Normalmente, con los juegos musicales ya tenemos una idea en nuestra cabeza de cómo serán: aparecerán unas notas que debemos pulsar y así seguir el ritmo de la canción. Es decir, parece que seguimos una partitura más que otra cosa. Esto no está nada mal, y nos ha dejado algunos juegos brillantes, como la saga Rock Band, Guitar Hero o más recientemente, Deemo y otras obras en Switch. Sin embargo, este tipo de obras no suele dar mucha libertad al usuario para expresarse a nivel musical, ya que o haces lo que el juego quiere, o lo estás haciendo mal.
La música no es tan restrictiva, y de hecho, a partir de la improvisación de los músicos pueden salir nuevas obras muy interesantes. Por eso me llamaba tanto la atención Gal Metal de DMM Games, el estudio en el que trabaja Tak Fuji, al que todos recordamos por su «Extreeeeeme» en la bochornosa conferencia de Konami del E3 de 2010. Aquí nuestra meta es usar el poder del heavy metal para acabar con los alienígenas que pretenden destruir el planeta, así que gracias a nuestro ritmo como bateras, podremos llevar a la banda a buen puerto. ¿Suena loco y absurdo? Sí, y es uno de los motivos por los que estamos ante una verdadera joya del género musical.