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Yakuza: Like a Dragon

Yakuza: Like a Dragon

Una de mis sagas favoritas es sin duda Yakuza. Desde que jugué a la entrega original de PS2, las constantes traiciones de los bajos fondos de Japón me han cautivado gracias a sus fantásticos personajes, grandes mundos abiertos perfectamente condensados llenos de actividades interesantes y sus espectaculares peleas llenas de momentos cinematográficos. Tras bastantes años como una saga de nicho, por fin va teniendo el reconocimiento y popularidad que se merece, gracias al genial punto de entrada que fue Yakuza 0.

Sin embargo, desde ese momento hemos estado recibiendo una entrega anual, entre remakes de las dos primeras entregas, spin-offs (sigo recomendando mucho Judgment) o el cierre de la trama del gran Kazuma Kiryu. Así que, por mucho que disfrute de la saga, iba siendo hora de un cambio. Ahí es donde entra Yakuza: Like a Dragon, que pierde la numeración en Occidente para atraer a más usuarios nuevos, al ser otro punto de entrada a la franquicia gracias a sus nuevos personajes, nueva trama y hasta nuevo sistema de combate. ¿Podrá funcionar la franquicia bajo el marco de un JRPG por turnos? ¿Podrá el nuevo protagonista estar a la altura de la leyenda que es Kazuma Kiryu?

Cuarentones que quieren subir de nivel - Historia

Como viene siendo habitual, la trama sigue siendo uno de los pilares de esta entrega, que destaca al empezar un nuevo hilo narrativo con un enfoque muy diferente al de los demás juegos. El protagonista de Yakuza: Like a Dragon es Ichiban Kasuga, que rápidamente se ganará nuestro corazón para demostrar que está más que preparado para tomar el testigo de Kiryu.

Yakuza: Like a Dragon

Este «jovenzuelo» es un yakuza de bajo rango que está obsesionado con la saga Dragon Quest, pero que tiene un corazón de oro que no le cabe en el pecho. Lo daría todo por su patriarca Arakawa, y el pobre termina haciéndolo. Cuando éste le pide que vaya a la cárcel por un asesinato que ha cometido un miembro de alto rango de la familia, y que pondría en riesgo la familia, él no lo duda dos veces, y se entrega en comisaría para cumplir condena.

Por desgracia, al salir de prisión, el propio Arakawa le dispara cuando se reencuentran, por lo que la Yakuza le ha dado la espalda, y se encuentra en la ciudad de Yokohama (el barrio de Ijincho más concretamente) con más de 40 años, antecedentes, cero experiencia laboral y ningún futuro por delante. Sólo sabe que quiere ser un héroe como los de la saga Dragon Quest, así que se unirá junto a otros cuarentones fracasados para intentar disfrutar de una vida mejor.

Este es un enfoque radicalmente diferente a las demás entregas de Yakuza a nivel narrativo, ya que si bien el enfoque de la trama sigue siendo el propio Ichiban, esta vez estamos ante un grupo protagonista que siempre está junto, en vez de historias independientes que se terminan uniendo, como en los demás juegos con varios protagonistas.

Yakuza: Like a Dragon

Como os podréis imaginar, sus vivencias les llevarán a una buena conspiración Yakuza marca de la casa, pero es el trabajo hecho en los personajes lo que me ha hecho disfrutar tanto esta trama. Ichiban es un personaje increíble, que me ha enamorado mucho más de lo que esperaba. Pensaba que Akiyama sería el protagonista ideal tras Kiryu, pero Ichiban con su actitud positiva y sus ganas de hacer el bien es algo infeccioso. Su trama personal es fantástica, pero la forma en la que se crea su propia familia junto a los demás personajes es increíble.

Estos protagonistas no se quedan atrás, ya que el ex-detective Adachi, el enfermero vagabundo Nanba, la hostess Saeko y los demás personajes que no quiero desvelar, nos llegarán al corazón. La dinámica entre ellos, ya sea en la historia principal o en los diálogos durante la propia aventura, muestra que realmente hay una unión muy fuerte entre ellos. Así que, esta no es solo la historia de Ichiban, sino la de todo este grupo de cuarentones más o menos fracasados, que sólo buscan «subir de nivel a los 40» como ellos bien dicen.

