Desconsolados

Vanquish

Por fín ha caído en nuestras manos Vanquish, la última obra de Platinum Games & Sega, un juego atípico y trepidante que se pasa por el forro las directrices que están asentándose durante los últimos años en el mercado de los videojuegos. Algo que no es extraño si tenemos en cuenta que quien está detrás de la obra es Shinji Mikami, la mente detrás de P.N.03 para Game Cube, God Hand para Playstation 2 o Mad World para Wii. Mikami nos ofrece un juego que de haber salido en la década de los 90 sería elevado al altar de las Obras Maestras (así, con mayúsculas). Se catalogaría como clásico atemporal, imprescindible, HaloKiller, GearsofWarKiller, KillzoneKiller y todo ese tipo de tonterías que se gestan en los foros. Y todo ello gracias a una perfecta jugabilidad que nos atrapará sin remedio desde el primer momento.

Pero, hoy en día no es así, ahora se valoran muchas otras cosas por encima de una jugabilidad endiablada a la hora de comprar un juego: su historia, su online, sus cinemáticas, la resolución nativa a la que corra, el tamaño de sus texturas… etc.

Y como es evidente que ya no estamos en los noventa, Vanquish pasa de obra maestra a otra cosa… Digamos las cosas claras, ¿Vanquish es corto? SI, ¿Es mala opción su compra por ello? NO, ¿Debería comprármelo entonces? Depende del sentido que tengan para ti los videojuegos.

Vanquish tiene múltiples defectos:

Hay quien dirá que su historia está más que sobada y trillada, que es previsible y poco profunda, y tendrá toda la razón del mundo.

Hay quién dirá que sus personajes no son demasiado profundos y no son más que estereotipos japoneses, y también llevara razón.

Hay quién dirá que entre tanto disparo, explosión y rayo laser la banda sonora pasa desapercibida, y la verdad es que no le faltará razón.

Otros dirán que el no tener online es un escándalo y sin duda tendrán razón.

Y por supuesto, habrá quién se queje de su escasa duración en el modo campaña y también tendrá razón (o no).

En estos momentos quizás estás pensando… “¿¿Un juego sin buena historia, con unos personajes típicos, sin online y con un modo campaña corto??, ¡Se lo va a comprar el tato!“… Y quizás pensando esto te estarás perdiendo las mejores horas de diversión de esta generación.

Vanquish no es un soplo de aire fresco, es el aliento huracanado de Mazinguer Z después de comerse una fabrica entera de Fisherman’s Friends. Orion el pastor.

Seamos claros, si eres un gamer acostumbrado a las tendencias actuales, que valoras las historias elaboradas, que necesitas el online para poder vivir, que te gusta jugar sólo una vez o pocas veces al modo campaña, que no quieres grandes dificultades para disfrutar y que pides como mínimo 10/12 horas de modo campaña para comprarte un juego… limítate a alquilar Vanquish, jugarlo en modo normal y cómpralo cuando este muy económico. Porque es evidente que te sentirás defraudado con la compra.

Si por el contrario eres más un gamer clásico amante de los shoot em up de los noventa, que valora que un juego le exija jugar una y otra vez para lograr dominarlo en profundidad, que adora las altas puntuaciones, que valora más la intensidad que la longitud del juego, y que antepone una gran profundidad jugable por encima de buenas historias y online… este juego no sólo es que te lo tengas que comprar, te lo tienes que instalar en el cerebro para poder jugarlo en cualquier sitio.

Porque desconsolados, la profundidad jugable de Vanqusih está a años luz de la media, y es que hacía años que no teníamos la oportunidad de disfrutar de un arcade frenético como el que tenemos hoy entre manos, un juego hecho por y para la acción sin tregua, capaz de mantenernos horas pegados a la consola prácticamente sin pestañear y rechinando los dientes mientras destruimos legiones de robots malosos dispuestos a jodernos el día. Todo ello con una variedad de situaciones y de pasajes que no nos permitirá en ningún momento sentir que el juego nos está aburriendo por repetitivo, todo lo contrario.

