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Gal Metal

Gal Metal

Normalmente, con los juegos musicales ya tenemos una idea en nuestra cabeza de cómo serán: aparecerán unas notas que debemos pulsar y así seguir el ritmo de la canción. Es decir, parece que seguimos una partitura más que otra cosa. Esto no está nada mal, y nos ha dejado algunos juegos brillantes, como la saga Rock Band, Guitar Hero o más recientemente, Deemo y otras obras en Switch. Sin embargo, este tipo de obras no suele dar mucha libertad al usuario para expresarse a nivel musical, ya que o haces lo que el juego quiere, o lo estás haciendo mal.

La música no es tan restrictiva, y de hecho, a partir de la improvisación de los músicos pueden salir nuevas obras muy interesantes. Por eso me llamaba tanto la atención Gal Metal de DMM Games, el estudio en el que trabaja Tak Fuji, al que todos recordamos por su «Extreeeeeme» en la bochornosa conferencia de Konami del E3 de 2010. Aquí nuestra meta es usar el poder del heavy metal para acabar con los alienígenas que pretenden destruir el planeta, así que gracias a nuestro ritmo como bateras, podremos llevar a la banda a buen puerto. ¿Suena loco y absurdo? Sí, y es uno de los motivos por los que estamos ante una verdadera joya del género musical.

Como decía, en Gal Metal nuestra meta es luchar contra aliens, y todo esto lo descubriremos en un completísimo modo Historia, de los que ya no suele haber en los juegos musicales. Aquí veremos cómo dos jóvenes son abducidos por estos invasores, para que así puedan representar a la humanidad y luchar en los desafíos que les proponen. Al parecer, estos aliens nos la tienen jurada porque en la sonda espacial «Voyager» había mucho heavy metal, que daña a su especie, por lo que sin querer, casi nos cargamos su planeta. Pero bueno, estos bichos son conquistadores espaciales, con que no fue algo tan malo.

Gal Metal

La gracia es que, al devolver a los jóvenes a la Tierra, la mente del chico se ha metido en la de la chica, controlando ahora su cuerpo. Al mismo tiempo se pueden escuchar los pensamientos de la chica, por lo que es una pasajera en su cuerpo. Por suerte, esta protagonista tiene una banda de heavy metal en su instituto solo de chicas, por lo que ahí tenemos nuestra herramienta para proteger la Tierra. Eso sí, no deben descubrir que ahora es la mente de un chico quien controla el cuerpo, o se meterían en problemas innecesarios.

Es una trama absurda a más no poder, pero es increíblemente adorable. El argumento progresa por escenas de un manga y conversaciones por móvil entre las integrantes de la banda. De hecho, cada personaje tiene una personalidad muy clara, teniendo la amante de la tecnología que cree en los aliens, la rebelde sin causa pero con un corazón de oro, etc. Todo son clichés, pero están muy bien integrados para que nos encariñemos de todo el elenco.

De hecho, en el modo historia no solo tocaremos, sino que tendremos que vivir nuestra vida como estudiantes. Aquí es cuando Gal Metal se convierte un poco en Persona, ya que tendremos cierta cantidad de tiempo (o energía) para realizar actividades cada día, lo que nos ayudará a subir nuestras estadísticas. Gracias a estas mejoras lograremos más puntos, o aumentaremos nuestra amistad con el resto de protagonistas, lo que nos permitirá conocerlas mejor en escenas opcionales. Todo es muy sencillo y adorable, pero le da un toque de profundidad a este modo historia que me encanta.

Gal Metal

Pero claro, Gal Metal es un juego musical, y es ahí donde brilla con luz propia. Lo primero que quiero destacar es la importancia del modo Historia, ya que aquí desbloquearemos las 13 canciones que trae el juego para poder tocarlas luego en el Modo Libre. Por suerte, completar cada canción en la Historia es muy fácil, ya que los umbrales de puntuación que tenemos que superar son irrisorios (40 mil puntos en la Historia mientras que en Modo Libre esa misma canción requiere 1 millón de puntos para superarse), algo que prefiero para no bloquearnos en ningún momento.

