Mucho tiempo ha pasado. Demasiado diríamos muchos. Tras los fatídicos años en los que Sony se hizo con los derechos en exclusiva para trasladar la máxima categoría del motor a las videoconsolas y nos entregara un par de juegos que no pasaron del mediocre (por muchas horas que todos los fans le echáramos). Y tras negarse en los últimos 4 años a reciclar la franquicia (sólo ellos sabrán porqué) Codemasters se ha hecho con la batuta y nos entrega este F1 2010.
El problema que existe cuando se analiza un juego tan esperado es que difícilmente puede responder a las expectativas que uno se crea. Sobre todo si los 2 años de desarrollo son alimentados por multitud de imágenes in-game y diarios de desarrollo. Además, el juego no deja de ser el primer intento de la compañía en esta competición y llega en un momento de madurez de las consolas para las que se publica donde ya existen (o llegarán en noviembre) títulos de referencia de gran calidad. Son muchas las espectativas y demasiado fácil decepcionarlas.