Pero, ese no es el único apartado donde brilla con luz propia, el apartado gráfico/técnico es también de categoría, es increíble que el motor grafico no se resienta en ningún momento con una bajada de framerate pese a la cantidad de acción, unidades, explosiones y efectos de partículas que vemos en todos momento, y todo con un acabado grafico de alto nivel (al menos en la versión que hemos jugado, de Xbox360). Para rematar la faena, tanto los modelados como las animaciones tienen un acabado espectacular.

A nivel artístico sin ser una maravilla, el juego tiene personalidad propia, y la armadura ARS es realmente espectacular en sus animaciones, sobre todo cuando vemos recrearse a piezas las armas en nuestras manos.

Otro dato importante es un doblaje al español impecable, voces adecuadas y muy bien representadas, con subtítulos incluidos si nos interesa. De hecho, las opciones que se han incluido son completísimas, pudiendo poner diferentes idiomas a las voces, a los menús, a los subtítulos, etc. Eligiendo el idioma que queramos por separado, todas las desarrolladoras deberían aprender de Platinum Games en ese aspecto.

Sus defectos vienen impuestos por un lado, por el tipo de juego que han querido desarrollar y por otro, por querer aparentemente evitar que el jugador se distraiga de lo realmente importante: esquivar y disparar.

Al fin y al cabo un juego arcade no necesita una historia elaborada que te distraiga de tu cometido, tan solo necesitas una excusa para salir a liarte a tiros. En este caso es simple, un calvo loco ha destruido una ciudad y robado una bonita estación orbital americana… ves a por él y cárgatelo. ¿Para qué darle más vueltas al asunto? La historia es un poco más elaborada, pero sinceramente, poco te importa si debes rescatar a uno o a otro, simplemente sal y destroza todo lo que te encuentres a tu paso, que es lo divertido. Pese a ello, se pretende dar una cierta narrativa a la historia con unas cinemáticas creadas con el motor del juego, que cumplen bien su cometido, siguiendo la línea de espectacularidad que desprende todo el juego, unido a unos QTE’s relativamente aleatorios que nos pillaran muchas veces en bragas.

En definitiva, el juego tiene un nivel altísimo en los factores más importantes para un shoot em up, tiene una profundidad jugable muy superior al resto de juegos de esta generación, una calidad técnica y gráfica altísima, y un acabado artístico más que competente. Su gran lacra es la falta de online (quizás un cooperativo controlando al Teniente Coronel Robert Burns no hubiera estado mal), y lo corta que resulta la campaña.

Aunque a nivel personal, como amante de los shoot em up noventeros, el que la campaña sea corta no me parece para nada malo, todo lo contrario, una campaña corta e intensa es mucho mas rejugable que la mayoría de los juegos alargados innecesariamente a los que estamos acostumbrados. Además, el nivel de dificultad Experto y el modo Desafios (una especie de modo Horda con matices) suponen un reto tan sumamente alto, que si realmente quieres destripar el juego, necesitas 5*50 horas para poder decir que has dominado el juego.

Lo mejor:

Lo peor:

Curiosidades:

El juego cuenta con algunos guiños a la saga Metal Gear, como por ejemplo el nombre DARPA, una visualización de los diálogos muy parecida al códec, un soldado llamado Gray Fox 1-5, o que Sam, el protagonista, fume siempre que tiene ocasión.

Otros nombres de soldados son: M. Mikami, y Jason Macintosh.

Hay un momento del juego que encontraremos a unos robots en una situación… pintoresca, momento ideal para sacar un par de logros fáciles 😉

Pasarte el juego en nivel normal suele reportar entre 350 – 400 logros, puede ser una buena forma para los cazalogros de aumentar el casillero de logros en tan solo unas pocas horas.

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