Parecía que el culebrón de Activision Blizzard no iba a llegar nunca a su fin, pero este giro no nos lo vimos venir ninguno. Microsoft ha comprado Activision Blizzard por la friolera de 70 mil millones de dólares. Es una de las mayores compras realizadas en la historia, ya que como contexto, Bethesda les costó 7’5 mil millones de dólares. Con esta compra, todas las licencias y estudios pasarán a formar parte del equipo de Xbox, incluyendo pesos pesados como Overwatch, Call of Duty, Diablo o World of Warcraft. Eso por no mencionar franquicias tan queridas como Spyro, Crash Bandicoot o Tony Hawk, que estaban algo apagadas. Y algo que no nos podemos olvidar, también se incluye King, con Candy Crush siendo todavía una máquina de imprimir dinero.
Como indican en la noticia, el plan a corto plazo es ofrecer todos los juegos que puedan en Xbox Game Pass, servicio que ha superado los 25 millones de suscripciones. Hasta que la compra tenga efecto, algo que será alrededor de junio de 2023, Activision Blizzard seguirá funcionando de manera independiente. Desde ese punto, todos los estudios tendrán que reportar a Phil Spencer como su CEO. Otro objetivo es que los estudios mejoren sus políticas internas y la calidad de vida de los trabajadores mejore, algo que siempre debería haber sido el objetivo de los mandamases. Obviamente, todo debe pasar las regulaciones mundiales pertinentes, ya que con estas adquisiciones, ¿se podría considerar que Microsoft está formando un monopolio? Con que el «culebrón» no ha acabado todavía, pero al menos, ha empezado la recta final a una conclusión, esperemos, que ayude a los empleados de estos estudios.