Una de mis sagas favoritas de la era de PS2 era Onimusha, por lo que me fastidia ver cómo Capcom no continuó con la licencia en PS3 o en PS4. Aunque en enero podremos disfrutar de la remasterización de la primera entrega, no estamos ante un nuevo capítulo, por lo que será revivir una vieja gloria. Por eso, me sorprendí tanto al jugar a Eternity: The Last Unicorn en la Gamescom. Esta obra de Void Studios y 1C Publishing es un RPG de acción ambientado en la mitología nórdica, con un giro interesante: la cámara es fija. Esto se ha tenido en cuenta en el diseño del juego, basándose en gran parte en la experiencia de clásicos como Onimusha. Esa fue la sensación que me dio el juego, y la que también buscaban los desarrolladores.
La historia de Eternity: The Last Unicorn nos contará en la lucha de la joven elfa Aurehen, que busca rescatar al último unicornio superviviente, que es el que ha ayudado a mantener la inmortalidad de los elfos durante muchísimo tiempo. En el camino nos encontraremos con otros personajes controlables, aunque en esta demo sólo se podía controlar a Aurehen.