Otro aspecto positivo de la narrativa de Yakuza: Like a Dragon es cómo funciona de manera más o menos independiente de todas las demás entregas. Sí, hay referencias y personajes de juegos anteriores, pero este es el viaje de Ichiban, dejando atrás a Kazuma y demás. Si hemos jugado a los demás Yakuza, entonces veremos referencias o nos emocionaremos más cuando ocurran diversos eventos, pero no será algo esencial para disfrutar al máximo esta genial nueva historia que nos atrapará desde el principio hasta el final, como ya es habitual en la franquicia.

No quiero dejar de comentar cómo la traducción al castellano es excelente, permitiéndonos disfrutar al máximo de la historia, y usando diferentes expresiones de una manera brillante para mostrarnos los diferentes rangos sociales de los personajes, los estados de ánimo, etc. SEGA sigue apostando muy fuerte por la localización al castellano, ofreciendo maravillosos resultados en todos sus lanzamientos del pasado 2020, lo cual se agradece muchísimo.

Yakuza: Like a Dragon

Del beat'em up a los combates por turnos - Sistema de combate

El otro cambio más grande de Yakuza: Like a Dragon viene por su nuevo sistema jugable, que abandona el beat’em up más clásico por un sistema de combate por turnos, como en los JRPG más clásicos. Esto tiene cierto sentido a nivel argumental, ya que Ichiban traslada su obsesión a Dragon Quest a su forma de pelear, por lo que en su cabeza, todo es como un JRPG.

Esto se traduce en que los personajes irán subiendo de nivel, tienen trabajos (son trabajos literales que se cambian en la oficina de empleo, y al mismo tiempo, las clases de los personajes) con sus propios niveles, hay debilidades elementales o a diferentes armas, etc. Vamos, lo típico de los juegos de rol, pero trasladado a la fórmula Yakuza. La saga ya ha tenido ciertos elementos del género muy claros, como las batallas «aleatorias» en la ciudad contra los maleantes, algo que obviamente, se respeta.

De hecho, los personajes se siguen moviendo de una manera similar en las peleas, por lo que de repente, no están en una fila un equipo frente a otro. Todos se siguen moviendo por el espacio físico en el que tiene lugar la pelea, y si atacamos cerca de un arma, ésta se cogerá automáticamente para golpear con ella, como lo haríamos en una entrega tradicional de la saga.

Yakuza: Like a Dragon

El cambio es que ahora, todo se basa en el uso de habilidades propias de los JRPGs, con los personajes tomando el rol de tanques, DPS, curanderos, etc. Todo esto se traslada al «mundo real», de modo que la idol es la curandera, el DPS será el asesino, el tanque será un soldado anti-disturbios, el vagabundo es el mago negro, etc. Incluso las invocaciones existen, al ser llamadas que realizamos para que vengan aliados especiales o pedir algún objeto, siendo una delicia ver cómo Yakuza: Like a Dragon traslada los aspectos que todos conocemos del género, pero al mundo real.

También hay tenemos una absurda cantidad de enemigos, que representan diferentes clichés de la sociedad de todo tipo de épocas, como hippies, videntes, locos de sectas, skaters, amantes del rockabilly, otakus, fans de idols, hackers y muchísimos más. Serán las típicas clases de enemigos, cada una con sus propios ataques, habilidades, debilidades, etc. De hecho, hay tantos tipos de enemigos, que uno de los objetivos secundarios es recabar información sobre todos ellos, llamados Sujimon… Sí, es una clara referencia a Pokémon, siendo desternillante a más no poder la introducción de este concepto. Así que ya sabéis, «¡Hazte con todos!», pero esta vez para ayudar a hacer del mundo un lugar más seguro al dar a conocer a los maleantes de los bajos fondos de Japón.

