Dynasty Warriors 8 lleva unos días entre nosotros, y ahora es el momento de hablar sobre este juego. ¿Será la nueva entrega de esta veterana saga la definitiva?
Dynasty Warriors 8 es la nueva entrega de una veterana saga. Esto juega en su favor (por aquello de que poco a poco se van puliendo las imperfecciones que puedan quedar), pero también en su contra debido al género al que pertenece. Porque sí, los beat’m up y su evolución (hack’n slash) están en un momento álgido, pero hay que tener en cuenta que en occidente los musou no son tan populares como los otros géneros citados anteriormente, y menos tras haber visto cómo en esta generación se lanzaban joyas del calibre de Bayonetta, DmC (sí, el nuevo Devil May Cry) o God of War III y God of War Ascension (entre otros).
Esperad, ¿que no sabéis qué es un musou? Tranquilos, no pasa nada, ahora os lo explico. Musou es una palabra japonesa que se utiliza para agrupar a los beat’m up con combates masivos en los que interviene un protagonista y cientos de enemigos, literalmente. Esto es debido a que la primera saga de juegos de este estilo tenía este nombre (y, como spin-off se lanzaron los Dynasty Warriors y Samurai Warriors, entre otros), aunque actualmente otros juegos del género han incluido dicha palabra en sus títulos (por ejemplo, el juego de One Piece: Pirate Warriors, cuyo título original es One Piece Pirate Musou).
¿Y por qué os suelto este rollo? Pues porque este subgénero tiene unas convenciones propias que hacen que lo ames o lo odies. Por ejemplo, la cantidad y variedad de combos que puede hacer un personaje es mucho menor que en los hack’n slash convencionales (normalmente encontraréis 7 u 8), pero lo compensan con una mayor cantidad de personajes jugables y una cantidad ingente de armas (que también proporcionan diferentes combos, especialmente al equipar las más afines al personaje porque desbloquearemos un movimiento extra devastador). En el caso de este Dynasty Warriors 8 encontramos más de 70 personajes diferentes (pudiendo seleccionar uno al iniciar cada capítulo), que se dice pronto, lo que le otorga mucha profundidad, pero no en el sentido que estamos acostumbrados a ver.
Los niveles, por cierto, están divididos en diferentes campañas (cada uno para uno de los reinos) y nos llevan a lo largo de la historia. Al empezar, en algunos de estos capítulos, podremos hablar con diferentes NPCs para tener información extra (generalmente para contextualizar la acción) e incluso podremos mejorar nuestro equipo. Y ya, después, empezarán las tortas.
Pasando a los combates, como he introducido anteriormente, se trata de enfrentamientos masivos en los que con una cantidad de combos relativamente reducida nos permite elevar el contador de golpes encadenados y el de muertes a niveles estratosféricos, algo que va muy ligado al género. Estos enfrentamientos se desarrollarán a pie, aunque podemos llamar a nuestro caballo para desplazarnos por el mapa. Esto nos reduce la cantidad de golpes que podemos efectuar, pero nos ayuda con la velocidad, algo que será crucial si en algún momento concreto nos vemos superados por las fuerzas enemigas. Y no me refiero a que sean más numerosas, porque por lo general así será, sino porque encontraremos generales enemigos en el campo de batalla que intentarán acabar con nosotros y que nos pondrán las cosas más difíciles gracias a su mayor ataque y resistencia.
Además, estos enfrentamientos con los generales, aprovecharán para poner en juego un sistema de afinidades/debilidades de armas basadas en tres elementos muy al estilo del juego “piedra, papel, tijera”: dos elementos iguales no tienen bonificación o penalización, pero la debilidad contra uno nos hará ser menos efectivos (les quitamos menos vida y ellos a nosotros más) y la resistencia tendrá efectos positivos (les dañamos más, y ellos menos a nosotros). La gracia es que podemos cambiar de arma en cualquier momento entre las dos que llevamos equipadas, así que siempre es posible tener cubierto todo el sistema para, al menos, no sufrir penalizaciones en el daño. Y si no, podemos realizar movimientos especiales devastadores o incluso desatar el modo “furia” en el que ser más mortíferos aún.
En los aspecto técnicos, decir que si bien el juego no es puntero a nivel gráfico, sí se mueve con soltura incluso en combate con decenas de enemigos (clónicos, eso sí) y efectos. Las animaciones resultan, en ocasiones, un tanto ortopédicas (especialmente sus transiciones), pero salvo los problemas a nivel estético no hay mucho que objetar. Los diseños, por cierto, tanto de personajes como de escenarios es correcto, aunque sin muchos alardes. A nivel sonoro, destacar negativamente las voces. Ojo, que no porque el doblaje sea malo, sino porque resultan muy repetitivas.
Conclusión
Probablemente Dynasty Warriors 8 sea la entrega más completa y cuidada hasta la fecha, puesto que ofrece muchísimo material «nuevo» para los fans. Por desgracia, las mecánicas y convenciones propias de los musou no son del agrado de todos, y este juego no hace una excepción en este aspecto.
Nos consolamos con:
- Muchísimos personajes jugables
- Variedad de armas
- Solvente a nivel gráfico pese a las multitudes…
Nos desconsolamos con:
- … aunque las acartonadas animaciones afean el conjunto
- Las voces repetitivas
Ficha
- Desarrollo: Omega Force
- Distribución: Tecmo Koei
- Lanzamiento: 19/7/2013
- Idioma: Totalmente en inglés
- Precio: 54,99€