Antes de empezar a jugar a Gal Metal, hay que olvidarse de casi todo lo que conocemos de los juegos musicales. Aquí no habrá nada en pantalla que nos diga qué tenemos que hacer, sino que saldrá de dentro. La mecánica principal es realizar ritmos de batería, sin importar el que sea, con la única restricción de que vaya al ritmo de la música. Esto nos da una enorme libertad para hacer algo sencillo que tenemos controlado, o incluso experimentar y descubrir algún otro ritmo.

Como mejor se disfruta el juego es usando los Joy-Con como si fueran baquetas, tendremos que mover los mandos como si estuviéramos dando a algún tambor o platillo de la batería. Pero no os preocupéis, ya que el juego no pretende ser un simulador, ya que a la hora de la verdad, cada mando tiene un color: azul o rojo. Los diferentes ritmos del juego son sucesiones de cada uno de estos colores, que van desde el movimiento más sencillo («Harlot») en el que movemos 4 veces el mando rojo al ritmo de la música para simular el golpeo en el bombo, o su variante un poco más compleja, donde intercalamos el rojo y el azul. A partir de ahí podremos encontrarnos ritmos con pulsaciones a contra-ritmo que requieren más finura, pero lo importante es que hay ritmos de diferentes niveles de dificultad.

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Que usemos unos u otros dependerá enteramente de nosotros, ya que de base, se pueden conseguir grandes puntuaciones con solo dos ritmos. Si vamos intercalando dos ritmos, lograremos combos por variedad, pero si empezamos a repetir uno, estos combos se perderán. De hecho, algo que me ha encantado de Gal Metal es las diferentes capas de complejidad a las que podemos acceder, siempre en función de nuestras preferencias y no porque el juego nos imponga algún reto imposible.

De hecho, no hay niveles de dificultad ni nada por el estilo, pero a medida que jugamos, podemos ver que en las canciones hay secciones, y si usamos un ritmo de una categoría en concreta durante esa sección, lograremos un bonus. Si en esa misma sección luego volvemos a usar ritmos de la misma categoría, conseguiremos otro bonus por ser coherentes con lo que estamos haciendo, siendo capaz de crear una estructura propia para cada sección de la canción y lograr así una súper bonificación. Son cosas que el juego nos permite ir descubriendo poco a poco a nuestro ritmo, por lo que no nos atosiga con métodos de puntuación ni nada por el estilo más allá de lo básico, que es lo necesario para superar la Historia y pasar un buen rato sin importar nuestro nivel de habilidad y/o ritmo.

Hablando de mecánicas, el juego poco a poco sí nos reta un poco, ya que igual los aliens se enfadan y nos atacan en mitad de una canción, por lo que podemos hacer movimientos en concreto para repeler sus ataques, o de lo contrario, ciertos movimientos están inutilizados durante un tiempo. Así nos obligan a estar atentos a la canción además de a lo que vemos en pantalla, pero si lo preferimos, esto es algo que podemos eliminar sin problemas.

Gal Metal

Como en la vida real, alcanzar grandes puntuaciones en Gal Metal es cuestión de práctica, por lo que es genial que haya dos tipos de práctica en el juego. Por un lado, podemos practicar los diferentes ritmos al tempo de cada canción, para así ver con cuáles nos sentimos más cómodos, o cuáles el juego piensa que son los que más pegan con esa canción en particular. Otra opción es tocar con la banda, pudiendo ver en pantalla los ritmos con una especie de metrónomo para indicarnos cuándo es el momento adecuado para hacer cada uno de los gestos. Todo esto es fundamental, ya que como comentaba antes, luego en la canción como tal, no tendremos ningún tipo de ayuda visual ni podremos ver los ritmos (sí aparecen en el menú de pausa), con que dependeremos de nuestro músico interior.