Gracias al dinamismo de los combates, la locura de los ataques, y la variedad de estrategias posibles frente a los enemigos o los trabajos que llevemos, el sistema de combate funciona realmente bien. Hay ciertos aspectos que no me terminan de gustar del todo, ya que a veces, el movimiento aleatorio de los personajes nos puede jugar alguna mala pasada que echa al traste nuestras estrategias, como lanzar un ataque zonal para que, mientras lo seleccionamos, se vuelva inútil porque los enemigos se han movido lo justo para que no sea útil, o que si queremos atacar a un enemigo derribado (lo que es más efectivo), nos quedemos atascados con algún obstáculo del entorno y el oponente tenga el tiempo suficiente para levantarse. Son pequeños aspectos que pueden echar al traste nuestras estrategias, pero también ayudan a que tengamos que estar atentos a lo que ocurre en pantalla para cambiar al vuelo nuestras estrategias.

Yakuza: Like a Dragon

Esto suple cierta falta de profundidad respecto a otros RPGs, ya que si bien hay varios trabajos/clases para cada personaje y debilidades elementales, no podemos decidir en qué aspectos potenciar a los personajes al subir de nivel, por ejemplo. Tampoco tenemos árboles de habilidades para ir seleccionando las habilidades que queremos ir desbloqueando ni nada por el estilo. Es todo algo básico, pero que funciona para el contexto del juego y lo dinámico que quiere ser. De hecho, para que las habilidades sean más efectivas o nos defendamos de los ataques, deberemos de pulsar botones en el momento adecuado, por lo que siempre estaremos participando activamente en las peleas, en vez de «sólo» ver cómo los personajes reaccionan a las acciones que nosotros o la IA selecciona de los menús.

El resultado es un sistema de combate que funciona a las mil maravillas, ya que recuerda a los combates que tenemos en las entregas tradicionales, pero usa un esquema jugable radicalmente diferente. La única pega que le puedo encontrar a Yakuza: Like a Dragon sobre los combates es que tarda bastante en introducir jefes finales con momentos cinematográficos tan espectaculares como en las demás entregas. Lo termina haciendo, pero me hubiera gustado más de estas épicas peleas durante toda la aventura, en vez de estar casi todas reservadas para el tramo final del juego.

La otra pequeña pega que le puedo poner está en el ratio de aparición de matones. Si vamos en una dirección y nos metemos en una pelea, es bastante probable que a los pocos metros aparezcan más rufianes, pese a ir en la misma dirección. Además, las mazmorras son muy, muy simples y visualmente aburridas, por lo que creo que es lo único que no ha sabido adaptarse a la perfección a este molde de «JRPG en el mundo real».

Yakuza: Like a Dragon

Yokohama, la ciudad que nunca duerme ni nos deja de dar actividades

Como es habitual en la saga, Yakuza: Like a Dragon no solo nos ofrece una historia trepidante, sino también un mundo abierto de un tamaño pequeño, pero que ofrece un sinfín de actividades con las que tirarnos horas, horas y más horas explorando Yokohama. Esta nueva ciudad nos ofrece muchísimo contenido, tanto nuevo como conocido por los seguidores de la franquicia. Pero antes de entrar en lo que podemos hacer, quiero hablar del barrio de Ijincho, que será el escenario principal del título.

Este es el mapa más grande de la saga, pero todo sigue teniendo el tamaño adecuado como para que no se haga pesado ir de un lado a otro caminando. Otra opción está en coger los taxis para el viaje rápido, siendo muy recomendable activar los taxis para que aparezcan en el mapa, ya que como ocurre en los RPGs (y dado que el propio Ichiban no conoce Yokohama), la ciudad será desconocida, por lo que deberemos ir «despejando» la niebla del mapa con la exploración a la vieja usanza.

Dicho esto, tendremos lo típico de la saga: karaokes (esta vez con canciones en inglés), partidas de mahjong, visitar restaurantes, recreativas de SEGA auténticas para jugar, dardos, etc. Sin embargo, esta vez tenemos todavía más opciones, quizá sin llegar a las masivas opciones de Yakuza 5 (sigue siendo de locos cómo teníamos casi 5 juegos en uno), pero no se queda muy lejos.

Yakuza: Like a Dragon

Entre los nuevos minijuegos, tenemos una especie de Pac-Man recogiendo latas de basura, carreras de karts con armas y todo, arenas de combate, mazmorras opcionales, exámenes de Formación Profesional o incluso un minijuego de gestión empresarial altamente adictivo. Todo nos va a recompensar de alguna forma, ya sea para obtener nuevo equipo de alto nivel, nuevas habilidades, nuevas invocaciones, nuevos reclutas para nuestra empresa o subidas de niveles.

