De todos los juegos de Ubisoft que se lanzarán en lo que queda de año, el más esperado de todos es Assassin’s Creed III, ya que esta nueva entrega promete revolucionar la saga con un nuevo período histórico y todo un amplio abanico de novedades para que nos encontremos ante la mejor aventura posible. Por fin, en los Hard Days que la compañía ha celebrado en Madrid hace unos días hemos podido probar el juego, aunque con resultados algo más decepcionantes de lo que esperaba.
Pero como siempre, toca ir por partes, ya que antes Julien Laferrièra, el productor ejecutivo del título, nos hizo una demostración en el nivel de Boston que se mostró en el E3, y que ya hemos podido disfrutar en uno de los muchos tráilers de esta aventura.
Resumiendo todo, pudimos ver los saltos de fe hacia carros de paja en movimiento, la ayuda por parte de algún transeúnte (que será cada uno individual y les veremos haciendo su vida normal y corriente) para despistar a un soldado, o la muerte sigilosa usando la cuerda con el dardo para colgar a un soldado sin que nadie se dé cuenta de lo que ha pasado. También destaca el sistema dinámico para el clima, ya que en cualquier momento puede empezar a llover, siendo el efecto realmente espectacular.
El combate también ha evolucionado a lo grande, siendo mucho más rápido, brutal y divertido que en entregas anteriores, ya que los soldados no nos rodearán esperando a atacarnos de uno en uno, y hasta podrá llegar a suponer un reto el enfrentarse a demasiados soldados, como bien experimentó Julien al casi morir. Estos cambios hacen que el combate se sienta completamente diferente al de entregas anteriores, al permitir varios estilos de lucha al jugador, como seguir esperando al contraataque, usar el tomahawk en una mano y la cuchilla oculta en otra, o emplear armas más pesadas. Así, al tener más opciones, aseguran que nos sentiremos mejor cuando veamos a Connor realizar uno de sus espectaculares movimientos finales, ya que nosotros habremos hecho algo más que machacar el botón de ataque y poco más.
Pero si el combate no se nos da muy bien, habrá que tener cuidado, porque las pociones de vida han desaparecido. En su lugar, contamos con la dichosa barra regenerativa, que se rellenará cuando no estemos combatiendo, haciendo que salir por patas y atravesar alguno de los «chase breaks» sea tan importante, como el pasar por el interior de una casa para despistar a nuestros perseguidores.
Tras huir, toca acercarse al puerto para llegar hasta el objetivo de Connor. Como hay unos soldados vigilando la entrada, Connor llama a sus Assassins (la Hermandad seguirá siendo muy importante en el juego), que salen disfrazados como enemigos y Connor se hace el prisionero para pasar. Una vez dentro, Connor asesina desde las alturas de uno de los edificios con su arco a uno de los enemigos para crear una distracción, y así llegar al barco objetivo. Pero antes, coge uno de los mosquetes de la zona y mata a dos enemigos de golpe, una de las muchas novedades.
Al subir al mástil del barco se acaba la demo, aunque lamentablemente no pudimos probar esta demo para así experimentar las prometidas mejoras de, al menos, el combate. Aun así, Julien nos pudo desvelar un par de detalles bastante interesantes. Por un lado, aunque no hayamos visto nada de Desmond hasta el momento, éste va a ser el juego en el que más le vamos a controlar, y sin desvelar nada, sí puede confirmar que ya ha salido del coma, y que va a ser más importante de lo que pensamos. Respecto a la versión de Wii U que saldrá el 30 de noviembre, gracias al Wii U GamePad podremos ver un mapa del juego a tamaño completo en tiempo real, además de poder cambiar de armas sin detener en ningún momento la acción. Por último, el sistema económico seguirá siendo importante, pudiendo comprar objetos y equipamiento, aunque no quiso irse de la lengua mucho más.
Hasta aquí todo genial, pero luego llegó la hora de probar la demo de la GamesCom, centrada exclusivamente en las batallas navales. ¿Os ha dado la sensación de que serían como los minijuegos de «Tower Defense» de Revelations? Pues bien, aunque están bastante mejor diseñadas, no es que salgan mucho mejor paradas. Sí, gráficamente todo es tremendamente espectacular, con el mar cambiando la altitud de los barcos enemigos (y el nuestro), la tormenta haciendo todo más épico y las grandes explosiones tras los disparos con los cañones (que por cierto, habrá de varios tipos).
Sin embargo, todo me resultó aburrido. Puede que fuera porque en la demo era imposible morir y entonces se le quitaba la emoción de un plumazo, pero en definitiva, no me dio muy buenas vibraciones. En principio, habrá más objetivos aparte de destruir barcos rivales, como abordarlos o atravesar campos de minas, lo que puede dar vidilla a esta parte del título, por lo que una corta demo puede ser poco beneficiosa para ver todo lo que ofrecerán estas batallas.
Resumiendo, excepto las batallas navales que me han decepcionado más de lo que esperaba y la salud regenerativa, el juego sigue teniendo una pinta brutal, gracias a la nueva época, el nuevo protagonista y a todo el montón de novedades que hacen que Assassin’s Creed III sea uno de los juegos más esperados del año, y con razón.
Espero realmente que las batallas navales no terminen siendo como los minijuegos de «Tower Defense» de Revelations, o que al menos, se les dé la misma importancia, ya que una pequeña parte no puede quitar toda la expectación que sigue levantando la llegada de Connor, la Revolución Americana y el regreso de Desmond al Animus.
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