Desconsolados

F.E.A.R. 3

Si hay algo bien evidente esta generación de consolas es que el género de los FPS está más que sobreexplotado. Sin embargo, de vez en cuando nos encontramos con alguna propuesta dentro del género que se sale de lo corriente, como pasó en su momento con Mirror’s Edge o este año con la acción desenfrenada de Bulletstorm.

Dispuesto a entrar en este grupo se encuentra FEAR 3, tercera entrega de la saga que nos dejó con la boca abierta con una primera parte realmente sensacional y sorprendente, al mezclar la acción más cinematográfica de los FPS con los sustos propios de un survival horror. Project Origin no fue tan espectacular como el original, pero igualmente mantenía el espíritu  de Alma vivito y coleando en nuestras consolas y PCs para prepararnos para su tercera incursión. La cuestión es, ¿seguirá dando miedo o será la calidad del juego la que nos asuste en esta ocasión?

Como en todos los shooters actuales, nos encontramos con el modo historia y el multijugador. En el primero, viviremos un argumento que decepciona bastante, ya que no puede ser más genérico y estar más desaprovechado. Cronológicamente se sitúa justo después de la segunda parte y ese extraño desenlace, que al instante descubriremos que significaba lo que parecía: Alma se ha quedado embarazada.

Pero claro, esta niña endemoniada no iba a tener un embarazo normal, por lo que con sus contracciones está acabando con el mundo. Será el protagonista de la primera parte (Point Man) junto a su hermano al que ya matamos (Fettel) quienes tendrán que impedir que Alma dé a luz y así salvar el mundo o mantener a la familia unida, depende de la perspectiva de cada hermano.

En el papel esto suena bastante bien, pero no hay ni sustos ni giros argumentales ni una relación carismática entre los personajes ni nada. Vamos, que se ha tomado la premisa de las anteriores entregas para meternos en un torrente de muerte, acción y destrucción que apenas tiene un desarrollo a lo largo de la aventura hasta el mismísimo final, y tampoco es para echar cohetes.

Como os podréis imaginar, que haya dos protagonistas hace que el juego esté pensado para jugar de forma cooperativa controlando a cada uno de los hermanos. Lo bueno es que, a diferencia de la mayoría de juegos cooperativos, los dos personajes son bien diferentes. Además, si jugamos nosotros solos no nos acompañará la IA, sino que estaremos por nuestra cuenta, para intentar mantener el espíritu FEAR de ir solo frente a lo sobrenatural.

Jugando como Point Man, el estilo de juego es el típico de la mayoría de FPS, como usar un sistema de coberturas idéntico al de Killzone o el ya conocido tiempo bala. Sin duda, esta forma es bastante convencional, y además es como nos tendremos que pasar el juego la primera vez. Al pasarnos cada fase desbloquearemos a Fettel, que tendrá una jugabilidad completamente distinta.

Al ser un fantasma, podremos hacer elevar a los enemigos al estar en forma espectral, y hasta los poseeremos para estar durante unos momentos como humanos. Sin duda, es genial que los dos personajes sean tan distintos, ya que aunque sean los mismos niveles, la sensación de que sean distintos, y por tanto la rejugabilidad, es bien alta.

Lo que no ha cambiado es que los niveles siguen siendo de lo más lineales, con mucha más acción que antes y, desgraciadamente, menos sustos. Estos siguen siendo apariciones espontáneas de Alma (esta vez en forma de niña, que la verdad, acojona más que de adulta) y escenarios macabros llenos de sangre, cadáveres y demás elementos típicos de las películas gore.

Sin embargo, el desarrollo de todos los niveles es de lo más divertido, con una acción muy bien planteada que para nada se hace repetitiva. En parte culpables son los enemigos, que esta vez habrá más variedad entre zombis, soldados normales, mechas (los cuales también pilotaremos en un par de ocasiones) y algún que otro enemigo paranormal que mejor descubráis por vosotros mismos.

Otro aspecto que hace que la campaña sea mucho más rejugable, divertida y adictiva son los numerosos desafíos presentes en cada nivel, como matar a un número determinado de enemigos con tal arma, conseguir muertes a cámara lenta o poseyendo un cuerpo y un largo etcétera que hará que nos piquemos para ir cumpliendo estos retos.

Gracias a estos desafíos iremos obteniendo puntos con el que aumentar de rango en un sistema de progresión que será compartido tanto por la campaña como por el multijugador. ¿Y para que sirven estos rangos? Pues tan sencillo como desbloquear mejoras ingame, como tener más salud, mayor tiempo de reflejos o de posesión o más munición. Vamos, que es muy recomendable tener un rango alto.

Hablando del multijugador, la verdad es que los chicos de Day 1 Studios han ideado cuatro modos centrados en el cooperativo para 4 jugadores que se salen, en especial dos de ellos. Por un lado tenemos “Contracciones”, que es el típico modo Horda de la mayoría de juegos, y como os podéis imaginar, nuestro objetivo es sobrevivir el mayor tiempo posible. “Rey de las Almas” es uno de los mejores, y en él todos somos espectros, y tenemos que poseer otros cuerpos enemigos para lograr puntuar matando, con la pega de que perderemos todos los puntos si somos abatidos. En “Espíritu Superviviente” nos encontramos ante una divertida variación de “Contracciones”, y es que igualmente hay que sobrevivir a las oleadas de enemigos, pero un jugador es un espíritu y tiene la tarea de matar al resto, que se irán convirtiendo en fantasmas según vayan muriendo. Y para rematar, el que se ha convertido en mi favorito: “¡Jo**r, a correr!”. Aquí tendremos que llegar desde el punto A al punto B por corredores llenos de enemigos mientras huimos de un muro (bastante rápido) que si toca a un solo jugador acabará la partida. Intenso, emocionante, muy adictivo y espectacular. La única pega del online es que para los dos últimos modos será necesario el “Online Pass”, una práctica cada vez más habitual.

Si jugablemente el juego es una auténtica pasada, en los gráficos cumple su función, pero ya os avisamos de que no va a sorprender a nadie. Todo se mueve de forma muy fluida (excepto cuando se guarda la partida menos de un segundo), y la acción bien que se beneficia de ello. Lo más destacable son tanto las animaciones de los personajes y sus físicas como de los escenarios. Todos ellos están bien trabajados, y la verdad, los niveles tienen un gran diseño tanto en la estructura como en su ambientación, ya que si bien el juego no llega a asustar demasiado, la verdad es que a veces puede dar sensación de mal “yuyo”.

En el sonido, las voces están dobladas al castellano la mar de bien (quitando los momentos entre fases, con Fettel hablando en inglés), aunque la sincronización labial es una asignatura pendiente del juego a lo grande. Los efectos están también muy bien, al igual que la banda sonora, que ambienta la acción de forma estupenda.

Conclusión

Puede que FEAR 3 no vaya a ser el FPS del año ni en gráficos, ni historia ni jugabilidad, pero si hay algo cierto es que logra entretener como pocos shooters han logrado este año. Y es que la acción, si bien no llega a asustar y la historia es penosa, es muy espectacular y rejugable. Vale que la campaña se pueda acabar en 4-6 horas, pero los dos personajes son tan diferentes y tan divertidos de controlar que es casi como tener dos campañas en una.

Para rematar, tenemos el sistema de puntuación y de rango, que unido al fantástico multijugador, y se redondea un FPS excelente para pasar un verano de auténtico infarto matando a todo bicho sobrenatural viviente.

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