el sistema, por lo que más instrumentos se irán sumando a la banda sonora. Aun así, igual le hace falta ese toque extra musical para terminar de ser un RPG rítmico.

Dicho esto, Keylocker tiene ese «algo» que te engancha y te hace querer intentarlo de manera constante. Lo podéis comprobar por vosotros mismos con su demo disponible en Steam. De hecho, han ido haciendo ajustes en la dificultad para que el juego no sea tan frustrante, todo en base al feedback de la comunidad.

Así que todo está listo para que el concierto de Keylocker y la lucha contra el sistema comience el próximo 18 de septiembre en PC, PS5, Switch y Xbox.

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