Esto hace que, en efecto, haya una curva de aprendizaje bastante pronunciada en Gal Metal. Al principio haremos cosas súper básicas o incluso fuera de ritmo, de modo que cuando luego escuchamos la canción con nuestra actuación de batería por encima, el resultado no es que sea muy agradable a nivel sonoro. Pero si nos esforzamos, lograremos cosas mucho más interesantes, lo cual hace que estemos ante un título increíblemente satisfactorio. Aunque claro, entiendo cómo muchos verán esto como una barrera de entrada importante. De hecho, el idioma no ayuda en absoluto, al venir el juego completamente en inglés, lo que puede ser otra barrera para disfrutar de la historia, y más importante aún, las mecánicas que el juego nos va explicando.

Antes comentaba que el mejor método para jugar es con los Joy-Cons, pero no es el único. También podemos usar la pantalla táctil de la consola o los botones del mando para tocar cada parte de la batería, lo que nos permite más opciones a la hora de tocar un timbal en concreto o el platillo que queramos. Los ritmos siguen basándose en el sistema de colores rojo y azul, pero ahora tenemos más opciones. Personalmente, es una opción buena para cuando vamos en el metro, pero Gal Metal triunfa con os Joy-Con. Que ojo, funcionan bastante bien, y se pueden ajustar aspectos como la sensibilidad para que nos sintamos cómodos jugando.

Gal Metal

Sobre el nivel de las canciones del juego, aquí tenemos seguramente el aspecto más mejorable de la propuesta. Sólo hay 13 temas en el juego, que son básicamente composiciones de música clásica transformadas al heavy metal con mucho acierto. El problema es que sólo son 13 canciones, por lo que el repertorio se nos queda corto. Es cierto que, al poner nosotros la batería, podemos hacer que una misma canción suene diferente varias veces que juguemos, pero eso no quita que no haya más canciones. Puede que se incluyan más por DLC, pero una cosa está clara: más temas son más opciones a la hora de jugar, por lo que nunca están de más.

Donde pocas pegas se puede poner a Gal Metal es en su apartado visual. El estilo anime que porta es fantástico, haciendo que el juego sea tremendamente adorable y simpático, ya sea durante las escenas de la historia como luego al tocar. La interfaz durante las canciones también está bien para saber si estamos logrando una buena puntuación, en qué punto de la canción estamos, etc.

Conclusión

Me encantan los juegos musicales, y he probado muchísimos, con que encontrarme con uno que me sorprenda tantísimo como Gal Metal ya me ha gustado. La idea de que tengamos libertad para hacer lo que queramos en las canciones, siempre y cuando vaya al ritmo de la música, es increíble, al acercarse más que ningún otro juego a lo que es la música: crear lo que el cuerpo le pida a cada uno mientras suene bien.

En ese sentido, Gal Metal es brillante, con un esquema jugable de lujo, haciendo un uso fantástico de los Joy-Con para que nos sintamos como unos bateras. Incluso me ha sorprendido el énfasis en la historia, los momentos a lo Persona de gestionar nuestro tiempo y lo tremendamente divertido y adorable que es todo.

Ahora bien, hay ciertos aspectos que pueden echar atrás a más de uno, como una curva de aprendizaje algo importante (muchas veces, lo más difícil es no tener una guía como en otros juegos musicales), que solo haya 13 canciones y que todo esté en inglés. Aun así, Gal Metal es una verdadera joya del género musical, y que nos hará sacar nuestro espíritu metalero desde el primer momento.

8

Nos consolamos con:

  • Libertad para tocar en las canciones el ritmo que queramos mientras vaya al ritmo de la música
  • Satisfacción increíble al encajar ritmos que suenan de lujo y mejoran las composiciones de base
  • Modo historia muy completo, divertido y adorable
  • Jugar con los Joy-Con es fantástico

Nos desconsolamos con:

  • La curva de aprendizaje puede echar atrás a más de uno
  • Completamente en inglés, una barrera para disfrutar de la historia y entender las mecánicas
  • Sólo 13 canciones sobre las que tocar

Ficha

  • Desarrollo: DMM Games
  • Distribución: Marvelous/Meridiem Games
  • Lanzamiento: 02/11/2018
  • Idioma: Textos en Inglés
  • Precio: 39,95 €

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