Los juegos de WWE 2K llevan una racha muy mala. La franquicia nunca ha terminado de brillar desde que 2K Games se hizo con la licencia, pero iban mejorando poco a poco, hasta que llegó WWE 2K20. Tras la marcha de Yuke’s y ser el primer título desarrollado por completo por Visual Concepts, el juego salió realmente mal, lleno de bugs, perdiendo características, y en definitiva, necesitando mucho tiempo para ponerse al día con la saga.
Esto ha hecho que en 2020 la saga se tome un año de descanso, tomando su lugar WWE 2K Battlegrounds. Cuando se anunció, pensé que sería una especie de secuela espiritual de WWE All-Stars, otra entrega arcade de la era de THQ que fue bastante querida por los fans, por lo que tenía mucha curiosidad. Además, tras varios años de entregas de estilo «simulación», se agradece un juego que abrace la locura de este deporte de entretenimiento. Calentad, que se avecinan combos imposibles, cocodrilos hambrientos de Superstars y luchadores que funcionan como figuras de acción.