La saga Wasteland tiene un largo recorrido, especialmente en PC, pese a que no ha contado con muchas entregas. Esto no le ha impedido crecer en popularidad en los últimos años, y es que el precursor de la saga Fallout contó con una segunda entrega nacida a raíz de un exitoso crowdfounding. Yo, entre muchos jugadores, empecé a interesarme por la saga con dicha secuela, aunque por un motivo o por otro nunca me puse a jugarla. Tanto es así, que se anunció un remake de la primera entrega para Xbox One y… tampoco lo jugué. Pero ahora, con la tercera entrega (fun fact: el juego también tuvo una campaña de crowdfounding) ya en casa, le he dedicado unas buenas horas y voy a contaros mi experiencia en el páramo de Colorado (y sí, sigo sin haber jugado a los 2 primeros títulos, algo que solucionaré en un futuro). Pero vaya, centrémonos en éste Wasteland 3, título del que vamos a hablar hoy.
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