De la mano de Pandemic Studios y Electonic Arts nos llega Mercenaries 2: World In Flames, segunda entrega del llamado GTA de la guerra. En esta ocasión el título sale para PC, Xbox 360, Playstation 3 y Playstation 2. En este análisis nos centraremos en las versiones de nueva generación.
Al iniciar el juego podemos elegir uno de los tres mercenarios protagonistas, y cada uno de ellos con sus propias habilidades:
- Mattias Nilson, que recuperará la salud más rápido que sus compañeros.
- Chris Jacobs, que puede portar más munición que los demás.
- Jennifer Mui, capaz de correr a gran velocidad.
Una vez seleccionado uno de estos mercenarios comenzará la historia. Mercenaries 2: World In Flames tiene lugar en Venezuela. Blanco, el hombre más rico de este país, ha contratado al protagonista para rescatar al general Carmona, que ha sido capturado por los rebeldes venezolanos. Una vez rescatado, Blanco nos intenta eliminar para que no seamos un cabo suelto. Tras escapar con un disparo en el trasero, juramos vengarnos a pesar de las advertencias de Fiona, nuestra informática que nos mantiene al día en todo momento. Tras esta traición, Blanco pasa a convertirse en un dictador con la ayuda del general Carmona, y empieza a nacionalizar todas las centrales petrolíferas de Venezuela. Tras hacernos con la antigua mansión del villano (Blanco se ha ocultado para que no le ataquen) nos aliaremos con los diferentes enemigos del dictador: UP (Universal Petroleum) y PLAV (los rebeldes venezolanos). Tras la primera misión para la empresa petrolífera, empezaremos a montar nuestra Compañía Militar Privada. Para ello iremos reclutando a un piloto de helicóptero (para los transportes de mercancías o nuestros viajes), una mecánica (para tener vehículos personalizados) y un piloto de jet (para lanzar espectaculares ataques aéreos). Según vamos cumpliendo misiones vamos descubriendo datos sobre la localización de Blanco, a la vez que abrimos misiones secundarias de las facciones disponibles vamos desbloqueando nuevas facciones, como los piratas somalíes.
Las misiones de Mercenaries 2: World In Flames se dividen en las principales y en las secundarias. Las primeras sirven para hacer que la trama avance. En la primera parte estas misiones nos hacían enfrentarnos a las diferentes facciones, pero en la secuela, a excepción de cuando entran en el conflicto los Aliados y China, siempre luchamos contra el ejército venezolano. Sin embargo, algunas de las misiones secundarias sí nos dan la posibilidad de elegir a qué facción ayudar. Al completar estas misiones recibimos una cantidad de dinero, además de desbloquear objetos para comprar en la tienda de la facción ayudada. Las secundarias son de tres tipos: destruir un edificio enemigo, matar o capturar a un enemigo impotante, o capturar una base. Este último tipo de misión sirve, además, para desbloquear zonas de aterrizaje por las que desplazarnos rápidamente gracias a nuestro piloto de helicóptero.
El apartado gráfico del juego tiene un buen nivel, aunque cuenta con algunos altibajos. El modelado de los personajes principales es bueno, aunque el de los transeúntes o los enemigos es muy simple y repetitivo, ya que nos encontramos una y otra vez con las mismas personas. Las animaciones de todos los personajes son simples pero fectivas. Sin embargo, el mayor problema en este sentido viene al conducir una moto, porque en ningún momento moverán el cuerpo para girar o frenar, sino que se mantendrán inmóviles sobre la motocicleta. El mapa donde se desarrolla el juego es enorme, pero al ir explorándolo nos encontramos con algunos fallos gráficos. Por ejemplo, la desaparición de texturas en una elevación inexistente por la que nuestro personaje flota en el aire. También hay leves problemas de popping, ya que los elementos más pequeños o los vehículos aparecen de la nada. Además hay problemas de clipping con algunos objetos y personajes. Donde el juego da lo mejor de sí mismo es en la destrucción y en las explosiones. Podremos destruir cualquier elemento del escenario, desde los árboles a los edificios. Las explosiones y el humo están muy logrados, siendo uno de los mejores juegos en este aspecto. El fuego, que aparece tras crear una explosión, va quemando la vegetación que encuentra a su paso con un vistoso efecto gráfico. La mayor explosión que nos encontramos en el juego es una nuclear, que resulta impresionante si la observamos desde el aire con un helicóptero.