No nos podemos olvidar de las historias secundarias, que igualmente, nos pueden dar recompensas muy jugosas u ofrecernos tramas que pueden pasar de emotivas a desternillantes, o incluso ambas, sin despeinarse ni un momento. Lo mejor es lo consistente que resulta todo, ya que nada parece que se añadiera por meter más contenido vacuo, sino que todo tiene un propósito, y cuadra dentro del arco narrativo de Ichiban. Un ejemplo muy claro es cuando estamos entre los vagabundos, por lo que recogeremos latas para obtener algo de dinero u objetos, como harían los propios sin techo. Lo mismo con los exámenes de FP, ya que Ichiban tiene ya una edad y está sin estudios, pero eso no significa que no quiera seguir aprendiendo nuevas cosas para labrarse un futuro próspero. Algo muy adictivo es el ir mejorando los vínculos con los miembros de nuestro equipo, permitiéndonos conocerlos mucho mejor, además de obtener diversas recompensas muy importantes para el transcurso de los combates.

El único minijuego/contenido secundario que me parece realmente malo es el de las tragaperras, que encima requiere de 10 GB de descarga adicional, con que casi os recomendaría que os ahorréis este DLC gratuito para dar un respiro a vuestro disco duro.

Como tal, Yakuza: Like a Dragon es bastante largo, pero gracias a todas estas actividades secundarias, nos tiraremos todavía más tiempo jugando. Aunque no sean obligatorias, será fácil que nos enganchemos a todas ellas por lo que ofrecen a nivel individual, y sus recompensas. De hecho, participar en ellas es recomendable, como el minijuego de gestión (como poco completad su primera parte), para poder farmear, algo que sí es más necesario en los últimos capítulos del título.

Yakuza: Like a Dragon

La propia ciudad de Yokohama está muy viva, con zonas muy bien diferenciadas entre sí, ya sea el precioso parque de la zona norte, Chinatown, la zona de Koreatown mucho más cochambrosa, el barrio rojo, o la calle principal llena de tiendas. No me ha llegado a conquistar tanto la ciudad como Kamurocho, pero sí me ha gustado más que Okinawa u otros mapas que hemos ido visitando en la franquicia. Sin duda, sigue siendo todo un acierto el ofrecer ciudades con un tamaño reducido pero tan llenas de vida y actividades, ya que así es más fácil animarte a explorar hasta el último centímetro. Así se me han pasado volando las 50-55 horas que he necesitado para completar el juego, y todavía me queda mucho más en caso de que quiera ir al 100%.

No es next-gen, pero sigue luciendo espectacular

Sin lugar a dudas, Yakuza: Like a Dragon es el juego con el que más he usado la Xbox Series X, y estaba muy emocionado por tener una entrega de la saga en nueva generación. Sin embargo, se nota que estamos ante un título que se desarrolló para PS4 (salió para dicha plataforma a inicios de 2020 en Japón, al fin y al cabo), con que las mejoras para la nueva consola de Microsoft son más bien escasas. El título ahora se mueve a 60 FPS, o puede llegar a los 4K quedándose en 30 FPS. Al ser un JRPG por turnos, importa menos ir a una tasa de refresco u otra, pero lo que importa es que el rendimiento es muy estable en ambos casos.

Por otro lado, se nota que el Dragon Engine sigue evolucionando con cada nuevo título desarrollado por el RGG Studio, al encontrarnos con el título más vistoso de la franquicia. Las escenas de vídeo renderizadas son una maravilla, y sí, nos ofrecen el pan más next-gen que he visto hasta la fecha, con algunos detalles que son de lo más espectacular que he visto en un videojuego. Dentro de las escenas con el propio motor del juego, el resultado sigue siendo muy, muy bueno.

Yakuza: Like a Dragon

Lo mejor es que, al jugar, todo sigue luciendo genial. Veremos reflejos en los charcos o ciertos cristales, la ciudad está llena de detalles en sus edificios, tiendas o letreros, hay muchos transeúntes con un apropiado nivel de detalle, etc. Los protagonistas son los que mejor se ven, obviamente, ofreciendo unos modelados y animaciones estupendas. Me sigue gustando mucho cómo pasamos a los combates en cuestión de momentos, sin cambiar el escenario ni nada. Y poder pasar a tiendas o restaurantes sin tiempos de carga sigue siendo un plus.

