Napoleón Bonaparte es una de las figuras más ilustres de la historia. No siempre por motivos especialmente positivos, pero es indudable lo importante que fue durante la época de la Revolución Francesa. Ahora, Studio Imugi nos lanza una pregunta muy interesante: ¿cómo gestionaríamos nosotros todo nuestro poder político si estuviéramos en su piel? ¿Y si encima hubiera mechas steampunk? ¿Qué rumbo seguiría la historia? En Bonaparte – A Mechanized Revolution le tendremos que dar respuesta por medio de batallas tácticas a lo Fire Emblem junto a la gestión política propia de un Civilization.
Suena a una mezcla bastante loca, pero tras ver el juego durante Gamescom junto a Jong-woo Kim (director creativo del título) y Martin Brouard (productor ejecutivo), me picó la curiosidad por convertirme en Bonaparte, y moldear la historia como me gustaría… O al menos intentarlo. Que como ocurre en todas las revoluciones, hay grandes ideas de por medio, pero igual no salen ganadoras justo las que nosotros queremos.
Nuestro Bonaparte, nuestras decisiones
Pese a su trayectoria dentro del mundo de los videojuegos, Jong-woo Kim también es historiador, por lo que quería aprovechar sus conocimientos en su nuevo videojuego, y qué mejor escenario que la Revolución Francesa. Como comentaba, una revolución es un momento histórico muy interesante, ya que en un breve espacio de tiempo pueden ocurrir grandes cambios. En el papel de Céline o César Bonaparte (no controlamos directamente a Napoleón), deberemos decidir cómo afrontar la Revolución Francesa.
¿Diferencia con la vida real? La Revolución Industrial se ha adelantado en esta línea temporal alternativa, por lo que además de revolucionarios y soldados, también lidiaremos con mechas y otras máquinas de estilo steampunk. Pero que estos elementos más de ciencia ficción no os engañen, ya que Bonaparte – A Mechanized Revolution aprovecha la gran mayoría de personajes y eventos históricos auténticos de la Revolución para plantarnos toda clase de situaciones.
Para afrontar todas estas cuestiones, el juego se dividirá en dos partes bien diferenciadas. Por un lado, tendremos las batallas por turnos. Aquí el título se asemeja bastante a Fire Emblem, dividiendo el mapa por casillas, teniendo en cuenta la moral de las tropas, pillar desprevenidos por la retaguardia, la posición de las tropas aliadas, sus clases, etc. No es nada que no hayamos visto en otros juegos similares, y visualmente no es que fueran los combates más llamativos del mundo, pero sí lograban ser intensos por todas las posibilidades que ofrecían.
La Revolución no se gana sólo batallando
El resultado de estas batallas será importante en Bonaparte – A Mechanized Revolution, ya que supondrán la ejecución directa de nuestros planes políticos, que es la parte más a largo plazo de nuestras partidas. Los diferentes partidos políticos y facciones de la Revolución Francesa estarán presentes, y nosotros podremos decidir con quién aliarnos. Ya al inicio, debemos decidir si apoyamos a los revolucionarios de la Bastilla, o si los aplastamos en nombre del rey.
En base de qué facciones sean aliadas o enemigas, podremos ir poco a poco expandiendo nuestra influencia, lo que se traduce en más o menos recursos para futuras batallas, el acceso a diferentes tropas o enfrentarnos a más o menos enemigos. Esta parte más de macro-gestión de Bonaparte – A Mechanized Revolution me recordaba más a una partida típica de Civilization. Hay que dorarles la píldora a los líderes de las facciones, podemos influir en votaciones para que se aprueben leyes que nos beneficien, o nos puede salir el tiro por la culata si no tenemos los apoyos necesarios.
En la demo, se lograba aprobar una ley que nos permitía apropiarnos del territorio, lo que nos daba acceso a más recursos y la posibilidad de construir nuevas edificaciones. Así las siguientes batallas cerca de nuestro territorio serían mucho más fáciles. ¿En esas batallas luego no ganamos? Pues nuestra influencia política y lealtades se verán alteradas, creando sinergias constantes entre las dos partes, ya que en una Revolución es tan importante batallar como ser dicho en la política.
Mundo steampunk, hechos auténticos
Aunque claramente nuestras acciones alterarán la historia, ya que podremos apoyar más o menos a los Moderados o a los Jacobinos, habrá algunos eventos históricos que serán fijos, pero que igualmente podremos moldear para cambiar la historia. Por ejemplo, la huida del Rey Luis XVI siempre ocurrirá, y dependerá de nosotros si mantenemos la historia o la alteramos. De la misma manera, los ideales y hechos de varios personajes históricos importantes como Robespierre o Lafayette ahí seguirán, creando una línea temporal maleable y distinta, pero a la vez muy similar a la nuestra.
Con Bonaparte – A Mechanized Revolution, el equipo de Studio Imugi tiene grandes aspiraciones. Dada su faceta de toma de decisiones y politiqueo, la rejugabilidad promete ser bastante alta, al poder probar diferentes enfoques y ver cómo la revolución va cambiando según nuestros éxitos, derrotas y nuevas alianzas políticas. Además, se están centrando ahora sólo en este breve periodo de 10 años de la Revolución Francesa, pero en el futuro y si todo va bien, les encantaría poder expandir este universo para continuar con la historia de Napoleón fuera de la revolución, por ejemplo.
Por ahora, van poco a poco y están centrados en terminar de afianzar todas estas grandes ideas que tienen entre manos. Lo mejor es que no tendremos que esperar demasiado, ya que Bonaparte – A Mechanized Revolution contará con una demo durante el Steam Next Fest del próximo mes de octubre. Así podrán recibir el más que necesario feedback de los usuarios para así hacer los ajustes necesarios, y poder publicar el juego durante el Q1 de 2025 en el mejor de los estados posibles. Así que id buscando vuestro sombrero revolucionario más rimbombante, que tenemos una Revolución Francesa que ganar.
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