La jugabilidad es una mezcla de shoter en tercera persona y el de la saga GTA. Para aumentar el zoom de las armas usamos el gatillo izquierdo, y para disparar se utiliza el gatillo izquierdo. Para desplazarnos por el amplio mapeado de Mercenaries 2: World In Flames podemos usar más de un centenar de vehículos, que van desde coches y motocicletas a tanques y helicópteros, pasando por diversos tipos de lanchas. Para usarlos los podemos pedir por helicóptero o robar los que encontremos. Incluso podemos tomar prestados tanques o helicóptero, aunque para conseguirlo debemos superar un gracioso quick time event. El control de los vehículos es muy bueno, y apuntar con un tanque resulta la mar de sencillo. Es de agradecer lo simplificado que está el control para el helicóptero, ya que resulta muy sencillo moverse y disparar con él. A pie podemos llevar dos armas al mismo tiempo, además de portar granadas. Si nos quedamos sin munición tenemos la capacidad de golpear a los enemigos con un puñetazo. Sin embargo, resulta ilógico que tengamos la capacidad de matar a los soldados rivales con un solo golpe.
El apartado sonoro es espectacular. En Mercenaries 2: World In Flames hay unas melodías típicas de la guerra, que se vuelven cada vez más espectacular conforme la acción aumenta. El sonido de las armas resulta muy realista. Los efectos sonoros de las explosiones es impresionante, resultando muy realista por lo atronador que resulta. Cuando destruimos algún objeto suena de forma real, llegando a su máximo nivel con las destrucciones de edificios, que suena cómo se va derrumbando con un sonido atronador. El sonido de los vehículos resulta correcto, aunque apenas hay diferencias entre los vehículos de la misma clase. Los sonidos de los helicópteros y los tanques son los que mejor están realizados. Para redondear este buen apartado, Electronic Arts ha doblado el juego completamente al castellano, con unas voces muy bien elegidas y unos tonos que mantienen el humor de las conversaciones entre estos ejércitos andantes, que irán haciendo comentarios propios según lo que ocurra durante la partida.
El peor punto de Mercenaries 2: World In Flames es la Inteligencia Artificial. Los movimientos de los enemigos resultan estúpidos, ya que empezarán a dispararnos sin cubrirse, podemos pasar a su lado sin que nos disparen, los soldados de una facción pasan de atacarnos a vernos como aliados en instantes… Además, los transeúntes se meten en medio de los tiroteos (es algo que nos perjudica, porque si eliminamos a un peatón perdemos cinco mil dólares) o van corriendo hacia la carretera sin motivo, haciendo que les atropeyemos irremediablemente.
Una de las novedades en Mercenaries 2: World In Flames es el uso del petróleo. Tendremos que administrarlo de forma correcta para poder pedir ataques aéreos y transportes en helicópteros. Al principio de la aventura nuestras reservas serán muy escasas, pero podemos comprar mejoras en las tiendas para aumentar el máximo de petróleo permitido. Si nos quedamos sin el oro negro, tenemos la posibilidad de robar el que encontremos por el mapeado, aunque habrá que tener cuidado si está en poder de una de las facciones aliadas.
Mercenaries 2: World In Flames tiene un modo online cooperativo para dos personas, donde cada uno elige a uno de los tres mercenarios. El jugador anfitrión de la partida continúa su historia, mientras que el compañero le ayuda y obtiene beneficios que luego se añade a su puntuación. Es un modo muy divertido (sobre todo si jugamos con un amigo y disponemos de headseat), aunque es inexplicable por qué no se puede unir un tercer jugador, dado que los protagonistas son tres. La parte positiva del modo cooperativo es que no encontramos nada de lag durante las partidas. Tampoco se ha añadido un modo multijugador competitivo, por lo que la única opción que tenemos al completar la aventura es completar las misiones secundarios y deambular por el mapeado para hacer lo que queramos. Las misiones principales duran unas 10 horas de juego.
Mercenaries 2: World In Flames es un divertido título que va destinado a los jugadores que busquen acción y espectáculo sin complicaciones, y serán estos usuarios los que pasarán por alto los errores gráficos que nos encontramos. El resto de jugones puede encontrar en el juego un rato divertido, aunque puede llegar a cansar debido a que solo se centra en la acción.