Hablando de tiempos de carga, en la versión de Xbox Series X son prácticamente inexistentes. Literalmente, no me daba tiempo a leer los resúmenes de los capítulos porque tardaba uno o dos segundos desde que daba a «Continuar» desde el menú principal hasta empezar a jugar. Lo mismo cuando había alguna pantalla de carga entre los recreativos y volver a la ciudad o cosas por el estilo. Me han contado que la versión de PS4 de Yakuza: Like a Dragon sí que tarda bastante más en cargar, por lo que al menos, ahí se aprovecha la potencia de las nuevas consolas.

En el apartado sonoro, volvemos a estar ante un nivel altísimo, como estamos acostumbrados. Para empezar, el trabajo de doblaje tanto en japonés como en inglés (podremos elegir qué voces escuchar en el menú principal) es excelente, vendiendo a la perfección la interesante narrativa que disfrutaremos en el juego. La música es otro acierto, con muchos temas perfectos para los momentos más emotivos o para las peleas.

Yakuza: Like a Dragon

Conclusión

Aunque no me había cansado de la saga ni mucho menos, Yakuza: Like a Dragon es justo la renovación que necesitaba. El cambio de protagonista, escenario y cambio de género le sienta de maravilla, para seguir formando parte de la franquicia en todo, pero marcar un nuevo inicio de lo más prometedor. El viaje de Ichiban y el resto de sus amigos es fantástico, ofreciendo una visión de la vida muy poco explorada en los videojuegos, sin olvidarnos de los ya clásicos tejemanejes del mundillo criminal de la Yakuza.

Sinceramente, no esperaba que Ichiban fuera a gustarme tanto como sucesor de Kiryu, pero el equipo de Ryu Ga Gotoku Studio vuelve a demostrar talento en cuanto a narrativa, creación de personajes y su posterior desarrollo. Tampoco esperaba caer rendido a sus pies nada más empezar, pero aquí estamos, con ya uno de mis protagonistas favoritos de los videojuegos.

A esto hay que sumar lo bien que funcionan los elementos de RPG, lo buena que es la ciudad de Yokohama, sus adictivas actividades secundarias y su genial apartado técnico. El resultado es no sólo una de las mejores entregas de toda la franquicia (por no decir la mejor, ojo al dato), sino uno de los grandes imprescindibles del 2020, y un nuevo comienzo con muchísimo potencial. Sigo pensando que lo mejor a partir de ahora sería intercalar Judgment con Yakuza para ofrecer historias de detectives y la Yakuza, además de acción directa y por turnos… Pero luego pienso en el bueno de Ichiban, y sólo quiero pasar más tiempo con él y sus amigos. Así que, no importa la experiencia previa que tengáis con la saga, jugad a Yakuza: Like a Dragon, porque seguro os va a enganchar tanto como Dragon Quest a Ichiban.

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Nos consolamos con:

  • Fantástica historia que sirve como un gran punto de entrada a la franquicia
  • Ichiban es un protagonista increíble que no tiene nada que temer al legado de Kazuma Kiryu
  • El sistema de combate de RPG queda muy bien con el estilo de la saga Yakuza
  • Montones de actividades muy divertidas para realizar
  • La ciudad de Yokohama está llena de vida y es una delicia de explorar
  • Magnífica traducción al castellano

Nos desconsolamos con:

  • Es necesario cierto nivel de farmeo para superar los últimos capítulos por el salto de dificultad que hay
  • Los elementos más aleatorios de los combates que no podemos controlar, como el movimiento automático
  • El minijuego de las tragaperras es un desperdicio de 10 GB de DLC
  • Los tiempos de carga en las versiones para la anterior generación

Análisis realizado gracias a un código proporcionado por Koch Media y una copia comprada de Xbox.

Ficha

  • Desarrollo: RGG Studio
  • Distribución: SEGA/Koch Media
  • Lanzamiento: 10/11/2020 - Versión de PS5: 02/03/2021
  • Idioma: Textos en Castellano y voces en Inglés o Japonés
  • Precio: 69,99 €

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