Uno de los FPS de la era de 128 bits que más me marcó cuando era un crío fue XIII. Esta obra me llamó mucho la atención incluso en una época donde no me gustaban mucho los shooters en primera persona, gracias a un efecto de cel-shading en los gráficos, que en su momento era algo muy poco habitual. El resultado era casi estar ante un cómic en movimiento, dividiendo la imagen en viñetas para momentos dramáticos, y ofreciendo un estilo artístico claramente reconocible desde el primer momento.
No en vano, XIII era una adaptación del cómic belga del mismo nombre, por lo que esta estética le venía como anillo al dedo. Así, se convirtió en un juego de culto, con alguna que otra pega, pero por lo general, se ganó el favor del público. Estas asperezas hicieron que me emocionara cuando Microïds y PlayMagic anunciaron XIII Remake (no tiene esa palabra, pero así lo diferenciamos del original), ya que tenían la oportunidad de devolver el juego a los tiempos modernos solucionando sus defectillos, y quién sabe, igual hasta terminar la historia que nos dejaron con un enorme cliffhanger. Por desgracia, estamos ante otra baja de este maligno 2020, ya que sin andarme con rodeos, XIII Remake es fácilmente uno de los peores juegos de este año, con que vamos a adentrarnos en esta conspiración para ver todo en lo que ha fallado este remake.