Apenas han pasado dos meses, y ya estamos aquí para otra entrega más de Like a Dragon/Yakuza. El equipo de Ryu Ga Gotoku Studio no para, sacando juegos como churros entre spin-offs, remakes o similares. Sin embargo, la llegada de Like a Dragon: Infinite Wealth ocupa un lugar especial. No sólo es la octava entrega principal de la franquicia (sin contar Judgment), sino que es la primera secuela dentro del nuevo estilo RPG de la saga.
Tras el soft-reboot/secuela que encumbró a la serie en Occidente a lo grande, volvemos con Ichiban Kasuga, los combates por turnos y la locura tan característica de la saga. Pero ahora continuando el viaje de Kazuma Kiryu, una nueva localización y nuevos minijuegos para que no salgamos de los confines del Yakuza-verso en mucho tiempo. Preparad vuestro bate de héroe, que aún les quedan muchas aventuras por vivir a Ichiban y Kiryu.
¡Brindemos por el regreso de Ichiban y sus amigos!
Tú a Hawái y yo a Kamuronia
Han pasado unos años desde Yakuza: Like a Dragon, donde el Clan Tojo y la Alianza Omi se disolvieron. Esto impactó a todo el mundo criminal japonés, con los antiguos yakuza teniendo graves problemas para volver a la vida civil. Veremos las consecuencias de esta acción tan importante para el universo de la franquicia, pero como siempre, lo importante son los personajes. El equipo de Ichiban volverá a conquistar nuestro corazón desde el primer momento, demostrando de un plumazo por qué es tan buen sucesor del gran Kazuma Kiryu.
Tras ciertos sucesos relacionados con una VTuber, nuestro protagonista va a Hawái buscando a su madre, Akane, a quien se la consideraba muerta. Por desgracia, la están buscando las diferentes bandas de la isla, por lo que no será un reencuentro nada tranquilo. Ichiban no está solo, ya que Kiryu también la busca por orden de los Daidoji, así que unirán fuerzas para llegar a fondo de este asunto.
Como tal, la trama de Like a Dragon: Infinite Wealth funciona realmente bien. Los nuevos personajes, Tomizawa y Chitose, son carismáticos y tienen una gran química con los ya conocidos. El dúo de Ichiban y Kiryu es pura dinamita. Pero cuando el juego gana es al separarlos, viviendo la trama de Japón con Kiryu y la de Hawái con Ichiban. Cada uno con su equipo, sus propias dinámicas y sus propios motivos personales para ayudar a Akane.
Se necesitan dos dragones para detener a esta nueva amenaza
Un nuevo país, nuevas bandas y nuevos villanos
En la parte de los villanos, Infinite Wealth también nos da varias alegrías… Aunque también algunas incorporaciones más flojitas. Yamai es el nuevo equivalente a Majima, llenando la pantalla en cada una de sus apariciones gracias a su gran carisma. No quiero entrar en spoilers, pero a otros malos los odiaremos tanto que querremos darles un guantazo con toda nuestro alma, mientras que otros imponen la mitad de lo que deberían.
Lo bueno del cambio de localización es que no se trata de simplemente otra ciudad japonesa. Nos encontramos ante un nuevo país, lo que se traduce en nuevas bandas internacionales con una cultura muy diferente a la japonesa. Esto crea conflictos la mar de interesantes que no habíamos visto en la saga hasta la fecha, lo cual hace más frescas las ya clásicas conspiraciones.
Eso sí, al villano principal de Hawái le falta carisma. Me ha parecido demasiado soso pese a la gran idea que hay detrás de su grupo, y comparado con otros personajes o villanos «secundarios», se queda muy corto. Es uno de los motivos por los que esa parte de la historia se queda algo coja frente a la de Japón con Kiryu.
Danny Trejo con un machete. ¿Hay mejor combinación?
Los últimos deseos de un dragón
¿Todo funciona? No, con algunos giros de guion que se ven venir a kilómetros. Además hay cierto desnivel, ya que la parte de Japón con Kiryu es más interesante por un motivo sencillo: son una carta de amor a toda la franquicia. Es aquí donde nos encontramos ante dos posibilidades en función de lo dentro que estemos dentro de la saga. Si empezasteis con Ichiban, toda la parte de Kiryu no tendrá ningún peso emocional. Nos podremos enterar gracias a las explicaciones que nos dan, pero será información sin más.
Es el mismo problema que en el reciente The Man Who Erased His Name, pero con una mayor envergadura. Como ya lo ha anunciado la propia SEGA, no me andaré con rodeos: Kiryu tiene cáncer y le queda poco tiempo. Esta misión puede ser la última, por lo que su historia es también una despedida. Un paseo por los recuerdos. Sigo la franquicia desde su primera entrega en PS2, con que me he emocionado una barbaridad con la trama de Kiryu. Es como en una serie muy larga y en la última temporada hay fan service del bueno para ver cómo ha impactado el protagonista en la vida de los demás.
Hasta sus misiones secundarias, contextualizadas como la lista de últimos deseos de Kiryu, giran en torno a este tono de despedida. Es lo que ha hecho que Infinite Wealth me haya llegando tan adentro. Una montaña rusa emocional brillante a la altura del legado de nuestro protagonista. Al mismo tiempo, sirve para que Ichiban y el resto de sus compañeros tomen el relevo. La evolución de Kiryu ante su nueva situación o la manera en la que funciona por primera vez en grupo en vez de como lobo solitario encumbran esta entrega a lo más alto… Si ya hemos pasado decenas de horas viviendo su historia en las entregas anteriores, claro está. Él es la verdadera estrella de este capítulo.
El Kiryu k-poper sigue cantando como los ángeles
Es tu turno para liarse a tortas
Un Like a Dragon/Yakuza con personajes increíbles y una historia que engancha. ¡Vaya novedad! Donde más intríngulis había era en la parte jugable. Al fin y al cabo, Yakuza: Like a Dragon supuso un cambio radical en la fórmula de la serie. Pese a que funcionó realmente bien, había todavía mucho potencial para limar asperezas, y eso es justo lo que hace Infinite Wealth.
De nuevo, seguimos con los combates por turnos. La justificación sigue siendo la imaginación de Ichiban, un fan empedernido de Dragon Quest, que se ve a sí mismo como el héroe en un RPG. Así que hay un sistema de trabajos para tener acceso a diferentes habilidades, crear builds de personajes, equipamiento, afinidades elementales, etc. Todo lo que un buen RPG actual necesita.
Esto no ha cambiado, ya que esta secuela se ha centrado en refinar en vez de reinventar. La parte estratégica ha ganado mucha más importancia, al poder movernos dentro de un rango determinado. Así podemos aprovechar mejor el entorno para agarrar armas, lanzar a los rivales entre sí o hacia nuestros compañeros, etc. Solo este cambio hace las peleas muchísimo más satisfactorias y dinámicas.
Los héroes no miran hacia las explosiones… Ni las maids, los samuráis, los pistoleros o los héroes de acción
Trabajando que es gerundio
El sistema de trabajos es también más robusto. La progresión en cada uno es más rápida, lo que nos anima a experimentar mucho más con ellos. Así iremos ganando más habilidades para tener permanentes, subir nuestras stats generales y reírnos con las profesiones tan absurdas que podremos tener. Estrella de cine, cowboy, samurái, bailarín de fuego o asistenta son sólo unos ejemplos de los nuevos trabajos, junto a los ya existentes de la anterior entrega.
Quiero destacar de entre todos los trabajos el de Kiryu, ya que me parece la mejor adaptación posible de este personaje al formato por turnos. No quise cambiarle de trabajo en todo el juego, por lo versátil y poderoso que es. Podemos cambiar en su turno entre tres estilos de combate, basados en los que ha tenido a lo largo de la saga. ¿Su ataque definitivo? Romper los turnos y liarse a torta limpia. Al juntarlo todo con el combate en general más refinado, Kiryu se convertirá en uno de vuestros personajes favoritos de controlar.
La progresión global es mucho más suave. No hay tanta necesidad de farmear, sobre todo a poco que participemos en las actividades secundarias. Siempre sabremos si estamos preparados o no, al indicarnos el nivel de personajes y el equipo recomendado para las secciones importantes de la historia. Con una pasada a la mazmorra aleatoria sería suficiente para ir con el nivel adecuado, por ejemplo. Como podéis ver, todo mejoras respecto a la anterior entrega, lo que hace que Infinite Wealth sea un RPG muchísimo más divertido y pulido.
A Ichiban se le ha pegado lo de usar pistolas para arreglar sus problemas como hacen los yankis
Contenido infinito
Algo ya característico de la franquicia es todo lo que podemos hacer más allá de las misiones principales. Hawái es un nuevo mapa muy bien diseñado, amplio pero cargadito de actividades. Tenemos misiones secundarias absurdas pero con mucho corazón, jugando a veces con los clichés de las películas americanas. Así que no dudéis en que ayudaremos a un niño con su puesto de limonada, participaremos en un reality show, nos ganaremos unas propinas como camarero y mucho más. Eso sin comentar las misiones para revivir los recuerdos de Kiryu por todo Yokohama y Kamurocho, el mejor contenido secundario de la saga de lejos.
Hasta aquí lo «normal», pero Infinite Wealth tiene actividades secundarias para todos los gustos. Muchos minijuegos vuelven, como las recreativas (aquí hay nuevos juegos), dardos, béisbol o el clásico karaoke. Entre las novedades tenemos los chats de ligoteo, los combates entre entrenadores Sujimon, un Pokémon Snap de degenerados, una especie de mezcla de Crazy Taxi con Jet Set Radio al ser repartidores de comida en bicicleta. Una de las actividades estrella es la Isla Dondoko, básicamente Animal Crossing con sus propias mecánicas de gestión, combate y construcción. Incluso hay mazmorras aleatorias, ideales para farmear niveles u obtener recursos con los que mejorar nuestro equipamiento. Vamos, es el Yakuza/Like a Dragon más grande hasta la fecha, y con diferencia.
El ritmo al que introducen todo este contenido es bueno para que no nos abrume tener todo lleno de iconos, aunque no es perfecto. Personalmente la parte de Dondoko no me podía importar menos, pero nos obligan a participar en el tutorial, que dura una hora. Puede cortar algo el ritmo de la historia, sobre todo al hacer algo que no nos gusta.
Los dragones combaten en equipo
Una parte fundamental de Infinite Wealth es la gestión de todo el equipo. Como en la saga Persona, hacer migas con nuestros aliados no sólo nos permitirá conocerlos mejor, sino tener acceso a mejoras importantes para el combate. Los avances los haremos siempre tomando una copa en los bares de cada región. Las interacciones de Ichiban y Kiryu con sus compañeros son sencillamente perfectas, mostrando a las mil maravillas la gran amistad y química que hay entre ellos. Personalmente, Kiryu con Seonhee es una verdadera delicia.
Mientras exploramos los personajes tendrán varios diálogos sobre lo que estamos viendo, y habrá conversaciones en particular para aumentar la amistad con varios de los protagonistas. Todo ayuda a hacernos ver que estos personajes forman una piña, de manera que pocos RPGs son capaces de hacer. Una pena que Zhao y Joongi se unan casi para la recta final del juego, como si a RGG Studio se les hubiera olvidado y los metieran a última hora.
¿Resultado? Querremos hacer casi todo en Like a Dragon: Infinite Wealth, sobre todo lo que involucra a los protagonistas. Esto se traduce en necesitar fácilmente unas 40-50 horas para acabar el juego, o mucho más si nos enganchamos a alguna de las actividades secundarias. Todo este sinfín de contenido no excusa la práctica de DLCs de SEGA, con trabajos, mazmorras opcionales o incluso el Nuevo Juego Plus tras una barrera de pago ya desde el día de lanzamiento. Las prácticas que ya aplicaban en Japón, pero ahora sufriéndolas en todo el mundo.
Nada como conocer a tus compañeros con una buena copichuela
Este japonés tiene inglés nivel medio
En la parte audiovisual, podéis esperar un despliegue similar a lo ya visto en la saga. El Dragon Engine sigue demostrando su poderío para mostrarnos ciudades vivas llenas de transeúntes, elementos interactivos, tiendas de todo tipo, casi nulos de carga, etc. Los personajes se ven increíbles, sobre todo en las secuencias de vídeo principales, donde parece que estamos viendo literalmente una película.
Muchos actores japoneses e internacionales vuelven a prestar su voz o incluso rostro a los personajes. Así podemos ver a Danny Trejo como Dwight, uno de los nuevos villanos de Hawái… Que cómo no, nos atacará con un machete. Así que, el juego entra por los ojos, si bien es cierto que el agua en la playa igual no se ve muy allá.
Ichiban se mete de lleno en la cultura hawaiana con las misiones secundarias
La música vuelve a ser genial, y las actuaciones son brillantes. Al menos en japonés, que es como he jugado. La localización de los textos al castellano es soberbia, con bromas, referencias y juegos de palabras que nos harán sonreír de principio a fin.
Dicho esto, Infinite Wealth tiene que tratar con algo muy importante: gran parte de la acción tiene lugar en Hawái, Estados Unidos. Pese a la presencia de turistas y habitantes japoneses que hay, lo que justifica el uso del japonés, también hay personajes hawaianos claves en la trama interpretados por actores japoneses. Digamos que su nivel de inglés es digno del que pone «inglés nivel medio» en el currículum cuando no saben más que decir «yes». Rompe bastante el «realismo», siendo imposible no reírse pese a lo seria que es la situación.
Que Bryce dirija a un grupo americano con su inglés es más que cuestionable
Conclusión
RGG Studio continúa con su racha ganadora con Infinite Wealth, otra entrega fantástica dentro de esta legendaria franquicia… Si ya sois fans de la misma desde las primeras entregas. Es quizá la principal pega que se le puede achacar al juego, al apostar mucho más por la nostalgia para atraparnos. Constantemente sabe tocar la fibra sensible para los que hemos acompañado durante tantos años a Kazuma Kiryu.
Si empezasteis en la saga con Ichiban Kasuga os lo seguiréis pasando en grande, ya que la historia principal engancha, hay personajes increíbles y las mecánicas RPG se han refinado todavía más. Eso por no mencionar la absurda cantidad de actividades a realizar: capturar Sujimons para combatir, crear nuestra isla turística de ensueño, etc. Un juego redondo sencillamente redondo y completísimo a todos los niveles.
Pese al ritmo de lanzamientos, Like a Dragon: Infinite Wealth logra mantener la licencia fresca. La nueva localización, los nuevos personajes y esta fórmula jugable aún bastante novedosa nos tendrá enganchados al mando desde el principio hasta los títulos de créditos. Una montaña rusa de emociones que ningún fan de la saga o de los JRPGs se debería perder bajo ningún concepto.
Nos consolamos con:
- Sistemas de RPGs que refinan las asperezas de la entrega anterior para ofrecer un combate redondo
- Muchísimas actividades de lo más variopintas que nos dan decenas de horas de juego
- Los nuevos protagonistas son geniales y encajan genial con los que ya conocemos
- Hawái ofrece un más que necesario cambio de aires
- Localización al castellano fantástica
- El viaje emocional para Kiryu y los fans de la franquicia…
Nos desconsolamos con:
- … Pero si sólo habéis seguido a Ichiban gran parte emocional se perderá
- Que nos obliguen a participar en varios minijuegos aunque no nos gusten y cómo cortan el ritmo de la historia
- Algunos actores japoneses no pueden hablar en inglés ni para salvar su vida, repercutiendo en el «realismo» y la intensidad de ciertas escenas
- Zhao y Joongi se unen demasiado tarde en la trama
- La política de DLCs de SEGA
Análisis realizado gracias a una clave para Xbox Series X/S proporcionada por PLAION.
Ficha
- Desarrollo: RGG Studio
- Distribución: SEGA - PLAION
- Lanzamiento: 26/01/2024
- Idioma: Textos en Castellano y Voces en Japonés/Inglés
- Precio: 69,99€
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