Desconsolados

RUSE

Cuando se anunció RUSE, la sorpresa fue unánime entre todos los jugones gracias a un increíble teaser que proponía las batallas como si de un tablero tecnológicamente avanzado se tratase, pudiendo engañar al oponente mediante diversas tácticas. Con el paso del tiempo, el estilo del juego se ha ido volviendo más típico hasta llegar a ser un RTS ambientado en la Segunda Guerra Mundial que promete incluir su granito de arena en el género con estratagemas y engaños. No contentos con eso, otro objetivo que se plantearon era el crear un sistema de control eficiente para consola, algo que hasta la fecha no se había conseguido. Con el juego final ya en nuestras manos, ¿habrán cumplido todo lo que han prometido o nos habrán engañado como los generales hacen en el juego?

El arte del engaño

La historia de RUSE nos sitúa en plena Segunda Guerra Mundial por algunas de sus batallas más características, como el desembarco de Normandía o la expulsión del Eje de África por poner un par de ejemplos. Nosotros tomaremos el control de Sheridan, que será el encargado de superar al enemigo ideando las más complejas estrategias de guerra casi siempre con pocos recursos. Nuestra némesis será el general alemán Von Richter, que nos pondrá contra las cuerdas en más de una ocasión. Diciendo esto se resume más o menos el argumento, ya que es tremendamente simple y los personajes están super estereotipados. Una lástima, ya que en un principio se podría haber hecho algo más espectacular.

En cualquier caso, la campaña destaca no por su argumento, sino por lo desafiante que resulta. Si bien niveles los primeros niveles nos llevan de la mano, una vez nos dan libertad nos encontraremos ante un juego de estrategia bastante complejo, divertido y con un control fantástico.

Durante los primeros niveles (de un total de más de 20) iremos aprendiendo lo más básico del juego, que es también lo que nos encontraríamos en cualquier juego de estas características: hay distintas unidades ligeras y pesadas que son más específicas para cada tipo de enemigo (como los soldados antitanques para los tanques pero no para la infantería) y el usar las bases de suministros para conseguir el dinero necesario para conseguir nuevas unidades de distinto tipo, dependiendo de las bases que tengamos a nuestra disposición.

Hasta aquí todo sería normal, pero entran en juego las estratagemas, que cambian por completo la forma de jugar. Con estos elementos especiales podremos conseguir diferentes beneficios en un sector específico del mapa durante un breve período de tiempo, como tener silencio de radio para que los enemigos no nos localicen a no ser que nos vean directamente, la desencriptación de las comunicaciones para saber cuáles serán sus movimientos o el «blitz» para aumentar la velocidad de todas nuestras tropas. Estas estratagemas serán fundamentales si queremos alzarnos con la victoria, y lo mejor es que todas y cada una de ellas son muy útiles.

El otro aspecto importante del juego es la posibilidad de tender emboscadas con las unidades ligeras, a las cuales podremos esconder en ciudades o bosques para atacar de forma mucho más eficiente a nuestros oponentes. Sin embargo, no todo será tan sencillo como tener a unos cuantos soldados ocultos para aniquilar al ejército rival, ya que algo muy curioso de la jugabilidad es que no sabremos el tipo exacto de enemigo hasta que no los tengamos en la vista. Únicamente sabremos si esa tropa es ligera (soldados de cualquier tipo) o pesada (tanques y demás). Por tanto, al ir a ciegas habrá veces en las que tengamos que cambiar por completo nuestra estrategia al ir a atacar con unas unidades que tendrán las de perder.

Aquí es donde entran en juego otras unidades especiales que no están destinadas al combate (como un jeep de reconocimiento que hasta podrá localizar a las unidades ocultas que nos han preparado emboscadas) o la estratagema «espía». Sin embargo, ni todo esto será suficiente si metemos la pata, ya que el juego no será muy compasivo y lo más seguro es que perdamos a nuestras tropas, pudiendo dejarnos con la partida perdida o «simplemente» bastante tocados para poder recuperarnos con un ingenioso contraataque. Afortunadamente, los puntos de control son bastante frecuentes, lo que no hace el juego frustrante en ningún momento.

