Desconsolados

[Gamefest 2011] Impresiones: Silent Hill: Downpour. El terror vuelve al pueblo maldito

A la saga Silent Hill no es que le haya ido muy bien en la presente generación, por lo que siempre queda la esperanza de que con cada nueva entrega, la franquicia volverá a ver el resplandor de antaño. El último intento por parte de Konami es Downpour, y a tenor de lo probado en el Gamefest 2011, no va por muy mal camino, aunque con matices. La demo empieza con un pequeño puzzle que no está nada mal, y que son muy de agradecer en un género en el que los rompecabezas están en peligro de extinción. Al resolverlo, entramos a un ascensor que se cae, dejándonos en una zona más profunda de la mina. Vemos que resaltan varios objetos, con que los cogemos como arma. Al pasar por la primera zona oscura, rápidamente nos ataca un monstruo con forma humana (parece que las personas están poseídas, como en Alan Wake). Es aquí cuando vemos que el protagonista se sabe defender, pero que el sistema de combate sigue siendo algo tosco. Igualmente, unos cascos habrían hecho estos momentos algo más aterradores, porque con el ruido de la feria era fácil sentirse inmerso en la acción. Lo mejor de todo es que, al seguir avanzando, nos encontramos con un enemigo del que es mejor huir. Así, se nota ver la influencia de Shattered Memories. No pudimos jugar mucho más, y aunque los gráficos y el sistema de combate son algo mejorables, la mezcla entre Shattered Memories y Alan Wake puede dar un gran survival horror que revitalizaría la franquicia a lo grande. ¡Esperemos que así sea!

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