[Gamescom 2018] Deru. Cooperando que es gerundio

Deru

Los juegos cooperativos están siendo un reclamo importante de la comunidad independiente, con propuestas tan adictivas y divertidas como Overcooked, en las que es esencial jugar con un amigo para poder completar los niveles. En la Gamescom descubrí otro juego bastante peculiar que sigue esta estela de juego cooperativo, y saldrá en breve para PC y Nintendo Switch, mientras que se pondrá a la venta en 2019 para PS4 y Xbox One. Se trata de Deru, un título muy minimalista en el que cada jugador controla un triángulo o un círculo blanco o negro. Las reglas son muy sencillas: los rayos de energía del mismo color de nuestra pieza nos destruyen, mientras que los demás los bloqueamos. Nuestra meta en cada fase es llegar hasta el marcador para cada pieza. ¿Sencillo? Por supuesto que no.

Detrás de esta sencillez, se esconde una propuesta que bebe de la cooperación, al tener que comunicarnos constantemente con nuestro compañero para que nos bloquee un rayo de energía y luego hacer nosotros lo mismo. Aunque los niveles son bastante sencillos a priori, si no hablamos con nuestro compañero, la dificultad aumenta exponencialmente. Y claro, como en todo juego cooperativo, pueden empezar las risas al quitarnos de un rayo de energía en el momento menos oportuno que acaba con nuestro amigo, o incluso empujar sin querer a la pieza del otro jugador. Risas o gritos, lo que se tercie.

Detrás de esta simpleza jugable, el diseño de niveles es lo que brilla en Deru por lo que estuve probando. Cada vez hay más flujos de energía a tapar de forma coordinada para poder llegar a la meta, algo que se puede conseguir experimentando, y nuevamente, mediante la comunicación. Sin embargo, no todo consiste en movernos y tapar rayos de colores, sino que habrá diferentes mecánicas interesantes que animarán el juego.

Deru

Un ejemplo es la posibilidad de sacrificar parte de la masa de nuestra figura para colocar un pequeño cuadrado que pueda bloquear flujos de energía aunque no estemos nosotros. Esto añade otra dimensión a los niveles, ya que no solo tenemos que ver qué tapamos con nuestro propio cuerpo, sino qué tapan los cuadrados que vayamos dejando. En otras fases, se podrá transferir masa de un jugador a otro. De este modo, un usuario será gigante y el otro muy pequeño, para así poder actuar como un escudo gigantesco si el flujo de energía es demasiado grande, o sencillamente se necesita un parapeto más grande de lo normal para poder progresar.

Otras mecánicas las introducirá el escenario, como fichas que absorben energía y alteran su tamaño en función de los rayos de energía que le lleguen, por lo que hay que planificar bien cuándo dejar transmitir flujos a esa pieza y cuándo no. Cada nueva mecánica se introducirá gradualmente, sin que haya un gran mensaje de tutorial, sino que sea auto-explicativa en una fase sencilla antes de ir complicándola. Este enfoque minimalista es lo que hace Deru una opción tan buena para todo tipo de jugadores, ya que cualquiera puede coger un mando y simplemente mover una pieza por la pantalla. Es cierto que en algunos niveles se necesita algo de habilidad para sortear los rayos de energía junto a la comunicación con nuestro compañero, pero son los menos, ya que desde Piece of Cake Studios quieren que Deru sea un título ideal para jugar con la familia, con la pareja, o con cualquiera en general.

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Si preferís jugar solos, entonces os alegrará saber que se podrá disfrutar de todo el título, ya que con cada stick del mando podremos controlar cada una de las piezas. Esto es obviamente más complicado (todavía tengo pesadillas de lo que me costaba jugar a Brothers controlando a los dos hermanos a la vez), pero es un tipo de reto diferente. De hecho, después del lanzamiento, esperan lanzar un modo Speedrun, ya que han visto en varias ferias a algunos usuarios que, en solitario, son capaces de volar por los niveles, y sería un buen modo de picar a la comunidad, con retos como sumar más tiempo cuanto más bloqueen un flujo de energía, etc.

Aunque Deru pueda parecer un indie sin mucha chicha por detrás, la verdad es que puede convertirse en un gran título para jugar con amigos o la familia. El factor portátil de Switch le ayudará para poder jugar en cualquier lado con un Joy-Con cada uno, y la propuesta que ofrece es sencilla pero al mismo tiempo, súper divertida. Si el alto nivel de calidad visto en las fases que probé se mantiene en todo el juego, podemos estar ante una propuesta cooperativa muy a tener en cuenta para los próximos meses.

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