Además de la campaña nos encontraremos con varios modos adicionales, como «Batalla», donde lucharemos contra una IA a la que podremos poner diferentes parámetros, «Operaciones» para realizar misiones contra la máquina, un jugador a través de internet o cooperando con un amigo. Por último, estará el modo multijugador propiamente dicho, pudiendo jugar en partidas de marcador o no, aunque desgraciadamente en la versión de PS3 el número de partidas es muy escaso. Al menos, en estos modos podremos explotar al máximo las estratagemas, siendo tremendamente satisfactorios los combates contra jugadores de carne y hueso. Lo bueno es que en todos los modos iremos obteniendo puntos para subir nuestro rango y desbloquear trofeos, algo que motivaría mucho más si realmente desbloqueáramos objetos para nuestras partidas.

Todo esto está muy bien, pero al menos en consola, si no tuviera un gran sistema de control se quedaría básicamente en nada. Por suerte pasa todo lo contrario, ya que se podría decir fácilmente que tiene el mejor control para un RTS para consola hasta la fecha. Con el stick izquierdo controlaremos los desplazamientos de la cámara, mientras que con el derecho nos encargaremos de la rotación. Para seleccionar a las unidades tendremos un útil botón para seleccionar todas las tropas del mismo tipo que estén cerca, o si lo queremos hacer de una forma más manual dispondremos de un círculo dentro del cual quedarán seleccionadas todas las tropas, y al que podremos modificar aumentando o disminuyendo el zoom para que tenga el tamaño deseado. El resto de los comandos los realizaremos con los botones de acción de una forma muy sencilla.

Vale que este control es increíblemente preciso e intuitivo para que no nos perdamos en la complejidad de la acción, pero un mando todavía mejor (pero que obviamente no supera al ratón y al teclado) es Playstation Move. Tendremos un puntero que moveremos con el controlador, y así podremos seleccionar todo de una forma todavía más precisa al usar además el DualShock 3 o el subcontroller, lo que lo hace la opción ideal para PS3 si tenéis el sensor de movimiento.

Ésta es una gran batalla y lo demás son tonterías

Técnicamente, algo que logra con mucho éxito RUSE es el hacernos sentir que estamos dentro de una enorme batalla, que no solo abarcará la zona en la que se encuentran las tropas que controlemos, sino que encontraremos unidades luchando contra los nazis por todo el mapa. Una idea excelente para hacernos sentir que controlamos todo y ver la magnitud de la guerra es que si alejamos la vista al máximo veremos que todo tiene lugar en un mapa, siendo la transición entre la vista realista y este mapa bastante suave, aunque eso no evita que de vez en cuando haya algo que aparezca repentinamente, como algunos árboles.

Otra brillante idea es la de juntar las unidades que están muy cerca en una sola ficha para que sea mucho más sencillo seleccionarlas, casi como si de una partida de ajedrez se tratase. Luego, si ya acercamos la vista al máximo veremos todo de forma realista, con cada soldado y tanque en unas batallas más o menos vistosas. Para rematar, de vez en cuando la pantalla se dividirá para mostrarnos partes de la batalla de una forma bastante cinematográfica, lo que aumenta aun más la magnitud del combate.

Lo bueno es que el apartado sonoro acompaña en todos los aspectos posibles. Para empezar, el doblaje al castellano es sublime, con voces fácilmente reconocibles de las películas y series militares. El sonido tampoco se queda atrás, con unos geniales efectos para los disparos, explosiones y demás.

Conclusión

RUSE consigue ser el juego de estrategia con mejor control para consola, logrando además el añadir su puntillo de arena a un género tan clásico como el de los RTS con las geniales estratagemas. Además, el juego es bastante desafiante y duradero, lo que enganchará a los aficionados. Así que sin lugar a dudas nos encontramos seguramente con el mejor RTS para consola.

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