
La saga Warhammer 40,000 se ha adaptado a multitud de géneros, pero claramente uno de los más destacados es el de los RTS. Tras unos años sin nuevas entregas, la guerra táctica volverá a nuestros PCs próximamente gracias a Warhammer 40,000: Dawn of War IV. Sin Relic ya a las andadas, el nuevo equipo encargado de la franquicia es KING Art Games. ¿Por qué son el estudio ideal para tomar el relevo? Porque vienen de Iron Harvest, que tenía varios de los mismos ingredientes que hicieron tan popular a esta particular sub-saga.
Anunciado durante la reciente Gamescom 2025, allí también tuve ocasión de probar el título en una demo claramente muy temprana. El estudio ciertamente tiene mucha ambición con esta entrega, que promete ser la más grande de lanzamiento, gracias a sus 4 facciones, más de 10 comandantes y su completa campaña narrativa. Particularmente no tengo apenas experiencia en el género de los RTS, y aun así, me lo pasé en grande participando en una gran Escaramuza entre Marines Espaciales y Orkos.
La batalla campal contra los Orkos
Uno de los modos estrella del juego, sobre todo para jugar en solitario o con amigos en misiones altamente configurables, será el de Escaramuza. En esta demo todo estaba ya prefijado, controlando al bando de los Space Marines, con el objetivo de atravesar el campo de batalla y capturar la base de los Orkos para alzarnos con la victoria.
Algo que me gustó de esta fase de Dawn of War IV es que no se quedaba en algo estático, sino que siempre iban pasando algo nuevo que obligaba a reformular nuestra estrategia. Así que, mientras estaba poco a poco tomando bases para ir aumentando los recursos, de repente los Orkos construían varios tanques gigantescos con los que atacaban desde varios frentes. Así que tocaba pararles los pies, o llegarían hasta nuestra fortaleza arrasando cualquier defensa estática como si fuera de cartón-piedra.
¿Cómo hacer frente a este tanque tan poderoso? Con las diferentes tropas especiales que vamos generando y mejorando a través de los edificios que podemos construir. Eso incluye marines espaciales de diferentes clases que los especializan contra unidades terrestres, fortalezas o vehículos. ¿Necesitamos potencia de fuego extra? Nada como crear un vehículo, ideal para moverse de un lado a otro del mapa, aunque restándonos la posibilidad de capturar nuevos nodos. Así que es una unidad de soporte ideal, pero no tanto de avanzadilla.

Llegan los Necrones
Por si no era suficiente con los orkos y sus diferentes fuerzas, cuando parecía que ya lo tenía todo controlado… ¡aparecieron los Necrones! Es otro girito más en la misión, al emplear armas de estilo mágico mucho más potentes que las de los Orkos. Así que ahí compaginar el mantener las bases frente a la ofensiva enemiga y evitar que los Necrones llegaran a la base hacía todo más intenso. El uso de estratagemas, como pedir ataques aéreos, servía para aligerar algo la carga, pero sin duda, tocaba actuar rápido para no acabar derrotados.
Seguramente mucho de lo que os estoy contando os sea muy familiar si ya tenéis experiencia en los RTS. Ciertamente, no parece que Dawn of War IV vaya a reinventar al rueda. Ir con las unidades heroicas, tomar bases y reforzarlas para ganar recursos, sumar poco a poco más tropas, expandir nuestro terreno… Todo es algo muy propio del género (y os lo dice alguien que apenas lo ha tocado), pero funciona y resulta de lo más adictivo. También ayuda que todo se vea bastante bien, pudiendo simular así las batallas de miniaturas, pero con mucho más brilli-brilli y explosiones digitales.

Gracias a la accesibilidad, incluso un novato como yo pudo disfrutar al máximo de esta toma de contacto con Warhammer 40,000: Dawn of War IV. Está por ver si todo el contenido prometido y la campaña están a la altura, pero desde luego, la parte jugable promete ser la mar de divertida tanto para veteranos como para novatos en el género.
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