Uno de los primeros juegos anunciados para la nueva generación de consolas fue Godfall, hace aproximadamente un año. Los chicos de Counterplay Games se aliaron con Gearbox para traer lo que ellos denominaban «looter-slasher», variando así del «looter-shooter» creado por la saga Borderlands de Gearbox. En el proceso, querían destacar por sacar pecho gráfico de la potencia gráfica, al ser uno de los pocos juegos que de lanzamiento, no son intergeneracionales, con que sólo sale en PC y PS5.
De hecho, Sony ha ayudado mucho en la promoción del juego, mostrándolo en constantes eventos durante mucho tiempo. De hecho, antes del lanzamiento de PS5 ya me tenía cansado Godfall, y ciertamente, tiene bastante en su contra: un aspecto algo genérico, y el cansancio que ya tenemos muchos de juegos que parecen como servicio sin por ello necesitarlo. Vale, no es un juego como servicio, pero sí tiene cierto aire, por lo que se juntaban varios elementos en su contra. Tras ponerme a los mandos, disfrutar de todo el «brilli-brilli» del juego y lootear muchas armas, es la hora de ver si estamos ante un juego digno de los dioses, o uno salido del infierno.