Desconsolados

Pankapu

Pankapu

El año pasado se publicó el primer capítulo de Pankapu, un plataformas con un apartado gráfico precioso y que pretendía recuperar la esencia de los plataformas de PSX al más puro estilo Rayman. Sin embargo, era la mitad del juego completo, con que muchos elementos que prometía no se llegaron a comprobar por completo, como el uso de las tres clases diferentes, sus diferentes movimientos y habilidades especiales de cada clase.

Aprovechando el lanzamiento de su versión completa, los chicos de Too Kind StudioPlaydius Entertainment también han publicado el juego en PS4, Xbox One y Switch, para que todos puedan adentrarse en el maravilloso mundo de los sueños para ayudar al bueno de Pankapu y sus amigos para eliminar todas las pesadillas que han invadido el mundo. ¿Listos para saltar, matar hya’nagis y devolver el mundo a su estado original?

En cuanto a la narrativa, voy a empezar desde el principio, ya que en este análisis quiero comentar toda la experiencia global que ofrece Pankapu. Todo empieza cuando una niña (¿o es un niño?) tiene una pesadilla, y entonces su padre le cuenta la historia de Pankapu, que ha sido creado por Iketomi para liberar el mundo de los sueños de la invasión de los hya’nagis. Al poco conoceremos a Chii y a otros personajes, que nos ayudarán en nuestro gran viaje por el mundo de Omnia.

Por otro lado, también hay cierta trama en el «mundo real», que se descubre por medio de coleccionables. Por cada objeto importante que consigamos, podremos ver un pequeño fragmento de una escena más grande, que luego podremos ver en su totalidad cuando consigamos todos los fragmentos. Esto nos permitirá ofrecer algo más de contexto al joven que está escuchando la historia, que parece también pertenece a un mundo de magia. También hay ciertas paralelismos con lo que encontramos en la historia de Pankapu, por lo que es interesante sacar paralelismos entre ambas narrativas.

En general la historia no está mal gracias a presentar unos personajes con diálogos graciosos, un lore bastante trabajado (podremos leer bastantes hojas de descripción de lugares, personajes, enemigos, etc), y hasta un tramo final bastante sorprendente. No quiero desvelar nada, pero parece que hay una continuación planificada, y la verdad, hay ganas de descubrir qué más le espera a nuestro adorable protagonista.

A nivel de mecánicas, Pankapu es un plataformas de scroll lateral que emula a los clásicos del género de la era de PSX. Esto quiere decir que habrá elementos de combate, muchos obstáculos a superar, y cómo no, bastantes coleccionables que premiarán la exploración al hacernos más fuertes, aumentar la vida o la magia.

El principal atractivo del juego es poder cambiar con tan solo pulsar un botón entre tres clases de personaje: el guerrero, el arquero y el mago. Cada uno tiene unas características diferentes y lógicas para cada clase, como por ejemplo, el guerrero tiene una mayor defensa que el arquero, pero a cambio, el arquero puede dar un doble salto. Cada clase tiene sus ataques propios que los hacen más idóneos para un momento u otro, además de sus habilidades especiales que los harán esenciales para los momentos de exploración y plataformas.

Pankapu no es un Metroidvania ni mucho menos, ya que la progresión se basa en niveles claramente delimitados, pero sí que habrá veces que podremos volver a niveles superados para, con una nueva habilidad (la que se consiga en ese mismo mundo), llegar a nuevas zonas para conseguir más objetos coleccionables. Los objetos más numerosos por los escenarios son una especie de bolas de energía. Hay un total de 100 por mundo, y por cada 25 que consigamos obtendremos una pieza (de las cuatro necesarias) para aumentar nuestra salud, premiando nuevamente la exploración.

La curva de dificultad de Pankapu es bastante acertada. Primero, todo es muy sencillo, ya que la clase guerrera es muy clásica al usarse, y los niveles no es que sean excesivamente complejos. Todo está ahí para enseñarnos las principales mecánicas, varios tipos de enemigo, y en definitiva, enamorarnos con su estética.

Desde el segundo mundo (de los cuatro que visitamos) accedemos a la segunda clase (el arquero), y en el tercer mundo podremos convertirnos en el mago. A medida que vayamos avanzando en la aventura nos enfrentaremos a retos más y más complicados, llegando a ofrecer momentos realmente desafiantes.

