8

Rytmos

Rytmos

PREFACIO

Debo reconocer que nunca he sido un gran fan de los juegos de puzles. Hay juegos de puzles que me gustan y que he disfrutado bastante, pero normalmente nos son lo mío. Esto se debe principalmente a que la sensación de atascarme con un puzle y no saber cómo seguir con él no es algo que me guste especialmente. Por eso, si me atasco mucho, suelo verme obligado a elegir entre dos opciones: o seguir intentando resolver el puzle por mi cuenta y frustrarme en el proceso, o recurrir a una guía y arruinar gran parte de la diversión del puzle. De hecho, si tuviera que ser más preciso, quizás no diría tanto que no soy un gran fan de los juegos de puzles como que no me gusta la frustración habitualmente asociada a quedarte atascado en ese tipo de juegos.

Justo esta mañana estaba escuchando el podcast de AnaitGames. En el programa de esta semana entrevistan a Lucas Le Slo, un desarrollador de videojuegos apasionado de los puzles que publicará su nuevo juego, Alephant, este mismo 1 de marzo. En el podcast, Lucas hablaba precisamente de lo complejo que es encontrar un equilibrio a la hora de diseñar la dificultad de un puzle. Hablaba de cómo los puzles tienen que ser lo bastante complejos como para resultar estimulantes a los jugadores más veteranos del género, pero también lo bastante accesibles como para no frustrar a los menos experimentados.

Rytmos

La solución que Lucas propone para esta problemática pasa por diseñar puzles cuyas soluciones sean relativamente accesibles y que permitan a todos los jugadores interiorizar lo bastante cada una de las mecánicas para prepararlos ante un futuro incremento de la dificultad. Además, según Lucas, esto debe complementarse con la inclusión de la mayor variedad jugable que sea posible, ya que será esta variedad la que mantendrá el interés de los jugadores más veteranos ante puzles que no les resulten especialmente estimulantes como desafío.

Esta filosofía de diseño, la de centrarse en crear puzles que sean más variados que difíciles para evitar que los jugadores se aburran o se frustren demasiado, es una filosofía con la que personalmente conecto mucho porque creo que es la que tiene el potencial de hacerme disfrutar un juego de puzles de verdad. Y también es, precisamente, la filosofía en la que se basa Rytmos, el videojuego sobre el que versa este análisis.

PUZLES MINIMALISTAS AL RITMO DE MÚSICA ALTERNATIVA

Rytmos

Creado por el estudio danés Floppy Club, Rytmos es un videojuego de puzles musical que pretende llevarnos en un recorrido a lo largo del mundo para descubrir la historia de diversos géneros de música alternativa. Los niveles están divididos en distintas galaxias y cada una de esas galaxias se ambienta en un general género musical único. Estos géneros son de lo más variados y llamativos, pues entre ellos podemos encontrar ejemplos como la música con kalimba zimbabuense, el jazz etíope, la electrónica alemana de los 70, el gamelán indonesio, la música ambiental japonesa, la música de 8 bits y otros tantos.

Dentro de cada galaxia nos encontraremos 3 planetoides distintos. Cada planetoide es esencialmente un cubo y cada una de las caras de ese cubo nos propone un pequeño puzle diferente. Las galaxias, aparte de ambientarse en su propio género musical, introducen una nueva mecánica que se vuelve más compleja conforme avanzamos por sus niveles.

Rytmos

A pesar de las distintas mecánicas que se van introduciendo a lo largo del juego, todos los niveles cuentan con unos elementos y un objetivo comunes. Tenemos un punto inicial del que partir desde el cual debemos trazar un recorrido por la superficie del nivel. Ese recorrido debe atravesar todos los nodos que hay repartidos por el escenario y, tras ello, llegar al mismo punto desde el que se inició. Esta base tan aparentemente simple se va variando de formas muy creativas a lo largo de todo el juego gracias a las mencionadas mecánicas que presentan en cada galaxia y a un diseño de niveles exquisito.

NIVELES INTERESANTES PERO ASEQUIBLES

El proceso de resolución de los niveles logra un equilibrio prácticamente ideal entre ser lo bastante complejo y lo bastante divertido y asequible como para contentar a prácticamente cualquier tipo de jugador. Sin embargo, muchos de los niveles presentan una dificultad base considerable y algunos jugadores podrían correr el riesgo de atascarse. Es ahí donde entra en juego la enorme interactividad de Rytmos, pues el juego trata cada nivel y cada planetoide como una especie de juguete que podemos manipular como si fuéramos niños que tratan de descubrir su funcionamiento.

