Me enfrenté a Risen 3: Titan Lords con miedo tras lo que hace un par de años me encontré en Risen 2: Dark Waters (si no sabéis de que hablo, os invito a que leáis mi análisis para comprenderlo). Y debo decir que me ha sorprendido para bien, aunque con matices.
Antes de empezar, eso sí, quisiera aclarar una cosa: no he terminado el juego. No por falta de ganas, sino de tiempo, y es que llevo aproximadamente 30 horas de juego y aún me quedan cosas por hacer, ya que la cantidad de misiones disponibles es abrumadora (he desbloqueado ya un logro que salta al completar más de 300 misiones, así que imaginad…). Y, ahora sí, empecemos con mi análisis del título.