
Cuando se estrena un juego basado en una película, entran en conflicto dos partes internas de uno mismo. Por un lado está la optimista, ya que al ser fan de la licencia, esperas que el juego vaya a ser buenísimo. Y luego está el racional, que recuerda los excesivos fiascos que ha habido. Por eso estaba en duda con Transformers: The Dark Spark (sí, en España finalmente le recortaron el subtítulo), ya que las entregas de Cybertron fueron buenísimas, y había ganas de ver qué tal se estrenaba Optimus Prime en la nueva generación. Por desgracia, el resultado ha sido desastroso, teniendo que esperar más los fans a que recibamos una nueva entrega en condiciones.