Rytmos

En este sentido la contenida dimensión de cada puzle provoca que en realidad no haya tantas combinaciones distintas que probar hasta conducirnos o, como mínimo, acercarnos mucho a la solución. Gracias a esto, incluso si no somos capaces de averiguar la solución de una forma más directa, siempre podemos ir interactuando con el nivel y probando distintas combinaciones que nos harán superar los desafíos igualmente mediante un proceso orgánico de descubrimiento y descarte.

Si se diera el improbable caso de que ni siquiera este método fuera suficiente para pasarnos algún nivel, tampoco pasa ría nada porque cada puzle tiene múltiples soluciones. De hecho, no es necesario que el recorrido dibujado atraviese todos los nodos para desbloquear las siguientes caras de un cubo, sino que es suficiente con que el recorrido dé una vuelta hasta llegar a su punto inicial de nuevo. Dado que esto es algo tremendamente asequible de realizar en todos los casos, Rytmos se asegura de ser una experiencia que se aleje de la frustración a favor de la relajación, cómo promete su descripción de Steam.

Rytmos

UNA CARTA DE AMOR A LA MÚSICA (Y LOS PUZLES)

Por supuesto, la música forma una parte importantísima de Rytmos, hasta el punto de que toda la experiencia se construye alrededor de ella. La principal característica distintiva de Rytmos frente a otros juegos de puzles es que, cada vez que resolvemos una de las caras de los planetoides, un nuevo instrumento comenzará a sonar. De este modo, el resolver los puzles genera melodías orgánica que se vuelven cada vez más ricas gracias a las acciones del jugador. Unas melodías que se inspiran en el género musical en el que se basa cada galaxia. Personalmente, el proceso de entrar a cada galaxia y descubrir tanto su nueva mecánica como el género musical en el que se ambienta me ha parecido muy estimulante y ha mantenido mi interés a lo largo de las entre 3 y 4 horas que dura el juego.

Como extras que terminan de redondear la propuesta que nos ofrece Rytmos, cabe mencionar que, al completar cada planetoide, se nos llevará a una pantalla en la que podremos tocar un instrumento representativo del género musical pertinente. Podemos juguetear con las notas que producen los instrumento con un ratón, un teclado o un mando sin necesidad de saber nada sobre teoría musical o los instrumentos en sí. También hay un botón que podemos pulsar para grabar lo que toquemos.

Rytmos

El otro gran añadido de Rytmos es su naturaleza enciclopédica, y es que el equipo de Floppy Club se ha tomado la molestia de incluir una extensa pero accesible cantidad de información sobre los géneros musicales que aparecen en el juego. Estos datos se pueden consultar entre planetoides dentro del juego o de forma mucho más detallada en su página web oficial. Toda esta información supone un valor más que interesante para los que estén interesados y algo que se puede ignorar fácilmente para los que no.

CONCLUSIÓN

Rytmos es una relajante carta de amor a la música (y los puzles) que te hará vibrar con el diseño de sus niveles y el ritmo de su canciones. Los puzles son interesantes y accesibles a partes iguales gracias a su variedad y su contenido tamaño. El descubrimiento de nuevos géneros musicales, la información que se ofrece de ellos, el poder tocar unos 20 instrumentos por nosotros mismos o un aspecto visual encantador son solo algunos de los otros muchos añadidos que contribuyen a hacer de esta una experiencia tremendamente disfrutable para toda clase de público. Uno de esos juegos que dejan con un sabor de boca impecable.

Nos consolamos con:

  • Unos puzles excelentemente diseñados.
  • Una carta de amor a la música de todos los géneros y procedencias.
  • Un aspecto gráfico encantador.

Nos desconsolamos con:

  • La curva de dificultad es un poco rara: los primeros niveles son en general más difíciles que los últimos.
  • Las canciones de cada planetoide no son tan destacables como se esperaría de un juego centrado en la música.

Ficha

  • Desarrollo: Floppy Club
  • Distribución: Floppy Club
  • Lanzamiento: 28/02/2023
  • Idioma: Castellano
  • Precio: 14,79 €

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *