Me encantan los arcades de conducción, con que hace un par de generaciones me enganché de lo lindo a FlatOut. Entre las carreras, los derbys de destrucción y las locas pruebas en las que lanzábamos al piloto, me lo pasaba en grande con la primera y, sobre todo, la segunda entrega. Desde entonces, la saga se fue un poco, y aunque la cuarta parte no estaba mal del todo, no era lo mismo. Mientras tanto, los creadores de la saga estaban desarrollando Wreckfest, un título que se tiró mucho tiempo en Early Access, para salir en su versión final al principio del verano en PC.
Entonces, ¿por qué es esto un avance? Porque durante la Gamescom pude charlar con los desarrolladores sobre la versión de consola, que saldrá dentro de unos pocos meses, además de probar por mí mismo la versión de PC en varios eventos. Y sí, estamos ante el sucesor espiritual de FlatOut que necesito para ayer en consola.
Por si alguien no conoce el juego, en esencia estamos ante un título más o menos arcade, pero que tiene un sistema de físicas e impactos increíblemente realistas. En las carreras, es tan importante ganar como sobrevivir, ya que los coches se pueden destruir, y hasta nos dan puntos por embestir a los oponentes. Esto hace que, digamos, en una curva sea casi mejor no frenar para golpear a base de bien a varios rivales, lo que les sacaría de la pista y les puede hacer mucho daño. Aunque hay que tener mucho cuidado, ya que un buen golpe nos puede romper varias partes mecánicas del coche (de la carrocería ni hablemos), lo que afectará a nuestro rendimiento durante el resto de la prueba.
Esto hace que las carreras sean muy, muy dinámicas y divertidas, sobre todo si vamos entre todos los pilotos. Los escenarios también cuentan con muchos elementos interactivos, como ruedas en los laterales de la carretera que salen volando tras un impacto, vayas, etc. Todo esto hace que estemos ante un juego exigente en lo técnico, y por eso están tomándose su tiempo para poder hacer un port de calidad a consolas. Aún están optimizando el juego al máximo, viendo qué detalles son menos importantes para lograr unos 30 FPS estables, como por ejemplo, el número de ruedas que salen volando, etc. Todo con tal de mantener la misma experiencia que ofrece Wreckfest, pero en consolas.
Esto es importantísimo, ya que ver a todos los demás coches de la carrera a la vez o chocándose en una misma curva es sencillamente increíble. Algunos circuitos fomentan mucho los posibles choques, como un circuito en forma de 8 que comparte el cruce, o una pista similar a las de la NASCAR, en la que sólo se usa una parte del óvalo para ir y volver. Sí, participé en varias pruebas y reventé muchos coches, siendo increíblemente satisfactorio ver cómo se comprime la chapa de los vehículos tras los impactos, o cómo salen volando si les damos un buen golpe. Incluso ver los mensajes de XP adicional por los choques o la reducción de la vida de los oponentes es muy satisfactoria.
Estos choques son los verdaderos protagonistas en las pruebas de destrucción, donde mis recuerdos jugando a Destruction Derby en PSX salieron a relucir, pero ahora todo es infinitamente mejor. Hay más estrategia a la hora de planificar los choques, ya que el sistema de físicas e impactos es una auténtica delicia.
No sé cómo lo han hecho los chicos de BugBear, pero parece que han encontrado un equilibrio perfecto entre el realismo a la hora de plasmar los choques, junto con la conducción ligeramente arcade para que sea accesible para todo tipo de usuarios. No quiero saltar a conclusiones precipitadas, ya que quiero jugar tranquilamente a la versión de consola de Wreckfest cuando se ponga a la venta, pero no exagero si digo que mi tiempo con el juego fue de lo más divertido de toda la Gamescom. Más juegos de coches con destrucción siempre son recibidos, y viendo lo completo y divertido que es, junto a la positiva recepción en PC, estoy contando los días para estamparme muchas más veces contra todos los coches que se me crucen.