Tras jugar a títulos como Splinter Cell o Metal Gear Solid, creo que es fácil querer sentirse como un espía. Vivir aventuras en lugares exóticos, salvar el mundo, evitar conspiraciones de toda clase, acabar con malos muy malos, etc. Es una experiencia que, curiosamente, no es muy habitual en VR, donde reinan los títulos musicales, shooters y survival horror.
Por suerte, el sigilo y la infiltración están empezando a despuntar, si bien no con todo el acierto del mundo (tengo pendiente Espire 1, pero no fue muy bien recibido), al menos con las mejores de las intenciones. Este era uno de los motivos por los que tenía tantas ganas a Phantom: Covert Ops, al sorprenderme muy positivamente durante la Gamescom del año pasado. Los chicos de nDreams claramente querían hacer un juego de sigilo y acción altamente inmersivo con el que cumplir esta fantasía de ser unos agentes infiltrados tras las líneas enemigas. ¿Lo habrán conseguido, o habrán sido descubiertos en el acto?