Lo mejor es que se van aprovechando todas las clases, por lo que no son una opción, sino un requerimiento. Por ejemplo, habrá zonas de plataformas en las que tendremos que ser el guerrero para romper unos cristales, luego cambiar al arquero para poder salir disparados por una corriente de aire, para finalmente ser el mago y frenar en el tiempo a un enemigo que, de cualquier otro modo, sería inmortal. Este es un ejemplo aislado, pero en los últimos niveles rotar entre las tres clases de Pankapu es una constante. Esto se traduce en niveles realmente complicados, donde conseguir absolutamente todos los coleccionables puede ser muy complicado.

Sí, al principio todo es muy fácil, pero al final nos llegarán a sudar las manos tras superar una zona endiabladamente complicada. Esto también quiere decir que moriremos bastantes veces, y siempre será por nosotros mismos y no por el juego. Eso sí, al principio cuesta rotar exactamente a la clase que queremos, con que al principio no es nada raro cambiar a la clase que no queremos y precipitarnos a una muerte automática. Por suerte, hay una gran cantidad de puntos de control, y se ha regulado la cantidad de salud que obtenemos al pasar por ellos respecto al lanzamiento original el año pasado.

También se merecen una mención los jefes finales. Son bastante variados, y la mayoría de las veces, no se basan en el combate puro y duro, sino en retos plataformeros donde también tendremos que atacar a ciertos objetos. Eso sí, estos jefes muchas veces son un pico de dificultad considerable, sobre todo desde el segundo jefe. El jefe final del tercer mundo directamente me parece el más complicado de toda la aventura, y no en el buen sentido. Es algo que empaña notablemente la experiencia, ya que te llegas a frustrar ante este jefe, y al final lo acabé derrotando casi por suerte. Es cierto que es justo un jefe que se centra más en el combate, que no es tan bueno como los controles de los saltos.

Otro problema de Pankapu son sus tiempos de carga, al menos en la versión de Switch. Que para iniciar un nivel tengamos que esperar unos 5-10 segundos no supone un problema, pero que tengamos que esperar ese tiempo después de cada muerte sí que lo es. En los primeros niveles no es algo problemático, pero vaya si lo es en los últimos, cuando hay muchas trampas que te matan al instante y tenemos que intentar cada zona bastantes veces, sobre todo si nos obsesionamos con conseguir los coleccionables. Es algo que espero mejoren en un parche, ya que es la principal pega que le puedo poner al título.

Con todo esto, tenemos un plataformas que nos puede durar fácilmente unas 8-10 horas, y algo más si queremos conseguirlo absolutamente todo.

Técnicamente, es casi imposible ponerle pegas a Pankapu. Visualmente es sencillamente magnífico, con un estilo que recuerda a las películas de animación de alto presupuesto, y con unas animaciones, escenarios y diseño de personajes sencillamente fantásticos. Además, cada mundo es completamente diferente al anterior, lo que nos permite disfrutar de una variedad importante de escenarios. La única pega que le puedo poner es el rendimiento en ocasiones muy contadas, donde claramente bajaba la tasa de frames ante la alta cantidad de enemigos y efectos. Es algo que noté apenas un par de veces, y no me impedía jugar con normalidad.

En el sonido, la banda sonora es magnífica, con unos tonos muy de aventura de cuento sonando constantemente, para pasar a música más movidita y épica cuando es necesario. En las escenas de vídeo también hay voces en inglés, que no están nada mal, pero tampoco es que sean muy numerosas estas escenas como para destacarlas demasiado.

Conclusión

Que me encanta el género de las plataformas es evidente, y Pankapu es de los que más se pueden disfrutar dentro de los plataformas en 2D. Visualmente es magnífico en todos los niveles, logrando trasladarnos a un mundo de cuento sin ningún problema. Además, el ir cambiando entre las tres clases en niveles cada vez más desafiantes, sorprendiendo en cada mundo con alguna nueva habilidad y un nuevo reto con el que hacernos sudar de lo lindo.

Es una pena que los tiempos de carga en la versión de Switch sean tan largos cada vez que morimos, y que el jefe del tercer mundo sea tan frustrante, ya que quitando esto, estamos ante un juego fantástico y que he disfrutado de principio a fin. Entre lo bien diseñado que está, lo divertido que resulta, lo bonito que es, lo que dura y lo poco que cuesta (apenas unos 12 euros), Pankapu es una compra más que recomendable para todos los amantes del género en cualquier plataforma.

8

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